El primero de muchos

Iván Pérez llegó a la reunión unos quince minutos tarde, como casi siempre. Los demás empezaron sin él como casi siempre. Escuchaba algunas palabras sueltas y apenadlas entendía. Imagina que era lo de siempre: la empresa va mal, nuestra política no es la adecuada, se cerca una guerra y habrá víctimas. Guerras y víctimas: las tonterías que dice la gente para referirse a los problemas empresariales. Será como casi siempre, pensó. Seguir haciendo lo mismo sin saber qué es y que te paguen por ello. Estaba distraído pero creyó escuchar que alguien había dicho Iván. Ese alguien sacó un arma y le disparó. Fue un disparo certero. Iván escuchó: nada mejor que probar una nueva pistola en el más inútil de nosotros. Iván supo por fin que trabajaba en una empresa de armas y que era el primero de muchos que moriría en acto de servicio.