Hay quien no aprende jamás a montar en bicicleta, pero sí que es algo deseable a priori para todo el mundo, ya que ayuda a llevar una vida saludable y a desplazarse de manera ecológica, algo que cada vez queda de manifiesto que tiene mayor importancia. La mayoría de los que saben, aprendieron en la infancia, gracias a voluntariosos padres, tíos o hermanos mayores que les enseñaron lo mejor que supieron o por su propia insistencia.
A mi hermano y a mi nos compraron un par de bicis, nos montamos, nos hostiamos repetidas veces y a la hora más o menos ya nos movíamos con cierta soltura. Bendita infancia.
#2 Ya, pero el gustazo por haber aprendido por nuestra cuenta fue considerable. En cuanto a las hostias, en aquella época raro era el día que la chavalería no volvía a casa con raspones o golpes tras jugar a algún juego cañero (al churro, luz, etc) o al fútbol en un pedregal.
Aprendí solo, los ruedines estaban mal colocados y uno se levantaba del suelo, no hacía contacto porque era una bici que cuando me la compraron nueva nunca usé y se había quedado tirada en el garaje. Insistir e insistir. Pero ni idea de por qué me dio por intentarlo de repente...y cuando estaba nueva pasé. Estaba allí, supongo.
Yo aprendí en una bici de segunda mano sin frenos, frenaba con la zapatilla en la rueda de atrás. Cuando me di un hostión y me rompí un cristal de las gafas, no volví a montar con gafas..........
Comentarios
A mi hermano y a mi nos compraron un par de bicis, nos montamos, nos hostiamos repetidas veces y a la hora más o menos ya nos movíamos con cierta soltura. Bendita infancia.
#1 Podríais haberlo hecho en el mismo tiempo sin necesidad de hostias.
#1 ¿Y por qué os hostiabais? ¿Os llevábais mal o qué?
#1 Aprendí más o menos igual. Si no te raspabas las rodillas y los codos es que no estabas aprendiendo bien.
#2 #1 Podrían pero... ¿Y las risas de sus padres? ¿Esas no valen?
Esa gente tambien tiene derecho a un poco de venganza
#3 Porque una de las bicis era rosa con flecos
#2 Ya, pero el gustazo por haber aprendido por nuestra cuenta fue considerable. En cuanto a las hostias, en aquella época raro era el día que la chavalería no volvía a casa con raspones o golpes tras jugar a algún juego cañero (al churro, luz, etc) o al fútbol en un pedregal.
#4 Depende, yo hasta la segunda sesión no les enseño a tumbar y a tocar rodilla...
First world problems...
#8 Eso es de nenazas.
#5 Se nota que eres padre... como yo
Preferiblemente hay que enseñarle mientras sus dientes sean de leche, si no lo haces así el asunto te puede salir algo caro
Lo que es seguro es que los ruedines hace mucho más mal que bien.
Aprendí solo, los ruedines estaban mal colocados y uno se levantaba del suelo, no hacía contacto porque era una bici que cuando me la compraron nueva nunca usé y se había quedado tirada en el garaje. Insistir e insistir. Pero ni idea de por qué me dio por intentarlo de repente...y cuando estaba nueva pasé. Estaba allí, supongo.
Yo aprendí en una bici de segunda mano sin frenos, frenaba con la zapatilla en la rueda de atrás. Cuando me di un hostión y me rompí un cristal de las gafas, no volví a montar con gafas..........