En primera instancia fue un grupo de fundamentalistas cristianos, quienes promovieron prohibir Halloween, por considerar que se promovían ritos diabólicos. Y rápidamente, a los primeros se les sumó un movimiento de feministas que se mostraron escandalizadas por la exuberancia de los disfraces.Poco después, los ambientalistas alzaron su voz y se quejaron de las toneladas de materiales sintéticos que quedaban en las calles el día después del 31 de octubre.Como si fuera poco, los defensores de los derechos civiles retomaron su vieja lucha en c
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