Hace 13 años | Por ewok a elcorreogallego.es
Publicado hace 13 años por ewok a elcorreogallego.es

Valiño es autor de esta tesis doctoral sobre la censura en la producción fonográfica durante el franquismo. Entre los contenidos, portadas como Sticky Fingers con dedos saliendo de una lata de melaza, exclusiva de España y pìeza de coleccionista, pues en el resto del mundo se referían a la masturbación dentro de una cremallera; otros elementos censurados fueron un culo de mujer convertido en elefante, cuerpos ocultos por letras, unos pechos psicodélicos de un pájaro... Incluye un apartado de casos que esquivaron la censura.

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ewok

Con ayuda de Opentrad. TRAD. 1 .:
Xavier Valiño es el primer investigador que indaga en la censura en la producción fonográfica durante el Franquismo. ¿El resultado? Una inmensa tesis doctoral dirigida por Xosé Luis Barreiro Rivas. Cuenta, por ejemplo: Si la portada de Sticky Fingers de los dedos grasientos saliendo de una lata de melaza es exclusiva de España y toda una pieza de coleccionista, cuenta, en el resto del mundo los dedos de los Stones se referían a algo bien distinto, a la masturbación, envuelta su portada por la fotografía de unos ceñidos pantalones vaqueros, diseñados por Andy Warhol, a los que se les abría la cremalleira para descubrir los calzoncillos de Joe D'Allessandro, actor fetiche de Warhol.
Un culo de mujer convertido en el trasero de un elefante, un magreo en la ducha oculto a machamartillo tras unas letras o la psicodélica prominencia pectoral de un pájaro cercenada al lado. Son algunas de las proezas creativas de la censura franquista sobre la producción fonográfica. Canciones, portadas y contraportadas de vinilos y casetes, eran clasificados en la Dirección General de Radiodifusión y Televisión como radiables? o no radiables?, mientras que la Dirección General de Cultura hacía lo propio con las letras. Claro que si Celso Emilio Ferreiro esquivó la tijera por sutil, por las porterías mentales de los examinadores también se podría colar, como de hecho aconteció, alguna que otra perla musical. Por qué si no se editó en la ultracatólica España el vicioso tema de la Velvet Underground, I'm waiting fuere my man (Espero por mi hombre)? La razón es que el censor no encontraba "nada obsceno". Exactamente decía: "El contenido se refiere a una chavala que espera siempre su hombre con veintiséis dólares en la mano. Siempre tiene que esperarlo". Efectivamente, sólo que la mujer podía ser un hombre y el marido no llegaba rezagado para ir a los bailes, sino que era en realidad su camello.

A Xavier Valiño (Cospeito, 1965) ya se lo advirtió su tutor, Xosé Luis Barreiro Rivas, al comenzar la tesis: "Tenga en cuenta que al final va a ser usted el mayor especialista del mundo en este tema". Es el primer investigador que se mete en un fregado, que, a diferencia del cine y de la literatura había quedado ignorado por los académicos. Ahora, gracias a este trabajo Censura en la producción fonográfica durante el franquismo, ya aplaudido en tribunal, y que enseguida verá la luz en forma de libro en la Editorial Milenio, los amantes del sonoro pueden aprender con humor los cuarenta años de memoria histórica robada o manipulada por los zafios dedos del batallón censor, que hurgaba en la banda sonora de una época convulsa.

Éstas eran las pautas: "Ataca la moral y el dogma? La Iglesia y sus ministros? El régimen y sus instituciones? Las personas que colaboran o colaboraron con el régimen? Los pasajes censurables, califican el contenido total de la obra?"

Inmoral, obsceno, de mal gusto, erótico, pornográfico... Relata la tesis de Valiño que la censura moral de los textos de la producción fonográfica durante el franquismo se centró casi exclusivamente en el sexo y en todo aquello que tenía que ver con las relaciones de pareja.

Ejemplos: En el disco Tapestry (1971) de Carole King fueron censurados algunos temas: I feel the earth move: "canción ligera, aunque las palabras no son reprobables, su clímax, muy apasionado, puede hacer que la interpretación resulte fuerte". It's too late (Es demasiado tarde): "las palabras tienen doble interpretación, lo que lo hace peligroso". Where You Lead (Donde me guíes): "remata en la última estrofa citando en forma muy directa relaciones íntimas". Will you love me tomorrow (Me has de amar mañana?): "inmoral". El término erotismo es empleado una y otra vez como en el caso de las canciones It's so hard (Es tan duro) y Oh Yoko! (Oh, Yoko!) del disco Imagine (Imagina, 1971) de John Lennon. De la primera, el responsable del servicio resalta: "Oh, Yoko! Mi amor te encenderá en medio del baño". De la segunda, los versos señalados son estos: "Tienes que tener satisfecha a tu mujer. Pero es tan duro, realmente es duro".

Un caso curioso es lo de la canción Je t'aime... mais non plus, single compartido por Jane Birkin y Serge Gainsbourg, y que fue un escándalo en toda Europa por los arquexos de su cantante femenina. En el Estado español, al llegar todas las canciones para ser visadas por la censura con sus textos, se autorizaban siempre las que fueran instrumentales.

Y eso es lo que pasó en este caso; en el expediente queda claro que "se aceptan como autocensuradas, la reserva de la audición del disco". Una vez publicado el disco, y después de descubrirse sus arquexos, fue retirado de la circulación.

Por otra parte, la censura también se aplicó a las portadas. Tal como escribe Valiño, todo artista que se preciara cuidaba con esmero las cubiertas de sus discos, pensadas y diseñadas hasta el menor detalle por diseñadores gráficos con la intención de expresar la intención artística y rupturista del grupo musical. Los grupos de rock psicodélico y sinfónico focalizaron su interés artístico y promocional en el formato del LP con esmerado diseño, convirtiendo estos álbumes en un lujo inimaginable apenas unos años antes, relegando así el single a la promoción de los éxitos en las radiofórmulas. En 1954, discos Columbia fabricó en España los primeros discos microsuco de vinilo. En pocos años, el disco de cuatro canciones o "extended play" revolucionó el mercado de la música moderna y la concepción del diseño de sus cubiertas. Junto a los nuevos portadistas españoles, irrumpieron los mejores diseñadores internacionales, que dieron una nueva dimensión al arte gráfico y publicitario de los años del desarrollo acelerado español. La finales de los años 50 aparecieron los primeros programas radiofónicos y revistas musicales: Discomanía y Discomoder. A continuación apareció la revista Discóbolo, publicándose ya en negro y blanco o giradas en color sepia. Ya entrados los años 60 se empezaron a publicar Teleguía, Mundo Nuevo, Fans o Fonorama, editadas ya en colores y papel cuché. Los discos pequeños fueron los primeros referentes modernos de la generación nacida tras la Segunda Guerra Mundial. Junto al tocadiscos de maleta y el pequeño transistor, los discos microsuco son el fetiche que simboliza la evolución de la sociedad de posguerra, sobre todo para los nuevos españoles que accedían, tras décadas de guerras y el período de la autarquía, a la sociedad de masas y al consumo de los nuevos electrodomésticos.

Y, poco a poco, la medida que aumentaba el poder adquisitivo de la sociedad española, fueron apareciendo los tocadiscos estéreos, las nuevas cadenas con altavoces y los discos grandes o LP. Con la popularización del long play, los discos pequeños dejaron de ocupar el lugar central en las discotecas, hasta que desaparecieron a comienzos de los años 70. En medio mundo, la aparición del LP Sgt. Pepper?s Lonely Hearts Cllub Band de los Beatles en el año 1966 marcó el inicio de ese cambio sociológico. El LP se convirtió en el objeto más preciado de los chicos, y aquella portada, diseñada por el artista pop Peter Blake, se convirtió en un referente imprescindible para artistas y músicos de los años 60.

ewok

En este sitio habla del caso de la portada de los Rollings: http://sleevage.com/the-rolling-stones-sticky-fingers/ y compara la bastante aséptica original con la versión española, de la que dice it’s violent, funny, simple and a little stomach turning but it’s the balance of dumb and brilliant . Es violenta, divertida, sencilla y un poco revuelve-estómagos, pero es el balance de la estupidez y brillantez... (that make it more the latter, no sé traducir eso).

ewok

TRAD. 2 .:
Como ejemplos, relata el autor el álbum Sabbath Bloody Sabbath de Black Sabbath, en el que la portada internacional con el gigantesco demo y el número de Satanás bien visible, el 666, presidiendo una cama en la que se podían ver varios hombres y mujeres desnudos, fue sustituida por la fotografía de la contraportada del original, con un hombre que da la impresión de estar en su lecho de muerte y varias personas a su alrededor que parecen llorar su desaparición.

La censura de los vinilos no acaba en las portadas de los discos, sino que también afectaba a contraportadas, interiores desplegables, pósteres o libretos interiores. Por ejemplo, el póster eliminado en el White Album de The Beatles, para no mostrar a Paul y John medio desnudos en fotos o dibujos, o los libretos de Red Rose Highway de Wings, cambiando unas fotos de modelos desnudas por otras repetidas del grupo. El más memorable, segundo escribe Valiño, es el libreto interior de Quadrophenia de The Who, en el que alguien tuvo que invertir muchas horas pintando bikinis y bragas a un montón de fotografías de jóvenes desnudas que aparecían colgadas en el dormitorio del protagonista. En las contraportadas se eliminaron textos conflictivos, como lo que aparecía en Radio Ethiopia de Patti Smith o lo del álbum John Wesley Harding de Bob Dylan, que fue sustituido por una biografía más inocente. En la contraportada de Puente sobre aguas turbias de Simon & Garfunkel se intentó tapar de forma un tanto chapucera las palabras ?making love? (?haciendo el amor?), mientras que en la de Below The Belt de Boxer la explícita imagen de la entreperna de la joven quedó cubierta por un cinto de boxeo; curioso en un disco que mostraba un par de pechos por primera vez en el Estado español en una portada.

Otra forma muy socorrida de evitar problemas fue la de eliminar los cartafois despregábeis o sustituirlos por otros. Case todos los discos de Ohio Players de mediados de los 70 sufrieron en España algún tipo de amputación nos sus cartafois. Por supuesto, dice Valiño, por aquí no vimos el coche-falo de For Ladies Only de Steppenwolf, las mujeres desnudas en un prado de The Black Mans Burdon de War o el David Bowie semidesnudo en Aladdin Sane. "Pero de ahí a pintarles tres calzoncillos grises case inapreciábeis recatados desnudados en un pajar de los componentes de Grand Funk en el cartafol despregable de Were An American Band aun hay un trecho."

Algo similar ocurrió con los cartafois interiores desaparecidos en varios discos: el carnero en un caldero del Goats Head Soup de los Rolling Stones o las palabras tachadas en el Minstrel In The Gallery de Jethro Tull. También sufrieron amputaciones el troquelado de Two Sides Of The Moon de Keith Moon, la tierna foto de la líder de Mama Lion amamantando un cachorro de león en Preserve Widlife -totalmente relacionada con su título (Preservemos la vida salvaje)- o la foto de la joven desnuda que podía verse a través de la Thunderbox de Humble Pie, sustituida por una ampliación de su cara.

Están, además, todos aquellos discos que aparecieron con canciones de menos porque era a única forma de poder editarlos tras la censura de alguno de sus temas. Entre ellos se cuentan The Beatles, Rolling Stones, Lou Reed, David Bowie, The Who, Jethro Tull, Frank Zappa, Jimi Hendrix, Leonard Cohen, Perro, Bread, Donovan, Nilsson, Nazareth, Crosby, Stills, Nash & Young o hasta los inocuos The Osmonds. Quizá el caso más curioso sea lo de Doctor Pop, a los que obligaron a retirar su single Sofía y cambiar el título y las menciones en la letra por Lucía, para evitar ofender a la futura Reina del Estado español.

Valiño deja para el final uno de los más memorables. Se trata del disco The Classic German Rock Scene de Embryo. El grupo, que había titulado una de sus canciones Espangna sí, Franco no en su disco Rate, intentó hacer una gira por el Estado en 1972. Aquí el título de esta canción quedó reducido por la censura en la contraportada a Espangna sí, -así, con como incluida, como dando a entender que al título le faltaba algo- en el recopilatorio de sus dos primeros álbumes bajo el título de The Classic German Rock Scene para poder publicarse, pero nadie, especialmente el censor, reparó en que en el cartafol interior se reproducía íntegramente el título completo, comentando, además, sus problemas con las autoridades españolas.

Al editarse de nuevo en España ya muerto Franco, el grupo retitulouno Espangna se, Franco finished (España sí, Franco acabado). "Y esa es la frase que mejor puede concluir este repaso por la absurda censura en los vinilos de aquellos años: España sí, Franco acabado".

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TRAD. 3 .:

Censura: un trabajo que se hace por la tarde

La existencia de curas, excuras y exseminaristas en los organismos censores no debe extrañar si se tiene en cuenta que el jefe de Ordenación Editorial fue, entre 1954 y 1974, Faustino Sánchez Marín, un exseminarista. Explica Valiño que entre los componentes de los distintos equipos de ?lectores? de temas musicales predominaron tradicionalmente elementos clericales, militares en activo o en la reserva y, antes de la Ley de 1966, excombatientes de la División Azul. Casi nada. Eran adscritos a la censura de libros ?Dirección General del Libro? a los que se les ofreció la posibilidad de hacer la misma actividad con la producción fonográfica en horario de tarde, cobrando horas extras. Habitualmente, le dedicaban dos horas por las tardes. Los censores eran: Hermógenes Rodríguez Rodríguez, Carlos Colorado, Eusebio Ceballos y Gregorio Solera. En principio, todos los expedientes de textos en inglés, francés e italiano, estos dos últimos idiomas representaban una proporción ínfima en relación al inglés, se los dejaban a Gregorio Solera. Todos los textos en castellano, catalán y, posiblemente también, en vasco, eran supervisados por Eusebio Ceballos.

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"Good Vibrations": "La letra pertenece a los ambientes de los grupos USA drogadictos del lumpen cuya filosofía es el sexo"

La canción Good Vibrations (Buenas vibraciones), el tema de The Beach Boys, se presentó la consulta voluntaria formando parte de un disco predominantemente instrumental titulado Good Vibrations (Buenas vibraciones, 1971) del intérprete Hugo Montenegro. En ese álbum solo había cuatro canciones cantadas, entre ellas este Good Vibrations, que fue censurada por su "sentido totalmente erótico, en el que se subliman las excitaciones sexuales", según el censor.

A este comentario se le añadía el siguiente: "Esta letra pertenece a los ambientes de los grupos USA drogadictos del lumpen: los HIP hippies cuya filosofía está basada en el sexo. La acción sexual según sus efectos determina la bondad o maldad de la acción. De ahí que esta subclase USA que está tratando de cambiar radicalmente la moral USA se convirtió en una amenaza social. La letra habla de ?good
vibrations?
?buenas vibraciones? frente a ?bad vibrations? ?malas vibraciones?, que equivale a los actos sexuales. Esta filosofía no es conocida por el público español pero aún y todo, si se tiene en cuenta que el disco es para la juventud y que está en un inglés en el que se entiende demasiado fácilmente la letra y que psicológicamente las ?vibrations? se asocian inmediatamente al orgasmo, creo que daría pie la muchísimos jóvenes a bailar por parecer graciosos en forma procaz. Considero, además, que su autorización daría pie a que las revistas de tipo musical ofrezcan la letra en castellano.

NOTA DEL TRADUCTOR -> lol lol lol lol lol lol lol lol lol lol

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Entrevista:

"Dos censores habían muerto, uno tenía alzhéimer, y el cuarto, que estaba vivo, me lo explicó todo"

Como se metió en este tema, tenía constancia de la censura por su colección de discos?

Saber lo que sé, lo sé ahora después de dedicarle diez años. Empecé porque sabía que existía alguna portada que había salido distinta en España al resto del mundo, pero no sabía si realmente había sido por motivo de censura, y quería probarlo científicamente. Cuando comencé no sabía si tendría absolutamente nada, siquiera un par de páginas sobre el tema, pero inicié la investigación con la idea de descubrirlo.

Encontró estudios previos?

Había muchos estudios sobre la censura en el cine, en la literatura o medios de comunicación, pero ninguno sobre la música. Primero, encontré la normativa, que obligaba a las compañías a enviar la consulta previa de la censura a los discos, con el que ya tenía por donde empezar. Después perseguí durante meses los partes de los censores, si es que existían. Batí por todo tipo de organismos públicos, hasta llegar al Archivo de la Administración del Estado en Alcalá.

Meterse a investigar en un archivo de la época... Eso debe requerir bastante paciencia.

Allí, como tienen un sistema curioso de catalogación y miles de kilómetros de estanterías con documentos, tuve que empezar a pedir cajas y cajas durante meses, e ir descartando fondos del catálogo hasta que apareció una caja con los partes. A partir de ahí fue más donado encontrar las otras, hasta verlas todas. Aparecieron todos los listados de canciones censuradas y los partes, donde los cuatro censores que trabajaron en esto dejaron anotadas sus razones para censurarlas, aunque a ellos no les dieron criterio ninguno por lo que guiarse. Llamé a todas las personas de la guía telefónica de Madrid que coincidían con esos cuatro nombres de los partes: dos estaban muertos, uno tenía alzéihmer y había un cuarto censor vivo que, además, se prestó a explicarme en el año 2003 todo sobre su trabajo, aunque después ya no quiso hablar con una chavala que se interesó también por la censura de los cantautores zaragozanos.

Y las portadas también estaban en las cajas?

Las portadas también pasaron por el servicio de censura, pero como no entraban en las cajas en las que se archivó todo, las tiraron. Así que la única forma de descubrir cuáles fueron censuradas fue a contrastar las que se editaron aquí con las que salieron fuera, para ver las diferencias. Cuando empecé intuía que habían podido censurar cinco portadas, pero en este tiempo llegué a descubrir más de cien, con la ayuda de coleccionistas, periodistas, aficionados y tiendas de discos. Gracias a esas tiendas y, sobre todo, a internet, pude reunir la mayoría de ellas, en su versión española y extranjera. Hay unas pocas que aún se resisten, pero sigo en eso. Ya me propusieron hacer exposiciones por toda España a partir de la primavera.

Usted escribe en la tesis: "Llama la atención que, una vez desaparecido Franco, nada parezca cambiar en la estructura y organización de la censura fonográfica, repitiendo esquemas del pasado y manteniendo cómo objetivo el control de la producción discográfica que, durante los años precedentes, había ido viendo como cambiaban únicamente los organismos que ejercían ese control, más especializado cada vez, probablemente en respuesta a una creciente demanda de publicación desde finales de los años 60 por parte de las empresas discográficas. La censura en la producción discográfica podría entenderse desaparecida gracias al Real Decreto-Ley 24/1977203, que establecía en su artículo 1 la libertad de expresión y el derecho a la difusión de informaciones por medio de impresos gráficos o sonoros. Sin embargo, no fue así, ya que esta libertad de expresión quedaba condicionada por las "limitaciones establecidas en el ordenamiento jurídico con carácter general", con el que no se derogaban expresamente las atribuciones en la materia del Ministerio". Hoy se censura?

En España mucho menos, desde luego, y por suerte se sabe muy rápido cuando sucede (caso de Lanas Vulpes, en los 80, o el grupo que el año pasado criticaba al Rey). Fuera es más habitual, especialmente en los Estados Unidos, donde les ponen etiquetas a los discos avisando de su contenido, se niegan a vender discos con determinadas portadas o no programan determinadas canciones.

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Y aunque la cosa mejoró con el cambio de dictador por rey:
Los testículos me cortaría por la calavera del rey...de bastos.