Hace 6 años | Por shake-it a jotdown.es
Publicado hace 6 años por shake-it a jotdown.es

Los escritores han perdido tanto espacio en la vida pública contemporánea que para que alguien se fije en ellos tienen que hacerse hueco recurriendo a pequeños escándalos y desplantes de salón, en forma de ataques contra la mojigatería intelectual dominante o exhibiciones de músculo conservador y rancio. Esa es prácticamente la única oportunidad que el escritor actual tiene de que se le preste atención, lo que también significa que se le compre, claro. Javier Marías y Pérez Reverte llevan ya tiempo en esto de las provocaciones...

Comentarios

LuSaifer

Pues yo quiero ver a Umbral hacer de zarza ardiente. #1

l

#1 ¡Cada día te superas! lol

ﻞαʋιҽɾαẞ

#4 Es cuestión de practicar mucho.

D

#1 Bueno, realmente fueron otros los que nos hablaron de su libro. Me acabo de acordar de la recriminación que les hizo a esos mensajeros de la palabra: Vivíamos felices en nuestras tierras, vinieron con su libro a ofrecernos la salvación, cuando nos quisimos dar cuenta, nosotros nos quedamos con su libro y ellos con nuestras tierras.

ﻞαʋιҽɾαẞ

#6 Pero lo hicieron porque dios se lo ordenó, para que más gente hablara de su libro.

D

Fernando Fernán Gómez era otro grande combinando el castellano y la mala leche.

Muchos actores, escritores, periodistas son tildados de rancios, por sus formas alejadas del buenismo progre, pero que, sin embargo, intelectualmente siempre han estado más cerca de ideas libertarias que los propios que les criticaban.

Otro ejemplo, los que tan verde ponen a Reverte y se atreven a hablar de guerras viéndolas por TV, en toda su vida llegarán a experimentar ni la centésima parte del horror del que ha sido testigo en las guerras que cubría.

D

#8 Perez Reverte en sus comienzos como reportero de guerra era más un propagandista que otra cosa. Con el tiempo se dio cuenta que estaba haciendo el gilipollas por un plato de lentejas.

D

O puede comprar publicidad en Google, Twitter y Facebook

D

Del artículo: hay que gritar al mundo que el autor de Amado siglo XX es mucho más que el tipo de la voz profunda que dijo aquello de «Yo he venido aquí a hablar de mi libro».

Y esto es cierto. Escribió, como mínimo, uno de los mejores libros de la lengua castellana en el siglo XX: Mortal y rosa, y varios más que ya querrían haber escrito alguno de los cachorros de Prisa.