En plena Gran Guerra, una anciana belga tejía junto a su ventana. Al pasar un tren, bordó una puntada irregular con sus dos agujas de punto. Cuando pasó otro se saltó unos puntos, con lo que dejó intencionalmente un agujero. Más tarde, arriesgaría su vida entregándole la tela a un miembro de la resistencia belga que trabajaba para derrotar a las fuerzas de ocupación alemanas.
|
etiquetas: primera guerra mundial , espías , tejedoras
Pero no hay nada escrito al respecto.