Es innegable que ellos (Alberto Chicote, Carlos Sobera, Pepe Rodríguez o Ramón García) son atractivos a su manera, pero alejados de la imagen de modelos de portada de revista que sí se exige en el caso de las mujeres.
El negocio de las televisiones no es promover el machismo, sino vender anuncios.
Si ponen a mujeres excepcionales y a hombres patéticos es porque es lo que atrae la audiencia.
Igual los hombrecillos sentados frente al televisor se sienten heridos en su hombría ante machos de verdad, mientras que a las mujeres no tenemos esos problemas de autoestima.
Comentarios
Pues claro que sí, todo es machismo.
#1 Joder, me lo has quitado. Eres un machista.
#2 quien es mas machista, el machista o el machista que machista al machista?
#7 ¿Puede Dios crear una piedra tan pesada que no pueda moverla?
Has creado un nuevo dilema teológico.
#1 Porque tiene que sonar tong y no tang
#1 como todo es machista y facha, propongo para el próximo año añadir la palabra “fachismo” al diccionario.
#8 Y fachisma.
El badajo de la campana es un símbolo fálico y su meneo una exhibición cisheteropatriarcal inaceptable.
Es innegable que ellos (Alberto Chicote, Carlos Sobera, Pepe Rodríguez o Ramón García) son atractivos a su manera,
Gran frase...
La frase de #3 se puede aplicar también a Anne Igartiburu, presentadora de las campanadas durante chorrocientos años.
#11 Pero ella sí que es atractiva, sin duda alguna.
#14 Pero no para ser la imagen de portada de revista.
#3 está haciendo body shaming a la vez que acusa de machismo, doble pensar Orwelliano
El año que viene exijo que den las campanadas El Duque y Cristina Almeida
Si además es violencia de género ya que se le pega a las pobres campanas.
Un momento, ¿hay por ahí alguien que cree que Cristina Pardo no es guapa?¿En serio?
¡¡Qué rica la Pedroche!!
El negocio de las televisiones no es promover el machismo, sino vender anuncios.
Si ponen a mujeres excepcionales y a hombres patéticos es porque es lo que atrae la audiencia.
Igual los hombrecillos sentados frente al televisor se sienten heridos en su hombría ante machos de verdad, mientras que a las mujeres no tenemos esos problemas de autoestima.
Será el cimborrio, no la campana