En el tablero de ajedrez gigante estaban los famosos jugadores Iliá Rabínovich (piezas negras) y Piotr Romanovski (piezas blancas) y cada pieza estaba representada por personas reales: los soldados del Ejército Rojo eran las piezas blancas y los de la Flota Roja eran las piezas negras. Los artilleros se convirtieron en torres, los comandantes con sable en reyes y dos damas en reinas (una de ellas era la esposa de Rabinovich). Los caballos eran reales, sin embargo, no había alfiles (a los que se llamaban “elefantes” en ruso).
Comentarios
cómo les gustaba a los soviéticos hacer cualquier cosa a lo grande. Eran incorregibles, esos revolucionarios de verdad
qué bueno! esto sí que es jugar en vivo!!
Sin reina y reyes reales, que puedan morir si se da el caso por los devenires de la partida, no están a la altura de lo que se espera de un ruso.
Bueh! Usan cañones en vez de torres... siendo sovieticos me esperaba que montasen y desmontasen un castillito en cuestión de segundos.