Los cinco vecinos de Porriño que fueron fusilados en 1936 en Areas (Ponteareas) recibieron ayer sepultura en el cementerio de Budiño. Los familiares acordaron que los huesos de los cinco represaliados fusilados descansaran juntos en una única fosa, como estuvieron setenta años en Areas, pero, en este caso, en diferentes cajones y cubiertos con una lápida con sus nombres "devolviéndoles la dignidad", en palabras de uno de los familiares.
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