El método de pago se ha hecho inmensamente popular, adoptado por más del 80 por ciento de la población brasileña. Fuera del país, ha suscitado los elogios de destacados economistas, que han llegado a calificarlo como el futuro del dinero. Sin embargo, su éxito también ha provocado represalias: el gobierno de Donald Trump, como parte de su agresiva campaña económica y política contra Brasil, está investigando PIX, acusando al sistema de pago de perjudicar injustamente a empresas financieras y tecnológicas estadounidenses como Visa y Apple.