La revolución de la voz no ha hecho más que empezar. Hoy, Alexa es una humilde sirvienta. Muy pronto, podría ser mucho más-una profesora, una terapeuta, una confidente, una informante. Durante unos días este verano, Alexa, la asistente de voz que me habla a través de mi Amazon Echo Dot, se dedicó a terminar nuestras interacciones con un susurro: dulces sueños. Cada vez que sucedía, me asustaba, a pesar de que pensaba que entendía por qué lo hacía...
Comentarios
No, siguiente pregunta
#1 Siri... ¿Eres tú?
#5 OK Google
No, igual que no debemos de confiar en los smartphones o las comunicaciones en las RRSS
No, no debemos confiar en Alexa y tampoco en ti, escritor de este artículo.
No confío en nadie que no sepa hacia dónde está escorado o de que pie cojea. Menos aún en algo que puede cambiar de criterios o filiciones tras cada actualización y que se dedica a escuchar y grabar todo lo que digo por si en algún momento posterior sirviera de utilidad.
Sólo entro aqui para decir:
No.