Mi nombre es Fania Kaplan. Hoy disparé a Lenin. Lo hice con mis propios medios. No diré quién me proporcionó la pistola. No daré ningún detalle. Tomé la decisión de matar a Lenin hace ya mucho tiempo. Le considero un traidor a la revolución. Estuve exiliada en Akatuy por participar en el intento de asesinato de un funcionario zarista en Kiev. Permanecí once años en régimen de trabajos forzados. Tras la Revolución fui liberada. Aprobé la Asamblea Constituyente y sigo apoyándola.
Comentarios
La bala de ese día quedo alojada en el cuerpo de Lenin, al cabo del tiempo acabo con su vida.
Gracias a ella triunfó Stalin y la revolución soviética se fue a la mierda.
le dio una balasera
#1 malísimo
Al fin y al cabo Lenin y Trotski habían liquidado miles de anarquistas, miles de mencheviques, que habían ganado las elecciones, junto a todos aquellos cándidos, como los marinos de Kronstadt(y sus mujeres e hijos, que también se los cargaron para que se entendiese el mensaje), que habían creído lo de los soviet y el poder para el pueblo.
Los anarquistas viven crecen y se alimentan del caos, a ninguno de ellos le ha importado nunca una mierda el interes común, ni lo que el resto de personas puedan querer.
Son a fin de cuentas, el mejor exponente de la raza humana.
#3 Aquí tenemos al pensador del día.
#6