Según se sabía hasta ahora, el lugar de residencia influye en la vulnerabilidad de las personas a padecer depresión o, incluso, a suicidarse. Investigadores de la Universidad de Utah han revelado que, además de las condiciones sociodemográficas y ambientales, existe otro factor importante que contribuye a este riesgo: la altura geográfica del lugar donde se reside. Las personas que viven a gran altitud pueden presentar una deficiencia de oxígeno en el cerebro, lo que aumenta el riesgo de depresión y suicidio.
Comentarios
Por supuesto, por eso aléjate de los puentes.
O sea, que según esto los mineros se lo pasan pipa allá abajo... ¿no?
Entonces, la expresión "estar embajonado" o "estar de bajona", está mal.
La longitud, en cambio, no es más que un número
Yo ya lo había notado. Hay una mayor tendencia a tirarse por las ventanas entre los vecinos de los pisos altos que en los de los entresuelos.