Como mucha gente, yo leo libros. Para ello, sigo el ritual establecido. Voy a la tienda, pago por ellos y a veces leo alguno que me gusta. Pero a veces no: de vez en cuando me encuentro con alguno que no me gusta, y no puedo evitar sentirme estafado. Pero las personas pasan y las costumbres cambian. El tan estereotipado niño-digital de hoy tiene unas costumbres que no se pueden reeducar, desviar o controlar. El vendedor se acabará adaptando a sus hábitos y sobrevivirá.
Comentarios
Por eso yo me he convertido en un desalmado pirata que condena a morir de hambre a tantos honrados y probos intelectuales y artistas. Harto de que me estafen -sí, ya sé que nadie me obliga a comprar un libro o ver una película, pero la publicidad engañosa está calificada de delito o falta por algo- descargo los libros de internet. Los leo, y si de verdad merecen la pena, los compro en papel.
Con el cine es algo parecido, salvo que las películas que me descargo son las que no pagaría por ver. Es decir, las veo porque me salen gratis. El día que desaparezcan o haya que pagar por verlas, dejare de hacerlo.
#1 Cuanta razón en tan poco espacio. Yo pienso igual.
Hay tanta maldad en los timos que la cultura nos ofrece, como en en descargárselos sin pagar, porque esto último es lo realmente justo.
#1 Con el cine es algo parecido, salvo que las películas que me descargo son las que no pagaría por ver. Es decir, las veo porque me salen gratis. El día que desaparezcan o haya que pagar por verlas, dejare de hacerlo.
Lo gracioso es que para ellos cada peli que descargas o cada cd, es dinero perdido, cuando en la vida lo verías o escucharías si tuvieras que pagar y a veces puede pasar que precisamente por eso descubras un nuevo grupo o película y se la recomiendes a amigos.