Mas bien la nocristianismofobia de los cristianos oiga, que se empeñan en que seamos familias cristianas en el seno de dios hasta las ranas en todo el país y yo no quiero, que me olviden, y si me hago gay que reclamen quitarle los derechos a su santo padre no a mí, hablando en plata..
Bueno...siguiendo esa misma lógica, la cristianofilia también se estaría utilizando como reclamo electoral, ¿no?
Seguimos olvidando que ninguna confesión tiene carácter estatal.
Vaya lluvia de negativos!. Con la que esta cayendo aquí, emigración, mileurismo, la mitad de la població hipotecada por minusculos habitaculos, precariedad laboral, i que os voy a contar que no sepais, se me ocurren un montón de censuras antes de meterme con la iglesia catolica. I esto en un pais, en un continente que es un remanso de paz y de progreso en comparación con Africa, Oriente Medio, Irak... El caso es que no importa que no se haya pisado una iglesia en décadas, el simple hecho de decir que no hay para tanto i no sumarse al anticlericalismo expone a votos reprobadores.
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Mas bien la nocristianismofobia de los cristianos oiga, que se empeñan en que seamos familias cristianas en el seno de dios hasta las ranas en todo el país y yo no quiero, que me olviden, y si me hago gay que reclamen quitarle los derechos a su santo padre no a mí, hablando en plata..
#1 Te estás refiriendo a los obispos, no a los cristianos en general.
Bueno...siguiendo esa misma lógica, la cristianofilia también se estaría utilizando como reclamo electoral, ¿no?
Seguimos olvidando que ninguna confesión tiene carácter estatal.
Vaya lluvia de negativos!. Con la que esta cayendo aquí, emigración, mileurismo, la mitad de la població hipotecada por minusculos habitaculos, precariedad laboral, i que os voy a contar que no sepais, se me ocurren un montón de censuras antes de meterme con la iglesia catolica. I esto en un pais, en un continente que es un remanso de paz y de progreso en comparación con Africa, Oriente Medio, Irak... El caso es que no importa que no se haya pisado una iglesia en décadas, el simple hecho de decir que no hay para tanto i no sumarse al anticlericalismo expone a votos reprobadores.
Madre mía que sarta de barbaridades. Cuánto odio. Cuánto fanatismo. Qué horror.