Según la tradición nipona si les hacen llorar crecerán sanos y protegidos del mal. Los jueces eligen al bebé ganador, y para los más valientes, se ponen unas máscaras con el fin de asustarlos y conseguir que lloren. En la ceremonia participan 160 bebés, mientras los padres sacan fotos y vitorean orgullosos.
Comentarios
Dos bombas no fueron suficientes
#1 Si fuera por eso en otros países, como España, tendría que haber caído un meteorito como el que acabó con los dinosaurios.
#1 Se dejaron sin bombardear tu casa....
#1 Yo diría que si lo fueron. Les dejaron el cerebro bastante tocado, jaja
La sociedad nipona es una sociedad enferma.
#5 ¡Eh, no vale! Estás usando los insultos del swordmaster.
Que mala suerte para el bebé al que le toque un padre así. Podían hacer concurso de jugar con los niños, no de acojonarles.