(C&P) "Maricón es esa palabra maldita que me acompaña desde niño. Maricón ha significado angustia vital, miedo, sudor frío y un nudo en el estómago. Maricón lucía en la enseña de mi inseguridad y de mi rabia por tantos años contenida. Maricón sentenció mi retraimiento, mi timidez ante los demás, ser el eterno descarte para cualquier grupo que se formase".
No hay que ponerse así. Muchos gays se llaman unos a otros por el apelativo de "maricón", y en ese caso es un término cariñoso, como diciendo "eres uno de los nuestros".
El problema está cuando la persona no acepta lo que realmente es, léase gays de sacristía y similares, que aprovechan su tendencia sexual para autoflagelarse y justificar sus obsesiones religiosas enfermizas.
Pues yo llamo maricón y maricona a la gente a veces con todo el cariño: "Anda maricona que seguro que al final sacas un 9".
Pero joder, ahora con tanta correción política hay que andarse con un ojo que no se te escape para no herir sentimientos...
Lo triste es que en frases como la de arriba quien salta es el defensor de lo políticamente correcto, que nunca se da por herido ningún homosexual.
Si no hay mala intención los homosexuales que yo conozco con éstas cosas al revés, se lo toman a guasa y te siguen la coña, pero te salta el señor o una señora que pasaba por ahí defensores de lo políticamente correcto y te arman la de dios, por experiencia...
Maricón define a un maricón.
Puta define a una puta.
Imbecil define a un imbecil.
Las palabras son la verbalización de "algo". La palabra MARICON no es la maldita, y la podrás cambiar por cualqueir otra. Lo maldito en todo caso sería el cúmulo de prejuicios, juicios, opiniones y acciones que describe la palabra maricón. Y, no lo olvidemos, lo que produce, provoca, reacciona y enfrenta dentro de tí mismo.
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No hay que ponerse así. Muchos gays se llaman unos a otros por el apelativo de "maricón", y en ese caso es un término cariñoso, como diciendo "eres uno de los nuestros".
El problema está cuando la persona no acepta lo que realmente es, léase gays de sacristía y similares, que aprovechan su tendencia sexual para autoflagelarse y justificar sus obsesiones religiosas enfermizas.
Son cosas de la naturaleza, cuando existe el "matón" nadie, repito NADIE se libra.
Todos sabemos que en casi todas las clases estaban:
El gordo, el feo, el flaco, el enano, el orejudo, el piños encía, el tonto, el gafotas, el bizco, etc...
Y todos probablemente hemos tenido que convivir con algún apodo, ninguno es más ofensivo o doloroso que otro.
Pues yo llamo maricón y maricona a la gente a veces con todo el cariño: "Anda maricona que seguro que al final sacas un 9".
Pero joder, ahora con tanta correción política hay que andarse con un ojo que no se te escape para no herir sentimientos...
Lo triste es que en frases como la de arriba quien salta es el defensor de lo políticamente correcto, que nunca se da por herido ningún homosexual.
Si no hay mala intención los homosexuales que yo conozco con éstas cosas al revés, se lo toman a guasa y te siguen la coña, pero te salta el señor o una señora que pasaba por ahí defensores de lo políticamente correcto y te arman la de dios, por experiencia...
A mi me llamaban jirafa, casi lo había olvidado.
Maricón define a un maricón.
Puta define a una puta.
Imbecil define a un imbecil.
Las palabras son la verbalización de "algo". La palabra MARICON no es la maldita, y la podrás cambiar por cualqueir otra. Lo maldito en todo caso sería el cúmulo de prejuicios, juicios, opiniones y acciones que describe la palabra maricón. Y, no lo olvidemos, lo que produce, provoca, reacciona y enfrenta dentro de tí mismo.
Voy a probar: ¡Maricón! No está mal.