Lo atropelló un tren, y ya no hubo más confeti, ni hallé más motivos. Me encontré perdida. No reconocía mi casa. ¿Qué era ese silencio insoportable, ese eco que me devolvía solo su nombre? Ya no era un hogar. Era una cueva helada en la que me abandonó y me dejó tiritando. No tenía sentido un salón tan grande, una cama tan grande ni un jardín. Porque aunque todo era extremadamente pequeño, la ausencia de mi perro hizo que todas las estancias parecieran inabarcables.
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Son bebés peludos. Se les quiere mucho. Yo tengo uno con 16 años ya y bueno, disfrutando cada día.
Cuando murió mi abuelo yo estaba en el hospital. Había pasado meses con él, a turnos con mi familia tras un año durísimo. Estaba solo en la habitación cuando escuché que había dejado de respirar, fui yo quien llamó a la familia y el que le dijo a mi madre "mamá, ven al hospital, no corras con el coche por favor".
Cuando mi tata fue al hospital, por cosas de la edad, hablé con ella por teléfono (vivo en el extranjero) y al instante supe que iba a morir pronto, una intuición. Volé de vuelta para ir a verla, para ayudarla a acostarse y a cenar y pasar tiempo con ella. Esta vez su muerte me pilló en el extranjero, pero fui capaz de sobreponerme y volver a volar para ir a su funeral. Siempre estuve tranquilo.
Mi perro estuvo enfermo bastante tiempo. Algún tipo de cáncer, que poco a poco le fue quitando la vida. Y se mantuvo fiel y alegre hasta el final. El día que enfermó, que quedó claro que ya iba a morir -e incluso mi otra perra lo notó-... no fui capaz de quedarme. Recuerdo que dije "es que he quedado con alguien" y me fui. Pero la verdad es que no fui capaz de lidiar con el dolor de verlo morir. Y es algo que me costó años ver, reconocer que no es que "hubiera quedado", si no que no podía lidiar con la situación. Y a pesar de que teníamos otro perro, ¡cuánto eché de menos a Argós!
Estoy con la autora de este artículo: Quien no comprenda cómo se siente la pérdida de un perro (o de una mascota querida) sencillamente no ha podido experimentar el amor incondicional que un perro puede brindarte.
Mi mastina ha hecho más por mí que 10 años de terapia con psicólogos y psiquiatras.
Yo era gordo, diabético, sedentario, asocial, agorafóbico y con muchos miedos e inseguridades; este domingo corro la ultramaratón provida.
No quiero ni pensar que será de mí el día que falte y me deje solo...
Iré a algún sitio para estar solo y darle las gracias por todo lo que me ha dado y por la persona que soy ahora gracias a ella.
Quien no sabe apreciar el cariño incondicional de un perro es porque nunca ha tenido ninguno
#13 yo se que hacer para agradecer a mi perro su cariño, rescatar a otro de la perrera y darle todo mi amor.
PD: una perra preciosa por cierto.
#16 Adjunto foto de esta mañana en la que puedes ver al Sr. Quillo dándome los buenos días y la mastina Nala al fondo desperezándose.
Nos lo trajimos de la perrera hará cosa de 3 meses. Es un cachorro de bretón con algo más. Es la alegría y el torbellino de la casa.
#19 Acabas de hacer meneame valer la pena.
Yo tuve dos perras desde peque, las dos murieron por cosas de la edad. Y lo que dice la entrada es cierto... Desde que se murieron no he vuelto a tener la ilusión ni la felicidad que sentía cuando estaban vivas y entraba a casa y estaban en la puerta antes incluso de poder abrirla o CADA mañana cuando se ponian con sus dos patitas en el borde de la cama y me daban toquecitos para que las subiera... se metian dentro del edredón, bajaban entre las piernas... y se tumbaban DE GOLPE. Entrar a casa... y saber que jamás volverán a estar. O tumbarte y saber que no las volverás a ver justo cuando te despiertas... Produce una tristeza y un dolor inconmensurable.
Lo único que me consuela es que... mientras vivieron fueron, y no me cabe ninguna duda, las perras más felices de este universo
Spam peludo, aunque bien oculto entre enlaces de relleno. Buen trabajo.
Para mi, mis perros, son una parte muy importante de mi familia
Pues cuando se muera su padre, su abuelo y dos de sus tíos en un plazo de dos años que me cuente a ver que siente. Yo me siento un poco ofendido, no sé si con razón o no.
También es verdad que vivimos en una era en la que todo nos ofende.
#3 a cada uno le duelen sus carnes...
Que alguien sienta mucho.dolor por la muerte de su perro no resta importancia al.dolor de otras personas por sus pérdidas.
#3 pues yo pasé por lo mismo que tu ( tres familiares muy cercanos, incluido un padre) y pasé por lo de esta chica. y el dolor de la muerte de mi perra me hizo más daño y me provocó una depresión que no lo hizo ninguna de las muertes anteriores y en un periodo de tiempo corto.
no te ofendas, no se pretende comparar afectos, personas y animales. simplemente hay animales que dan más que las personas y viveversa.
#6 Si yo tuviese que salvar de caer a un barranco a mi perrete o al 99% de mi familia, lo tendría muy claro.
Como bien dices, no consiste en comparar perros con personas, sino en lo que cada uno te aporta y la felicidad que te dan.
#11 y yo te digo que conozco a más de una persona que lo tendría claro entre su perro o una persona ( no meto a los niños) y no elegiria al segundo grupo. ¿ Son peores personas por elegir a quien más le importa? no. Cada día hay más conciencia entre no diferenciar entre animales y personas, por muchos factores éticos, de conciencia, emocionales, etc. máxime cuando vemos de lo que son capaces los humanos contra ellos mismos y contra todo lo demás. yo cuando a mi perro no le gusta una persona desconfio de ella y cuando al final la conozco corroboro porque a mi perro no le gustaba.
eso de colocar a la humanidad en el primer escalón de la pirámide es mucho de la cultura religiosa y el hombre-dios. cuando eres capaz de tener una visión alejada del hombligo y asumir que es la humanidad con una visión crítica y objetiva, no le puedes otorgar más derechos o afectos, más allá de lo que cada uno de ellos ( humanos o animales) despierten en ti.
#17 Sí, hay una frase de César Millán que resume eso perfectamente:
«Desconfío de las personas a las que no les gustan los perros. Pero confío PLENAMENTE en mi perro cuando no le gusta una persona»
#6 No, claro, no me ofendo. Tampoco pretendía ofender
#3 gracias por el envío. me ha hecho recordar Buenos y duros recuerdos.
#3 Para mi un animal es un familiar más. No lo quiero más que a mi familia pero tampoco menos, en absoluto. Es un compañero de vida a todos los efectos, y si tengo que vivir su fallecimiento lo lloraré tanto como la muerte de un familiar directo. Si eso te ofende lo siento, aunque no veo en que te tiene que ofender. Te molesta que alguien pueda querer a otro ser vivo tanto como a ti?
A rey muerto, rey puesto.
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