c&p-El mundo ha sentenciado a las bolsas de plástico mientras en España nos resistimos a pagar por ellas o a sustituirlas por otras sin impacto ambiental.Los grandes cambios se consiguen con gestos cotidianos. Nuestras abuelas arrastraban el carrito en su periplo matinal del ultramarino a la pescadería. Hoy se va de compras con las manos vacías: los supermercados suministran bolsas sin fin. En el mejor de los casos, se reutilizan para basura; en el peor, acaban en la panza de un delfín.
Comentarios
Es molesto, pero si no queremos que las generaciones venideras vivan en un yermo y nos pregunten porqué no hicimos nada para salvar los bosques, la vida marina, la atmósfera... pues habrá que hacer sacrificios.
Además, no veo la molestia en llevar tú unas cuantas bolsas reutilizables.
Los países de nuestro entorno ya se han puesto las pilas para reducir la hegemonía del plástico. En 2002, Irlanda aprobó un impuesto por el que los consumidores debían pagar 33 céntimos por bolsa en caja. Una campaña ayudó a concienciar a los ciudadanos, que en pocas semanas redujeron el consumo en un 94%. Los irlandeses compraron bolsas de tela reutilizables y las guardaron en el coche o en la oficina. La tasa tuvo un efecto disuasorio, pero su mérito no fue atacar el bolsillo, sino la conciencia colectiva.
En España una medida similar es sólo cuestión de tiempo. El Plan Nacional de Residuos tiene como objetivo sustituir las bolsas de plástico en un 70% para 2015. Medio Ambiente abre la puerta a la introducción de un gravamen dentro de dos años si no se cumplen los objetivos. Ya en 2006, la Administración firmó un convenio con las cadenas de distribución y los fabricantes, por el que estos últimos pretendían demostrar que era posible frenar el consumo desenfrenado. Pura declaración de intenciones.
Con el permiso de #1. Lleva toda la razón en ello. El impuesto de 33 céntimos por bolsa es lo que se paga al gobierno por bolsa vendida en teoría para tener una política de reciclaje coordinada y auto financiada por el impuesto en cuestión. Pero a eso hay que añadir 20 céntimos más que los comercios cobran por bolsa. Para resumir, que cada bolsa de plástico que "compras" en Irlanda para llevar tu compra te cobran 53 céntimos. Ciertamente, disuasorio. La primera vez que me pasó, lo pagué porque no podía llevarme la compra, me faltaban manos, pero ahora cada vez que salgo allí aunque sea a dar un paseo, no me falta el par de bolsitas en el interior del bolsillo de la chaqueta por si acaso compro algo cuando vuelvo a casa.
Nuestras abuelas arrastraban el carrito en su periplo matinal del ultramarino a la pescadería.
Hoy también se usan los carritos. La gente los llena con las bolsas de la compra.
Ahora bien, para tener una conducta ecológica no se trata de COBRAR por las bolsas. la gente pagará por ellas pero las seguirá usando. La solución sería eliminarlas: Se pueden usar bolsas desechables de papel o reutilizables de tela.
"Rescatar el carrito de la abuela o acudir al centro comercial con un bolsón de tela suena a fundamentalismo ecologista."
Pues en mi humilde opinión, el carrito de la abuela es signo de inteligencia... para qué cargar con bolsas cuando hay un trasto con ruedas que lo hace por ti!
Las bolsas de plástico con un despilfarro innecesario. Como tantos otros. Que ahora, cada vez que te vas a comer una magdalena, tienes que abrir como 4 envases diferentes. Por mucho que se recicle, también hay que intenter reducir el consumo despilfarrador. Hay que aprender y acostumbrarse a no malgastar recursos.
La bolsa