Hace 1 año | Por --729226-- a eldiario.es
Publicado hace 1 año por --729226-- a eldiario.es

Un día cualquiera de la primavera de 2016, en la cocina de la resistencia ecologista del bosque milenario de Hambach, en Alemania, vi una pegatina con el dibujo de una vaca donde se leía el lema Ich bin keine maschine. “¿Qué significa?” pregunté. “No soy ninguna máquina”, dijo el chico que me guio hasta el bosque. Seguí charlando con ese joven biomédico y, dada su formación, creí oportuno preguntarle si sería posible crear leche de laboratorio, una máquina de verdad que produjera leche de verdad sin vacas ni cabras explotadas. “Algún día, sí”

Comentarios

D
obmultimedia

#3 esto es cierto? dios, maltrato animal puro y duro.

mikhailkalinin

#4 Lo es. Lo peor es que su producción baja entre los 5-7 anos. Como ya no son rentables como productoras de leche, ahora lo son porque la mejor carne, incluso por encima de la de novillo, es la de vaca vieja.

Cuñado

#3 Y además se reduciría el enorme impacto ambiental de la ganadería.

m

#6: No tanto, las vacas de leche no producen tanto impacto, porque es siempre la misma vaca.

Hoy en el bar donde desayuno estaban hablando el dueño y un proveedor de cómo se había encarecido la leche. Contaba el proveedor que mientras que antes a los ganaderos no les quedaba más opción que la huida hacia delante con lo poco a lo que les pagaban la leche, ahora, con la moda de la carne de vaca madurada, empresas cárnicas les ofrecían su buen dinero por la cabaña y muchos estaban aceptando llevarselo calentito y quitarse de problemas.

placeres

,, Me parece fascinante lo exacto que llegan a afinar el ahorro energético-huella ecológica y que no pongan en ningún sitio el precio estimado de un litro de esta "leche"... supongo que el autor estaba demasiado ocupado farfullando sobre la ética.

alexwing

Sería más bien leche sin-tetita.

Noctuar

Esto es el mismo absurdo despropósito que la carne in vitro. Dilapidar energía y dinero en obtener un producto que es innecesario para la nutrición humana y que sigue reforzando la errónea creencia de que necesitamos consumir sustancias de origen animal para estar sanos.