"Todos los días hay disparos. Estamos atrapados en el fuego cruzado", explica Eskander. El edificio ha sido objeto de numerosos ataques, tanto de fuerzas iraquíes como estadounidenses, y en su interior han caído proyectiles de mortero. En agosto pasado, la Guardia Nacional ocupó el edificio durante dos días sin motivo aparente. La biblioteca ha perdido a ocho de sus empleados, víctimas de la violencia sectaria, y el propio Eskander ha sido objeto de amenazas de muerte. Otros muchos han abandonado el país.
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