Ni el arranque de verano más caluroso desde 1983, ni la ola de calor que marcó la última semana de julio han provocado subidas en el consumo de agua. Estos resultados favorables en la gestión del agua tienen también efectos negativos, pues inciden lógicamente en la facturación de la empresa, que se reduce de tal forma que obliga a tomar decisiones para reajustar los números. De hecho, una comisión de expertos de Emasesa estudia una más que posible subida de las tarifas con vistas a 2010.
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