El Gobierno japonés lleva años sin ofrecer estadísticas sobre cuánta gente vive en la calle, pero la OECD coloca al país asiático entre los cuatro con más pobres dentro de la organización, sólo por detrás de México, EE UU y Turquía. Durante la última ola de despidos masivos en diciembre de 2008, la Asociación de Manufactureros Japoneses calculó que, de las 400.000 personas que perdieron su trabajo en las grandes compañías, al menos 30.000 se convertirían en «sin techo».
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