La experiencia acumulada y la repetición de costumbres nos convierte en autómatas. Y los autómatas -salvo que nuestros amigos japoneses decidan invertir en ello y conseguirlo- no piensan cuando ejecutan. Simplemente llevan a cabo la acción para la que han sido programados. Resulta que soy un autómata y creo que todos vosotros lo sois aún más que yo. Pero antes de que dejéis de leer la entrada por llamaros autómatas, dejadme explicarme un rato. Ayer estuve haciendo una gran compra en Carrefour (de esas que haces cuando al abrir tu nevera oyes
|
etiquetas: consumo , distribución , carrefour , compra