Cuatro meses después de la DANA, justo antes de las Fallas, Paiporta trabaja sin descanso para recuperarse a tiempo para las tradicionales fiestas del barrio. El barro se ha retirado en su mayor parte, y las fachadas se han repintado, pero quedan rastros de la inundación: el polvo marrón sigue manchando las grietas del pavimento, y la marca récord del agua es visible en los edificios abandonados.
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