Según la Rede Galega contra a Trata, crece la ansiedad en las mujeres prostituidas por cómo mandarán dinero a sus familias o cómo pagaran el alquiler de su habitación. Algunas están en la calle tras ser expulsadas “por no ser rentables”. A menudo se ven obligadas a pagar la mitad de cada servicio al proxeneta, y reciben multas constantes por retrasos en bajar a la sala, durante el período de menstruación o por encontrarse enfermas. Son métodos de coacción o de incremento de la deuda, porque la explotación no desaparece por la coyuntura actual
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Me parecía que el tema ya lo había visto por estos lares, y así era. Aquí unos envíos relacionados.
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