Durante décadas, en países como España, lo normal era ir a mejor. El progreso parecía garantizado y en cada generación los hijos vivían mejor y más tiempo que los padres. Hasta ahora. Junto a la reorganización global de la economía que pone en duda el crecimiento del bienestar, los datos más recientes sugieren que la vida, además de peor, será más corta. Las personas nacidas en los años 60 sabían que la esperanza de vida en España no alcanzaba los 70 años. Hoy, la suya supera los 80, pero, como revela un estudio publicado esta semana, el ritm
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