Un hotel de Picanya que acoge a migrantes de distintos orígenes, entre ellos Afganistán, Siria, Georgia o Venezuela (cerca de unos 200, tal como ellos mismos contabilizan) ha quedado inundado en su planta baja y las personas que allí están durmiendo, sin agua y sin luz, han hablado con el dueño para poder utilizar la comida que había en la despensa del gran comedor de las intalaciones y cocinar para todos y para quien lo necesite.
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