Un comentario adicional a mi artículo anterior sobre libre albedrío "autodeterminista"

Este artículo es una continuación del mío anterior sobre libre albedrío, y lo he añadido porque me gustaría comentar otra forma interesante de ver lo que os planteaba en el artículo anterior sobre la conceptualización del libre albedrío como "autodeterminación" o "autocausación" o "determinar lo que te determina", en el contexto de un universo determinista.

Consideremos por un momento a un ser humano. Este ser humano, en general, vive su vida cuidándose a sí mismo, persiguiendo las cosas o estrategias que mas le benefician, y evitando o protegiéndose de las cosas que podrían dañarle o perjudicarle. Según mi artículo anterior, esto podríamos conceptualizarlo como "libre albedrío". Pero ¿cuál sería otro enfoque para apreciar o resaltar lo que este concepto de "libre albedrío" quiere significar?

Parémonos por un momento a considerar el aspecto determinista del universo. Dado que este ser humano vive en un universo determinista, y por tanto en un entorno o medio local determinista, en principio parece que podemos pensar que todo, absolutamente todo lo que hace ese ser humano, hasta el mas mínimo parpadeo, hasta el mas leve pensamiento, está determinado o predeterminado por los factores físicos ambientales. Así que podríamos concluir que una multitud de factores físicos ambientales predeterminan, motivan y conducen ese comportamiento que tiene ese ser humano de "cuidarse a sí mismo", hasta en los mas mínimos detalles.

Ahora, por otra parte, pensemos en una piedra. Esta piedra, obviamente, también está expuesta a los factores físicos deterministas ambientales, y se ve afectada por ellos. Ahora bien, en la piedra no observamos ningún comportamiento o característica de "cuidarse a sí misma". Si llueve, o si hace frío, o si hace calor, la piedra no hará nada ni tiene desarrollada ninguna protección contra los posibles efectos negativos de esa lluvia, frío o calor.

Pero entonces parece que podemos plantearnos una pregunta interesante: si el ser humano está exhaustivamente dirigido por los factores físicos deterministas ambientales, y si la piedra también lo está, ¿por qué la Naturaleza, a través de esos factores físicos deterministas ambientales exhaustivos, hace que el ser humano se cuide a sí mismo, pero no hace que la piedra se cuide a sí misma? ¿Por qué la Naturaleza dedica al ser humano factores determinantes que le hacen cuidarse a sí mismo, pero no dedica a la piedra factores determinantes que la hagan cuidarse a sí misma? ¿Por qué la Naturaleza aprecia al ser humano, enseñándole a cuidarse, y desprecia a la piedra?

Obviamente, la Naturaleza no dedica al ser humano unos factores deterministas ambientales y a la piedra otros, sino que dedica a ambos los mismos. Y sería demasiada casualidad que por azar al ser humano le tocaran justa y precisamente los factores deterministas ambientales que le hacen actuar cuidándose a sí mismo.

Así que si tanto el ser humano como la piedra están movidos y afectados por los mismos factores deterministas ambientales, ¿por qué la respuesta de ambos no es la misma? ¿por qué el efecto en el ser humano es que este actúe cuidándose a sí mismo, pero el efecto en la piedra no es que esta haga o tenga algo para cuidarse a sí misma?

Si en un mismo entorno o medio de factores deterministas, tienes a un objeto (el ser humano), cuidándose a sí mismo, y tienes a otro objeto (la piedra) que no se cuida a sí mismo, entonces parece claro que el ser humano debe tener "algo especial", que no es tenido por la piedra, que le hace perseguir las cosas que le benefician, y evitar las cosas que le perjudican. Si lo expresamos en términos del mismo ejemplo didáctico con que yo abría mi anterior artículo, si el Big Bang ha causado al ser humano y a la piedra, y el ser humano se cuida pero la piedra no lo hace, entonces el Big Bang no puede ser la causa de que el ser humano se cuide, pues la piedra no lo hace, sino que debe haber "algo especial" en el ser humano, que no lo hay en la piedra, que hace al ser humano cuidarse.

Este "algo especial" que hace al ser humano perseguir o beneficiar las cosas que le benefician, y evitar o perjudicar las cosas que le perjudican, y que no es tenido ni manifestado por la piedra, puede ser conceptualizado como "libre albedrío".

Pero entonces debemos tener también en cuenta otra conclusión. Claramente lo que hace al ser humano cuidarse a sí mismo es la vida, es decir, el ser un ser vivo, su condición biológica. Ese "algo especial" que tiene el ser humano que no es tenido por la piedra es una estructura biológica propia muy compleja, que procesa los inputs procedentes del entorno de una manera en que la piedra no lo hace, y ofrece respuestas complejas que la piedra no puede ofrecer.

Desde este punto de vista, podríamos considerar que, en cierto modo, el "libre albedrío" equivale simplemente a "estarse vivo", lo cual es biológicamente consistente, porque, biológicamente, un ser vivo precisamente se define como un ser que, a través de sus adaptaciones, se defiende de las hostilidades del entorno, persigue las oportunidades beneficiosas del entorno, promueve su propia existencia y supervivencia, intenta no morir o ser destruido, y, en definitiva, se "autodetermina" o aspira a "autocausarse".

Pero aquí tenemos que hacer una matización importante. La estructura biológica compleja de la que está dotado el ser vivo también ha sido causada y determinada por la Naturaleza. Es como si la Naturaleza primero hubiera equipado al ser vivo con su estructura biológica compleja, y luego le aplicase otros factores deterministas ambientales posteriores, a los que el ser vivo, gracias a su estructura biológica compleja, responde de una forma autoprotectora o autodeterminante, o biológica o autológica, a diferencia de como respondería una piedra a esos mismos factores ambientales.

Así que el fenómeno del "libre albedrío" se nos presenta como un fenómeno "por capas" o "por etapas". La Naturaleza primero dota al ser vivo de una estructura biológica compleja; luego le envía otros factores ambientales que determinan en el ser vivo su comportamiento como tal ser vivo, un comportamiento autológico de autodeterminación y promoción de la propia existencia y supervivencia.

Por esto no podemos hablar de "libre albedrío" en todos los seres vivos. En particular, no podemos hablar de "libre albedrío" en seres vivos mas simples o primitivos, como un virus, una bacteria, o una planta. Estos seres vivos simples o primitivos también se autodeterminan, también promueven su propia existencia y supervivencia, pero no lo hacen a través de un "comportamiento", lo hacen a través de ciertas características o adaptaciones que son tenidas a modo de atributos no conductuales o no etológicos.

En particular, el "libre albedrío" es un concepto aplicable a seres animados, que se mueven, dotados de sistema nervioso y locomotor, es decir, a animales. Por lo cual el "libre albedrío" es algo que tiene su sede en el sistema nervioso, o mas bien en el sistema neuromotor; es un proceso inicialmente neurológico, y después motor.

Así que, si bien inicialmente definí "libre albedrío" como "determinar lo que te determina", ahora le puedo dar otra definición algo mas precisa: "es un proceso neurológico autodeterminante, orientado a la persecución (motora) de las cosas beneficiosas y a la evitación de las cosas perjudiciales, y por tanto orientado a la promoción de la propia existencia y supervivencia".

El "libre albedrío", pues, mas que un "estarse vivo" o "tenerse vida", es una submanifestación de ese "estarse vivo" o "tenerse vida". Es una "manifestación" o "reflejo" del "estarse vivo", proyectado en el sistema nervioso y motor.