La junta militar en el poder en Birmania acusó este miércoles a los monjes budistas de la violenta represión de las protestas pro democráticas de septiembre y admitió que cerca de 3.000 personas fueron detenidas durante las manifestaciones. El diario oficial New Light of Myanmar, controlado por la junta, afirmó que si los monjes budistas se hubiesen quedado en sus monasterios "el Gobierno no habría utilizado la fuerza para evitar las protestas". "Si no hubiesen organizado manifestaciones la nación no habría vivido ningún caos", añadió.
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