Concurso de microrrelatos de Menéame
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La torre de Babel

La altura de la torre ya era tal, que se la consideraba una intrusa en el cielo; las aves se posaban en las cornisas de las plantas más altas, sin atreverse a entrar, recelosas, y las nubes, orgullosas, atravesaban la torre con indiferencia.

A cada planta construida, los límites del cielo se alejaban. La perspectiva de no alcanzar sus propósitos, lejos de desanimar a los humanos, les agitaba, tal como les sucede a los jóvenes caballos con la perspectiva de una inabarcable llanura.

Debido al infundado temor de ser alcanzado, Dios  corrompió su propia creación, volviéndolos incapaces de comunicarse entre sí, divididos en grupos, cada uno con su propia lengua, evitando que se coordinaran para continuar su obra. Lo más probable, es que también corrompiera sus propios corazones, su voluntad de entenderse. De no ser así, no sé entiende su incapacidad de resolver la barrera lingüística.

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Hoy no hay relato

Hoy no pienso escribir un relato, no me da la gana.

Acaba pareciendo una obligación, como si tuvieras que participar sí o sí, porque ese es el objetivo: han puesto un concurso para promocionar la página y tienes que participar porque lo hiciste una vez.

¡Pues hoy no quiero!

Estoy cansado de tener que pergeñar palabras, reunirlas en frases con sentido, frases que sean ingeniosas y que despierten un pensamiento en el lector, o una sonrisa, o una reflexión…

¡Se acabó, ya no paso más por ahí!

Si votas a otros participantes, eres tonto, te estás perjudicando. Si no los votas, eres un egoista que no quiere valorar lo buenos que son los otros relatos y quieres ganar a toda costa.

¡Ya basta de esta pantomima!

Y, encima, tener que aguantar a graciosos que sólo entran en tus comentarios para sus cosas, que ni siquiera aprecian lo que escribes…

¡Adiós!

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Do, re, mi... Sol

Todo comenzó hace 6 años. Cuando Elvira, la del 3°C levantó la liebre. Había un lenguaje secreto en ese tendal de Irene, la del 4°A.

La disposición de las pinzas de madera o de plástico, el color, formaban palabras en ese pentagrama circular. 

Circularon distintos diccionarios, se organizaron cientos de reuniones clandestinas para resolver el arcano. 

Hace 4 días Irene subió al 7° piso del patio de luces, abrió la ventana y se lanzó. Sus sesos salpicaron desde el entresuelo hasta el principal.

Ahora Ambrosio, el jefe de escalera, quiere prohibir los tendales y las Marías disimulan con las pinzas. 

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La normalidad

Dmitri movía la sartén con maña. Esas verduras salteadas para acompañar el pollo que le preparaba a Sofía para cenar tenían muy buena pinta. Una mano en la sartén y la otra en una copa de vino.

-¡Eso huele muy bien, cariño!-, dijo Sofia desde el baño, donde se refrescaba. -¡Yo pongo la mesa!-

Colocaba la cesta de pan en la mesa cuando la pared de su apartamento, la que daba a la calle, desapareció. En su lugar, una enorme bola de fuego arrasó el piso, la lanzó a ella contra la puerta del comedor, dejándola malherida; a él, junto con cocina, pollo y vino, a la calle, desde un 5.º piso.

Los bomberos de Kyiv la rescataron en una hora o así, ensangrentada. Su casa ya no existía y el amor de su vida estaba muerto. Los periódicos dijeron al día siguiente que había sido un dron. Maldita guerra…

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Eliminando rastro completo y registro

-...Entre Casa del Centinela y Arroyo de la Higuera, en medio de ninguna parte...

-Ese gilipollas portugués casi mete la pata...

-Se corrigió al momento.

-Porque le dimos un toque desde aquí.

-¿Y dónde está la cosa ahora?

-Ni idea.

-Y quién la tiene.

-Ni idea. Nosotros no.

-En el informe dice esferoide de aspecto cristalino de un metro cúbico aproximadamente. ¿Y los ojos y oídos que tenemos en esa zona no pillaron nada?

-Nada. A 500 metros emitió ese pulso concreto y descendió al suelo... quedó entre un camino de tierra y unos árboles. Y la red eléctrica se fue al cuerno.

-Pero si pedimos tiempo para poder moverlo y llevarlo a...

-Pues allí no lo tienen, ni los franceses, ni los alemanes, ni los españoles, ni...

-Los ruskies descartados y los chinos también... No se puede haber perdido eso. Tengo en el informe que mandamos a gente de la base de Morón y de Rota, y de la base gris que tenemos en Beja, Portugal.

-Hubo que traer una grúa y meterla allí en mitad del campo, pesaba unas cinco toneladas o así. 

-Cada vez que están los españoles metidos en una de estas se lía... ¿se les ha dado el toque?

-Cuatro veces. Van a colaborar, claro.

-¿El señor naranja lo sabe?

-No, y no lo sabrá.

-Bueno, tenemos que encontrar esa cosa. Pon a los tuyos en marcha.

-Vale. Esta conversación no ha tenido lugar. Eliminando rastro completo y registro.

-Clic. 

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Los siete sellos

Esto no podía estar pasando. Solamente se trataba de una prueba.

Había elucubrado si la bomba de haz de neutrinos sería capaz de barrer la esfera desde un punto de la misma, y le pareció que bastaba con alinear el eje del plano a una tangente que fuera perpendicular al centro.

Pero olvidó que estaba en producción, y no en el entorno de pruebas, maldita sea.

Había aniquilado toda la vida del planeta basada en el ADN. Había matado a toda su familia, a todos los seres vivos. Cada planta, cada bacteria. Cada. Ser. Humano. Salvo él, que estaba dentro de la esfera emisora.

Pensó en buscar viviendas con placas solares para almacenar alimento fresco.  Pensó si las nucleares tendrían auto apagado. Pensó infinitas cosas, para no pensar.

Había desencadenado el apocalipsis, y solamente pensaba en comer.

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Confianza

El granjero fue al mercado y compró un pavo chiquitín. El pobre bicho, iba en una caja, de cartón aterrorizado, por los vaivenes del coche. Finalmente llegó a casa y lo soltaron el corral.

Allí también pasó muchísimo miedo. Estaba rodeado de unas bestias gigantescas que le lanzaban picotazos, de una especie de león con unas uñas terribles y de un lobo gigantesco que lo empujaba con el hocico.

La primera noche, fue horrible. La segunda, mejor. En una semana, estaba a gusto. En tres meses, era el dueño del corral. Todo iba magníficamente. Su optimismo y su confianza en la vida aumentaban cada día, por buenas razones.

Hasta el día de Nochebuena.

Otros pavos, en los años siguientes, escucharon la historia a finales del otoño, pero aunque nadie dudó de su veracidad, la consideraron unánimemente un hecho asilado.

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Villanos

Tantos peligros nos acechan: odio, cambio climático, xenofobia, bulos. Tantos peligros y muy poco tiempo. Un momento difícil en el que los mejores deberían guiarnos y solo nos iluminan los más tontos. Un momento complicado en que necesitamos a superhéroes y solo hay villanos.

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Día tranquilo

Fue un día de poca actividad en el que básicamente se limitó a observar la ciudad desde lo alto buscando algún problema que resolver, algún criminal al que detener antes de que escapara, algún edificio en llamas del que rescatar a alguna persona o animal atrapado por las llamas. Pero no ocurrió nada de eso y, aburrido, decidió volver a su casa. Le habría venido bien un poco de acción.

Entró volando por la ventana, dejó la capa sobre el respaldo de una silla y se sentó en el sofá al tiempo que encendía el televisor y cambiaba de canal con su visión infrarroja.

Escuchó una voz desde la otra habitación que le decía:

- Cariño: Te toca bajar la basura.

- No me encuentro muy bien. -Respondió- ¿Puedes hacerlo hoy tú por mí?

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Espacio profundo

Mira hijo, aquella es Tesla, la estrella más brillante de la constelación. Las otras dos que se ven juntas más a la derecha son Panamá y Groenlandia, que junto a esa que ves ahí, que se llama Usaid forman la constelación Aranceles. Y si tuviésemos un telescopio podríamos ver la nebulosa de la trompeta que se encuentra en su interior. ¿Verdad que es fascinante?

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Los problemas de los demiurgos

El demiurgo estaba cabreado y miró de reojo al ser omnipotente y omnisciente en la modalidad de sabelotodo egocéntrico.

-Es que no está contento con nada.

-¡No eres más que un vulgar artesano! –respondió el ser omnisciente rojo de ira.

-He construido el universo en cinco minutos... pero he sido discreto.

-¡Para crear universos hay que ser megalómano y exhibicionista... esto que has hecho es un revés a la inflada imagen que tengo de mí mismo!

-Si usted lo dice... –respondió lacónicamente el demiurgo.

-¡Estás hablando con el ente supremo! ¡Crearé de la nada absoluta otro demiurgo!

-Pero si ya lo tengo todo construido... Esto parece la rabieta de una niño malcriado.

-¡Me inventaré la vida, tontolculo, seres que me adoren por siempre jamás! –dijo el ser omnisciente más cabreado que antes.

Y con una simple orden mental el demiurgo desapareció.

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El pescador

Oswaldo amaba el mar. Nació y se crió cerca de él, y de él vivía ahora.

Esa día salió temprano, un punto antes del amanecer, hacia la playa de Poneloya, con su equipo y sus pertrechos, en su vieja moto, una Norton destartalada que él cuidaba mucho, era herencia de su padre.

Se llegó hasta lo de Doña Hilda, al final de la playa, a la que saludó con la mano mientras aparcaba, y agarró su equipo: las gafas de buceo en la frente, el arpón y la red a la espalda y las pataletas de la mano. No necesitaba más.

Apenas 50 metros hasta la orilla: se fija las gafas, las pataletas a los pies y agarra el arpón.

Al echar a andar, oye como un rasguido: una de las pataletas se ha enganchado en algo metálico, rajada de arriba abajo. De no llevarla puesta, hubiera sido su pie…

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Tiempos Raros

-         Llegaremos en un par de intervalos espacio-tiempo a la Tierras Raras, capitán.

-         Recuérdame porqué se llaman Tierras Raras.

La edad no perdonaba a la memoria del capitán, por muchas veces que se lo dijera era un concepto que no llegaba a comprender, no por la complejidad de este, a la que ya estaba acostumbrado tras décadas de viajes superlumíncos, si no por no comprender por qué los habitantes de las Tierras Raras actuaban de esa manera.

Le costaba entender cómo era posible un lugar en el que la materia inanimada estaba por encima de los organismos vivos, y que esta generase guerras que por el bienestar común no se disputaban. Era honestamente raro, complejo y descorazonador.

-         Creo que será mejor que lo vea por sus propios ojos, capitán. Hemos llegado a Tierras Raras, desdoblándolo al espacio-tiempo: Tiempos Raros, según los habitantes: La Tierra, presente.

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El cuento chino de los tres frijoles gana el concurso semanal de microrelatos de Menéame

El cuento chino de los tres frijoles gana el concurso semanal de microrelatos de Menéame

El cuento chino de los tres frijoles gana el concurso semanal de microrelatos de Menéame y La Rebelión de las Tierras Raras queda finalista
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"Objetivo común" es el tema de esta semana para nuestro certamen semanal de microrrelatos

"Objetivo común" es el tema de esta semana para nuestro certamen semanal de microrrelatos

Pues el tema de la semana de nuestro concurso semanal de mircrorrelatos, en honor al grandérrimo usuario @Charles_Dexter_War, es "Objetivo común". Sed cínicos, irónicos, puñeteros pero sobre todo ingeniosos.

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Juan Palomo

- Venga Juan, tú hazlo, tómatelo como parte del trabajo.

- Si yo de esto no sé, escribir no es lo mío, y además me lío entre tantas cuentas.

- Mira, usa la cuenta de empresa del IALLM y ponle cualquier cosa, cualquier tema. ¿Te gusta algún autor? Le dices que escriba parecido y te lo hace, es alucinante. Luego lo revisas un poco, cambias de aquí y de allí y lo subes con tu cuenta, bueno, la resucitada, ya sabes.

- Pero había alguna otra condición y un tema que va cambiando, ¿no? Alguien lo comentó en el café, algo polémico para que muerdan el cebo.

- Sí, pero nos hemos pasado un poco, demasiado ruido. Además más de alguno se ha dado cuenta pero no pasa nada. Sí que hay límite en el número de caracteres, está descrito por ahí. Míralo antes de publicarlo, que no me sé todas las normas y además que me tengo que ir. ¿Cuento contigo?

- Claro, pero esta vez me toca ganar a mí. A ver si no canta demasiado con tanto recién creado y tanto click...

- ¡Ése es mi chico! Creo que ya tenemos ganador, recuerda que estamos todos en el mismo barco.

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Los padres de la Constitución

Tras el fin de la dictadura por muerte natural del tirano, las fuerzas vivas de Sufridia se reunieron para redactar su nueva Constitución.

 -Propongo que la parte dogmática de la Constitución tenga un único artículo que rece "el fin supremo del Estado es asegurar el bien común"- dijo el representante de las élites políticas de la extinta dictadura.

 -Sublime- respondió el líder del Partido Reformista, parte de la oposición en el exilio.

-Es sin duda nuestro objetivo común- sostuvo el líder del hasta ahora ilegalizado sindicato UJT.  

-¿Y no deberíamos concretar en qué consiste el bien común y plasmar en la Constitución un conjunto de derechos y garantías que lo protejan?- opuso el líder del Partido Combativo, que nunca abandonó el país y siguió peleando contra la dictadura desde la clandestinidad.

Todos los demás acordaron excluir inmediatamente de las negociaciones al Partido Combativo debido a su radicalismo.

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El buque

El buque

El agua empezaba a entrar en los camarotes de primera clase, y, sin dar crédito a lo que estaba ocurriendo, sabía que ya no había nada que hacer, el buque estaba condenado. Bruce Ismay se dirigió a la cubierta y empezó a ayudar a los asustados pasajeros a abordar los escasos botes salvavidas.

Cuando ya no hubo nadie más a quién ayudar, se dirigió al último bote, uno de los 4 botes plegables Engelhardt con los que contaba el barco, sobre la cubierta del costado de estribor, junto al puente. Lo engancharon al mecanismo de descenso del pescante del chinchorro y, antes de descender, echó una mirada atrás, no sólo para comprobar que no quedaba nadie, sino para despedirse de su creación, de su buque insignia, del que habría sido el orgullo de su compañía.

Sería la última vez que Ismay vería el buque, no quiso volver a mirarlo.

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Lunfardo

 Agarraste la manija

mientras andabas a boleo

en el barrio de las ranas,

y sin compasión me hieres

de fierro grande y profunda

y me robas hasta la voz

pa’ decirte adiós.

 

Duerme mi barrio entre sueños

y entre sueños se marchó

como tú te haces la morronga

mientras todo es hacha y tiza

bandeado por heridas

echando barracas sin parar

en esta suerte de vida

que sin suerte

me dejó.

 

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Asalto a la colina HE-127

El capitán ordenó precaución porque había visto un puesto enemigo enfrente de nuestro avance.

Agazapado entre las rocas, vimos el casco de uno de ellos. Nos ordenó disparar desde todos los ángulos posibles.

Pero no tuvimos éxito. Ni se inmutó.

Para ablandar su firmeza, se pidió refuerzo de la artillería. Tres días de fuego casi constante.

Ni se inmutó.

Nos retiramos unos kilómetros al pedir el apoyo de la aviación. Decenas de pasadas de bombarderos durante tres largas horas.

Al volver, seguía ahí. Ni se había inmutado.

Entonces es cuando, desobedeciendo las órdenes, el soldado Juan se levantó y salió a andar despreocupadamente. Al principio pensábamos que iba a mear, pero se dirigió al puesto del enemigo. Le dio una patada y salió rodando. Era un casco aislado.

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Contrabando

Era el novato y me tocó seguir a Juan Saldaña, el constructor, para saber con quién se reunía.

No fue difícil, pero cuando Juan entró en un café, comprobé que no lo esperaba un narco, ni un político: era una chica, muy guapa, treinta años más joven que él. 

La escena fue breve.

Juan le hablaba con vehemencia y ella apretaba los labios. Él intentó cogerle una mano, pero ella la retiró. Ella negó con un gesto. Saldaña se echó hacia adelante, argumentando algo. La chica miraba a la mesa y negaba tozudamente con la cabeza. Saldaña levantó las manos con gesto implorante.

La chica se levantó y Juan le pidió que volviera a sentarse. Luego él comenzó a asentir, hasta que ella le sonrió y volvió a sentarse.

Ninguna frontera tienta más al contrabando que la de la edad y ella acababa de fijar los aranceles.

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Las fronteras en los tiempos del odio

Frontera de Ceuta. En la España gobernada por Abascal, las normas arancelarias han cambiado un poco…

-Buenos días- le dice el agente aduanero.

-Buenos dias, sinior…

-¿Me permite su pasaporte?

-Sí, sinior- le contesta el inmigrante mientras le tiende un pasaporte marroquí.

-Veo que tiene todos los permisos y visados…

-Sí, sinior, todo en regla.

-¿Motivo de la visita?

-Visitar mi hermana, vive en Málaga.

-¿Cuanto tiempo estará en España?

-Dos semanas.

-Bien. Entonces serán 7500 euros…

-¿Cómo? Pero si yo todo en regla, sinior…

-Sí, pero el nuevo gobierno ha puesto aranceles a los inmigrantes marroquíes, por si se les ocurre quedarse en el país y hay que darles pagas, ayudas al alquiler, ingreso mínimo… ¿Tiene el dinero?

-No, no lo tengo, no…

-Entonces no le puedo permitir entrar en España. ¡SIGUIENTE!

-Pero, sinior, por favor…

-Lo siento, la ley es la ley. Por favor, abandone la cola… ¡SIGUIENTE!

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El microrrelato ganador de esta semana ha sido: La profecía por JanSmite

El microrrelato ganador de esta semana ha sido: La profecía por JanSmite

El microrrelato ganador del certamen de esta semana ha sido: La profecía por JanSmite
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Isla perdida

Tierra, tierra. Grito el vigía.

El capitán pensó que sería otra alucinación, y sería la cuarta. 

Llevaban dias sin provisiones y el agua se estaba acabando. Semanas sin tocar tierra y sin viento para navegar hacia mella en la escasa tripulación que quedaba

Pusieron rumbo hacia allí y una corriente extraña les llevo rápidamente. Al acercarse vieron que era real y no un espejismo, por fin podrían aprovisionarse. 

Desembarcaron todos en busca de alimentos y agua, y les recibieron sus exageradamente amables habitantes que les saciaron de manjares. Carnes jugosas, exóticos pescados, dulces frutas y agua de citricos.

 No podían creer lo que les estaba pasando. 

Al preguntar dónde estaban, les dijeron que en isla perdida, y que no buscasen en los mapas porque no aparecía. 

Tras quedar saciados fueron cayendo dormidos uno tras otro, plácida y felizmente.

Al despertar estaban todos en cubierta, con el velero a la deriva. Las bodegas llenas de alimentos y agua potable. No había rastro de tierra a la vista.

Intentaron volver a isla perdida, pero las brújulas extrañamente funcionaban mal. Habían perdido el norte.

Tierras extrañas, días raros.

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Divisiones Internas es el tema de esta semana en nuestro certamen de microrelatos

A veces las mejores y las peores intenciones se ven impedidas por las discrepancias entre unos y otros, así surgen las Divisiones Internas

menéame