El inmigrante sudanes Hassan Mekki muestra sus cicatrices en la espalda. Fue asaltado en el centro de Atenas por un grupo de motoristas que le grabaron una X gigante en la espalda.
Muy interesante la comparación que hace en el artículo, con un esclavo absolutamente marcado en su espalda. La humanidad damos un paso adelante, dos atrás, muchas veces.
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Muy interesante la comparación que hace en el artículo, con un esclavo absolutamente marcado en su espalda. La humanidad damos un paso adelante, dos atrás, muchas veces.