Cuando se cansa uno de marear la perdiz, es el momento de hacerse las preguntas que importan. ¿Debería mandar la OTAN tropas aUcrania para detener y vencer a los rusos?
Dejémonos de chorradas y respondamos, cada cual según su leal entender, esa crucial pregunta.
Sabemos quién es el agresor. Sabemos quién es el agredido. Sabemos lo que nos conviene y sabemos lo que no. O al menos tenemos una idea al respecto, porque el trenzado de intereses es demasiado complejo para desentrañarlo en un primer vistazo.
Sabemos lo que puede costarnos no hacer nada, y tenemos una idea aproximada d elo que puede costarnos decidir ganart esta guerra con nuestras propias fuerzas armadas. Pues ya está. Que cada cual se posicione. Y el que se posicione a favor, que se presente voluntario, para defender la ética de los agredidos, para sangrar a los rusos, para restablecer la legalidad, para dar un escarmiento a Putin y su fascismo paneslavo. Para lo que sea. Pero que nos digan claramente qué está cada cual, a nivel personal, a rriesgar a cambio de su ética.
A mí no me cabe la menor duda de quién es el culpable de este conflicto: Rusia. Pero contra lo que leo a menudo por aquí y por otros lares, eso no me nubla la mente. No soy tan seguidor de Disney como para ignorar que el culpable a veces gana. Sé de sobra que el culpable puede ganar y que hacerle perder puede costar un precio que no vale la pena pagar. Porque ya no somos críos y sabemos que así son las cosas.
Hacer justicia está muy bien, pero hacerla con la sangre de otros es ya una injusticia en sí misma. Por eso urge la pregunta con que titulo estas líneas: ¿Nos interesa tanto la justicia como para mandar a nuestras tropas sobre el terreno? ¿Debería la OTAN mandar tropas a Ucrania? Si es que no, deberíamos ayudar a buscar una salida negociada. Justa, injusta o la que haya. Sí es que sí, no va a haber mejor momento que ahora o los próximos meses.
Pero hay que decidir si queremos ser gallina o cerdo. Porque a la hora de ofrecer un desayuno de huevo con jamón, hay una diferencia clara entre la gallina y el cerdo. La gallina, cumple. El cerdo, se implica.
Ya está bien de hacer de gallina, aportando huevos. El que quiera, que se implique y aporte el jamón.
Mi respuesta a la pregunta es NO. Cada cual, supongo, tendrá la suya.
En la ley romana se castigaba con la muerte a quien se apoderase de las cosechas de sus vecinos usando la magia.
Sobre este asunto, Plinio nos cuenta un caso que se inició contra un romano llamado Furio Cremiso:
C, F. Cremiso, un liberto, sacaba de su pequeño campo más frutos que los que todos sus vecinos sacaban de propiedades mucho más grandes. Por ello, como era muy envidiado por éstos, y como se sospechaba que atraía las cosechas de los otros con encantamientos, fue citado a un juicio por Espurio Albino, edil curul. Como temía la condena por el voto de los tribunos, Cremiso llevó al Foro todo su material agrícola, los esclavos vigorosos, bien cuidados y bien vestidos, los utensilios bien hechos, las rejas de arado poderosas, los bueyes bien alimentados. Y entonces dijo: 'Oh quirites, éstas son mis magias, y no puedo ni mostraros ni traer al Foro mis trabajos, mis desvelos y mis sudores'. Dijo esto y se le absolvió por unanimidad.
Es un caso (posiblemente falso) que bien pudo usarse a modo de "fábula" para intentar enseñar algo a los romanos, pero que me ha parecido interesante porque a día de hoy podría tener dos interpretaciones dependiendo del punto de vista que se tenga.
¿Era Cremiso un audaz entrepeneur negotiator que tenía que soportar las envidias y los ataques de los mediocres por su éxito?
¿Era Cremiso el ejemplo de que asegurar unas buenas condiciones a sus trabajadores y tratarlos bien (obviando que eran esclavos), cuidar a sus animales, y proporcionar los medios necesarios y adecuados para el trabajo y no ratonear con el material (no como el resto de empresaurios negotiatores) era mejor para el negocio?
Personalmente me quedo con la segunda opción (aunque lo de ser esclavo...)

-Buenos días, Ricardo. Me han dicho que querías verme. Pasa, pasa, tengo algo de prisa, pero siempre puedo sacar tiempo para ver a uno de mis empleados favoritos. Cuéntame...
-A ver, señor Ruipérez, ya sabe usted que llevo 9 años aquí, no he faltado ni un solo día al trabajo. Ni en los dos partos de mi mujer...he triplicado los beneficios de mi departamento en el último año y creo que ya va siendo hora de pedir...
-Una revisión de su sueldo. ¿Es eso, no?
-Sí...no quiero importunarle, pero creo que con toda la modestia, me lo merezco...
-Usted, ¿cuánto está ganando al mes?
-Pues 1900 netos, señor.
-Bien, le ofrezco 2300.
-¿2300?
-¿Le parece poco? Dejémoslo en 2500.
-No, señor, no me comprende. Yo lo que quiero es algo más emocional.
-¿Cómo?
-A mí los 1900 me dan igual. Como si quiere bajármelos. De hecho, bajémoslos a 1500.
-No entiendo...
-Yo quiero algo más sincero, más honesto. El dinero es superficial.
-¿Algo más emocional? ¿Cómo qué?
-Bueno, por ejemplo un abrazo semanal de su parte. Me vendría muy bien, los lunes por la mañana. Eso sería un comienzo maravilloso de semana.
-¿Un abrazo?
-Sí, señor Ruipérez. Eso me llenaría más que el dinero.
-Bueno, pues de acuerdo. Un abrazo será.
-Y si no le importa, poder poner canciones de Eros Ramazzotti en el hilo musical de vez en cuando.
-Claro que sí, Ricardo. Entiendo...
-Y me gustaría que me tutease, señor Ruipérez. Eso reforzaría mi autoestima y vale mucho más que el vil metal. Emociones, ya sabe...
-Vale, te tuteo. ¿Qué más quieres? ¿Comerme la polla debajo de la mesa mientras reviso los balances? JAJAJAJAJAJA
-Pues hombre, señor Ruipérez, yo no soy gay, pero significaría muchísimo para mí que me dejase...
-Seguridad, suban a mi despacho. Con las pistolas táser, por favor.
Estados Unidos ha bombardeado diversos barcos en Colombia recientemente, la versión oficial es que son narcolanchas, pero lo que cuentan desde Colombia es que eran pescadores y que hay otros pescadores desaparecidos. A su vez gente del entorno de Vox como el excvicepresidente de Castilla y León, Garcia Gallardo, dice en redes sociales que el problema es que los sudamericanos vienen a España y suben el precio de la vivienda.
Entre medias, Colombia es el país de América del Sur del cual vienen más inmigrantes a España. Es decir por una parte desestabilizan paises en América del Sur como llevan haciendo décadas con golpes de estado, narcotráfico y demás que genera inmigración masiva debido a las malas condiciones de vida que imponen sus ataques. Por otra parte esa misma gente te dice que el problema son esos inmigrantes. Es decir los atacan allí y aquí, haciéndoles allí huir y aquí que se sus fieles de extrema derecha los repudie y les eche la culpa, y ya que sus fieles suelen ser empresarios y demás, esto les lleva a situaciones de exclusión y pobreza, logrando trabajadores baratos.
Y ya no hablemos de cómo la inmigración de países de África y Oriente Medio se disparó tras el 11S.
La cultura estadounidense, impulsada, detallada y glorificada por miles de películas, series y novelas, está convirtiendo progresivamente nuestro mundo, en una imitación a pequeña escala del país de las barras y estrellas.
La cantinela de la autosuperación y el sueño americano, la sanidad privada, el individualismo furibundo, retrasar la jubilación, la autoayuda y el fascismo de la alegría autoimpuesta, la sociabilización del triunfo y la personalización del fracaso, Amazon y el fin del pequeño negocio, la educación privada hiperelistista, el anticomunismo, Halloween, la confusión de la felicidad con la ambición, el Black Friday, el liberalismo reaganiano, la estética Kardasian, la humanización de las mascotas, la comida rápida, los coches enormes y contaminantes, los bodorrios de ruina y las despedidas de soltero, las operaciones estéticas, la turboinfluencia cultural de la publicidad, el muy mal entendido derecho a la autodefensa y la locura de las alarmas y sistemas de seguridad, la importancia de la popularidad desde edades tempranas, la ultraderecha populista, los anglicismos como forma de diferenciación clasista, el hiperconsumismo navideño y la autoimposición del optimismo en fechas señaladas, los sex reveal, el coaching, el odio a lo público, las fake news, los movimientos antivacunas, el amor por Israel, el terraplanismo y el relativismo fascista anticientífico en general, las fiestas de graduación, la apropiación cultural...
Estamos adoptando, progresiva e imparablemente, la forma de aspirar, pensar y vivir de un país en el que más del 50% de los mayores de 65 años se ven obligados a seguir trabajando porque no pueden pagar sus deudas, donde la clase media y baja tiembla del miedo a caer enfermo por no poder pagar los gastos hospitalarios, donde la inseguridad late en cada calle de cada ciudad, donde los jóvenes viven presos hasta más allá de los 40 por las deudas derivadas del costo de la universidad, donde un 1% de la población tiene el 40% de la riqueza de todo el país, donde millones de personas viven con dependencias a fármacos opioides porque el gobierno no quiso ni supo poner cotas a las farmacéuticas en una epidemia de adicción que ya ha provocado medio millón de muertos, donde los conflictos por racismo no han dejado de subir propulsados por una brutalidad policial que sigue rompiendo récords, donde más de 90000 ancianos mueren solos cada año porque no tienen lazos familares y todo eso en el país con la mayor proporción de ancianos sin familia del mundo (14,7 millones), donde las tasas de depresión han alcanzado cifras récords tras el COVID en un país que presta una casi nula atención a la salud mental en la, ya de por sí, frágil sanidad pública.
Ningún país ha sabido usar los medios como los estadounidenses para convertir un país infernal, en una arcadia perfecta, para asociar una sensación, una aspiración, un objetivo vital a un lugar, a un sueño, a un estado, a un país que, en definitiva, jamás existió y que jamás existirá.
La razón a todo esto la explica Chomsky con una sencillez abrumadora:
"Son muchas las estructuras mentales, sociales y culturales que los europeos están adoptando de los estadounidenses, pero si hay una que debe preocuparles esa es el total desprecio que nosotros tenemos por el desarrollo de una capacidad crítica a edades tempranas en la educación y que yo ya comienzo a detectar, de forma plena, en la mayoría de sistemas educativos europeos. (...) El petróleo, el pleno empleo y la industria armamentística no son, ni de lejos, tan importantes para los Estados Unidos como que haya miles de millones de jóvenes en todo el mundo que sigan creyendo que somos un país mágico y extraordinario".
Ojalá pudiera ser de derechas. Lo tienen todo a su favor.
Los medios de comunicación, los jueces, las fuerzas de seguridad del estado, la religión, la tradición, la monarquía, los simbolos del país e, incluso y cada vez más, las redes sociales. Toda una máquina bien engrasada para asegurarse de que su ideología está bien protegida y perdurará en el tiempo.
Sin embargo, ¿qué tenemos los de izquierdas?
Periodistas que ante cualquier mínimo error de nuestros partidos lo engrosan, abrillantan y televisan cacareados entre tertulianos sin ningún pudor ante múltiples cámaras de eco que se retroalimentan unas a otras.
Jueces que no dudan en alargar casos que abren telediarios y ocupan portadas y cuyos archivos se van acumulando uno tras otro y que no son dignos ni de un pie de página en la sección de esquelas.
Policias, guardias civiles y antidisturbios que se inventan testimonios, que enchironan a inocentes y que abren cabezas por la mañana y duermen a pierna suelta por la noche.
Bots, youtubers y espontaneos que repiten bulos, reprochan a la izquierda pecados que la derecha cometió con anterioridad amplificados por mil, que inventan adjetivos yuxtapuestos dignos de algún comic de Mortadelo y Filemón y que repiten eslóganes basados en terroristas mientras reprochan los pactos con los primos terceros de dichos terroristas.
Y una oposición que no duda en llevar a cabo prácticas mafiosas que incluso sonrojarían a la verdadera mafia, que no dudaron en utilizar la fundación de un asesiando por terroristas para blanquear dinero, que han utilizado todo el poder del estado para perjudicar al rival político, que con los restos humeantes de las víctimas del mayor atentado del país todavía esparcidos en los arcenes de Atocha se dedicaron a mentir a todo el país, que se burlaron de las víctimas del mayor accidente de metro de la historia de Europa que todavía sigue sin responsables, que se han repartido sobres, sobresueldos, tarjetas black y hasta el dinero destinado a hospitales en el tercer mundo.
Y que, sin embargo, no solo arrasa en las elecciones, si no que, encima, engendra a un clon retorcido y malvado que amenaza los derechos de millones de ciudadanos y a la propia esencia de la democracia.
Porque para le derecha nunca es suficiente.
No es suficiente con que el 99% de los medios bailen a su son, quieren el 100%.
No es suficiente ganar las elecciones, quieren que la gente no pueda vator a los partidos que a ellos no les gusten.
No es suficiente que el emérito campechano emigre sin que rinda cuentas, quieren que todos le rindamos pleitesía.
No es suficiente con meter la religión en la escuela, nos la quieren meter por el gaznate.
No es suficiente con humillar a los que no piensan como ellos, quieren que dejemos de ser visibles, que dejemos de existir.
Fusilar a 28 millones.
Con eso es con lo único que tendrían suficiente.

Publica hoy La Razón un gráfico sobre el número de nacimientos en las distintas CCAA, pero al ser un gráfico con valores absolutos, es muy poco informativo y muestra lo lógico: hay más nacimientos en las CCAA más pobladas y menos, en las que tienen menor población. Es mucho más informativo el que publica el diario El Mundo sobre el mismo tema, pero basado en la tasa de natalidad.

Aquí podemos ver que algunas CCAA pequeñas tienen una tasa de natalidad entre las más elevadas.
Es un problema similar a este destacado de Expansión: que Madrid y Barcelona acaparen el 28% de los nacimientos (27,7% en realidad) es lo lógico cuando se tiene en cuenta que acaparan el 26,4% del total de población de España. En cambio, Teruel es la segunda provincia menos poblada y tiene un número reducido de nacimientos por ello, pero su tasa de natalidad (6,9) es, por ejemplo, superior a Las Palmas (5,97) que tiene 10 veces más población y, por ello, un número de nacimientos muy superior.
Todos estos años de investigación habían dado su fruto. En sus manos tenía el poder de controlar el tiempo a pequeña escala. Pulsando el único botón de esa pequeña caja retrocedería 10 segundos en el tiempo. Ya no iba a tener más problemas para relacionarse con la gente. Si metía la pata como estaba acostumbrado a hacer, pulsando ese botón se podría arreglar.
Ahora solo faltaba asegurarse de que su invento funcionaba a la perfección. Pulsó el botón.
Todos estos años de investigación habían dado su fruto. En sus manos tenía el poder de controlar el tiempo a pequeña escala. Pulsando el único botón de esa pequeña caja retrocedería 10 segundos en el tiempo. Ya no iba a tener más problemas para relacionarse con la gente. Si metía la pata como estaba acostumbrado a hacer, pulsando ese botón se podría arreglar.
Ahora solo faltaba asegurarse de que su invento funcionaba a la perfección. Pulsó el botón.
Todos estos años de investigación habían dado su fruto. En sus manos tenía el poder de controlar el tiempo a pequeña escala. Pulsando el único botón de esa pequeña caja retrocedería 10 segundos en el tiempo. Ya no iba a tener más problemas para relacionarse con la gente. Si metía la pata como estaba acostumbrado a hacer, pulsando ese botón se podría arreglar.
Ahora solo faltaba asegurarse de que su invento funcionaba a la perfección. Pulsó el botón.
Yo que queréis que os diga, pero viendo que pueden venir con explosivos instalados de fábrica, los dispositivos electrónicos los voy a llevar cada día más lejos de mi pellejo.
Y el que no haya pensado en este efecto secundario del ataque israelí, es que no conoce la naturaleza humana. ¿De verdad nos apetece llevar encima una cosa como un smartwatch, que puede explotar con una orden remota y dejarnos mancos o matarnos directamente? ¿Os imagináis lo que puede ser una explosión de uno de esos cacharros que monitorizan tus calorías y tus flatulencias mientras haces ejercicio? Como mínimo te arrancan un brazo, y si no te desangras antes de llegar al hospital, vas a perder peso sin ninguna duda, porque un brazo puede pesar cuatro o cinco kilos.
Que sí, que ya llevamos el teléfono móvil, pero habrá que llevarlo en un bolso, o lejos del cuerpo, y habrá que evitar cualquier cosa que vaya demasiado cerca de uno. ¿Os imagináis lo que pueden ser cinco gramos de explosivo en unos auriculares? Te vuelan la cabeza, joer. Y todos sabemos que esos auriculares tan modernos y tan chulos se pueden activar a distancia por mil medios diferentes. Por ejemplo, cuando escuches reggaeton, o cuando escuches a alguien que habla mal de Israel, o cuando le salga de las narices, en resumen, al que pague el artefacto, que para eso paga y elige el momento de la explosión.
Y bueno, no hablemos ya de que el coche bomba te lo manden montado de fábrica, y te lo puedan activar en cualquier ITV, o mejor aún en cualquier túnel, con uno de esos arcos como los de los supermercados. Porque a ver, si sacas una botella de anís y pita, con una pegatina de medio céntimo, imaginaos lo que puede hacer uno un poco más potente conectado a un explosivo en vez de a un chivato sonoro. Pequeño explosivo en el depósito de combustible y a volar en cuanto te lo activen. Nunca lo detectarías.
Así que, queridos hipocondriacos y queridos neuróticos, los israelíes acaban de inaugurar la hora del ataque indiscriminado. ¿O alguien piensa que esos aparatos sólo los tenían miembros de Hezbollah? Los tenía cualquiera, en casa, en cualquier lado, en manos del crío, en manos de la abuela. Pero les dio igual. Y les va a seguir dando igual. Porque lo que importa no es la herida, sino el miedo.
Yo ya me pregunto si después de escribir esto me atreveré a encender la radio. Y tù, que lees este medio y no otro, cuidadito con el ratón del ordenador. ¿Te imaginas lo que pueden hacer ahí veinte gramos de explosivo? Menéame es muy anntisemita. No te arriesgues.
Y si lo del ratón es chungo, imagina si estalla el monitor. ¿Por qué no?
Entiendo que Meneame tiene que vivir de algo, pero cada vez es más tentador visitarla con un bloqueador de anuncios.
Banners que se cargan mientras navegas cambiando la altura de las noticias, que se repiten hasta tres y cuatro veces seguidas haciendo tarea imposible encontrar una noticia y ahora un anuncio que oculta parte del contenido cada vez que se recarga la pagina.

Por no hablar de los problemas que provoca en el funcionamiento en el propio portal todo este exceso de publicidad.
Sé que hay que buscar una forma de rentabilizar la web, pero creo que la solución debe ir por conseguir que el tiempo que el usuario medio pasa en ella aumente, haciendo que sea más probable que haga clic en la publicidad, no metiendo publicidad por un tubo en el único sitio donde se concentra todo el tráfico.
Opino.

En el acto de hoy por el aniversario de la muerte de Franco, Pedro Sánchez ha comparado datos de 1975 con los actuales y en el caso del PIB per cápita ha asegurado que en 1975 eran 15.000 euros y actualmente son 31.000 euros. Esto ha generado una gran polémica en gente que parece estar poco habituada a comparar datos económicos de momentos diferentes, que siempre hay que realizarlos a valor real y no al nominal, es decir, teniendo en cuenta la inflación.

Si nos vamos al INE para ver la inflación acumulada desde 1975 hasta ahora y al repositorio de datos del Banco de España para saber el PIB per cápita de 1975, vemos que la inflación acumulada ha sido de 1.444,5% y el PIB per cápita fue de 1.010,52 euros (otros autores dan el dato de 1.077,30), por lo que el valor actualizado sería: 1.010,52*15,45=15.613 euros (yo he tomado a inflación desde enero de 1975, si se tomase desde noviembre sería menor, ya que ese año la inflación superó el 10%). Luego el valor actual de 15.000 euros indicado por Pedro Sánchez es coherente con el resultado del cálculo.
Estos mismos cálculos ya han sido publicados en distintos informes, como este del Colegio de Economistas donde se indicaba que el PIB per cápita real de España se había multiplicad por 2,3 entre 1975 y 2020.

Como sabéis, desde hace unos días se han reproducido en Menéame incidentes con ventanitas que supuestamente pertenecen a Orange o Mcaffe, pero que en realidad nada tienen que ver con tales empresas, y que se abren a los usuarios invitándoles a pinchar en ellas para obtener promociones o solucionar una posible (obviamente falsa) infección en su PC. Otros usuarios han denunciado que, directamente, se les han descargado archivos desde Menéame sin saber cómo. A todas luces, esta problemática parece provenir de la nueva publicidad de la web.
Los efectos derivados de esta situación son, ante todo, un inaceptable riesgo para los usuarios (yo, por primera vez en mi vida, me he instalado el adblock) pero, además, un desprestigio relevante para Menéame y un riesgo de que Google lo catalogue como web potencialmente peligrosa, con el derrumbe de visitas que ello implicaría. Ayer @imparsifal afirmó que se había puesto en contacto con las empresas de publicidad con las que contrató para solucionar el problema, y también dijo que sería útil realizar capturas de pantalla de las ventanitas y archivos maliciosos que se abran a cada usuario, con el fin de identificarlos más fácilmente e identificar así la empresa publicitaria que ha abierto las puertas del infierno.
Con tal fin (y también para visibilizar el problema, pues no hay nada mejor que la denuncia pública de las cosas que no funcionan para acelerar su arreglo), voy a recopilar en las siguientes líneas los comentarios de users que han sufrido el problema, y os animo a que, en los comentarios, hagáis lo mismo. Siempre que podáis, poned captura de pantalla. Gracias por la atención y esperemos que entre todos podamos desactivar la amenaza.
trasier 01/01 17:19
Vale. Menéame se ha bajado en mi pc el archivo "nU_SirUM.html". Visto lo visto, ¿Es un virus? ¿Es que cada día se mete más tonterías no testeadas en la web a ver por dónde fallan?
A cada nuevo cambio de propietarios, parece, buscan cargarse un poco más la web. Enhorabuena, porque lo consiguen.
angelitoMagno 31/12/2024 11:34
¿Soy al único al que menéame le redirige de vez en cuando a un anuncio de Orange?
Acabo de perder un comentario que estaba escribiendo ...
Vamos, por saber si es un problema de mi ordenador, aunque me ocurre en distintos navegadores y solo con menéame ...

Nylo 02/01 07:28
Buenos días,
@eirene @admin No sé si os han hackeado la página pero hace un rato tras pulsar en el menéame de la cabecera he sido redirigido a otra página con una url completamente diferente de la de menéame que hablaba de no se qué premios por ser usuario de google chrome. Sólo ha pasado una vez y por desgracia no tomé pantallazos, pulsé en "atrás" antes de que se me pasase por la cabeza hacerlo.
También supongo que es posible que fuese provocado por alguna extensión que tenga instalada o vete a saber. Pero como ha pasado pulsando en vuestro logo y es la primera vez que sucede, os lo hago saber.
pandasucks 30/12/2024 08:30
Me acaba de salir esto como "publi" en meneame.
Los anuncios que van "rotando" son una putamierda a parte de que te mueven el contenido que estás leyendo.
Y no, no es mi equipo infectado por nada.

Eulalia.Murcia. 02/01 17:57
Es la primera vez que escribo aquí y no sé si es el lugar más apropiado para preguntar, pero ahí voy. Me está pasando desde hace unos días o semanas que cuando uso la página de Menéame, y solo esta me aparece sin más un anuncio, supuestamente de google, en el que me dicen que he sido agraciada con un premio en metálico y no sé que más, porque cada vez que me aparece salgo de la página. No cabe duda de que es phishing y no es la primera vez que me sale sin más al utilizar una página. Me han salido sobre todo en SMS y en mensajes que envía la gente por las redes sociales pero nunca así. ¿Le pasa a alguien más? ¿Por qué puede sucederme esto? No sé como evitarlo y lo único que hago como he dicho, es salirme rápidamente de Menéame. No me pasa en ninguna otra página.
Zarangollo 02/01 19:06
¿alguien más sufre de redirecciones extrañas al entrar en meneame y solo en meneame?
Vale, ya veo que no soy el único, menuda cagada
wendigo hace 23 min
@Livingstone85 @Eulalia.Murcia.
Aquí otro que iba a preguntar si alguien más le pasaba o era yo el que me estaba volviendo gilipollas
Entre las redirecciones iy lo rara que está quedando la navegación con tanto salto en el scroll, se está quedando una web bonita
Saludos
Hace poco llegó a portada un video sobre Humboldt y su benévola descripción de la realidad americana basado en sus escritos:
www.meneame.net/story/imperio-espanol-segun-alexander-von-humboldt/bes
Lo que los autores de dicho video no saben o no quieren decir es que los permisos de viaje de Humboldt por las Américas dependían del rey, y que las élites de cada lugar eran quienes le alojaban y facilitaban su viaje. Por lo tanto si quería seguir viajando no debía ser demasiado crítico con la situación sociopolítica en Nueva España, Nueva Granada y Perú. Así queda reflejado en sus diarios, donde en numerosas ocasiones pone un epígrafe de “no publicar” a una opinión especialmente severa. A pesar de la enorme autocensura no pudo reprimir cierta crítica y se le terminó prohibiendo regresar a América.
A continuación traduzco algunos fragmentos del artículo de Sandra Rebok basado en los diarios – no autocensurados – de uno de los más grandes científicos de la historia. Por desgracia no puedo traducir los extractos originales ya que no sé ni alemán ni francés. He reordenado un poco el texto, para facilitar su lectura.
_______________________________
(scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0211-953620090)
Este ensayo se centra en los diarios personales que incluyen muchos comentarios interesantes acerca de la sociedad colonial […] y que no fueron sujeto de censura de ningún tipo.
Como su interacción fue mayormente con las élites gobernantes, sus opiniones fueron influenciadas por su necesidad de mantener buenas relaciones y expresar cualquier crítica con tacto y diplomacia. Además, Humboldt siempre albergó un sentido de gratitud hacia el rey de España Carlos IV por darle permiso a su expedición. Por otra parte, su postura fue también en función de su propio entendimiento como científico y sus objetivos personales y fue reacio a poner en riesgo su proyecto Americano. Por estas razones, muchas de sus críticas a la sociedad encontradas en sus diarios no aparecen en sus publicaciones finales. En algunos casos, notas del diario eran explícitamente marcados con un “no debe publicarse nunca”. En sus diarios, su crítica fundamental al colonialismo está basado en ejemplos específicos de opresión, corrupción y violación de los derechos humanos. Una comparación de las descripciones y juicios de valor encontrados en sus diarios con los que finalmente se publicó sobre sus viajes a Cuba y México, revelan que sus comentarios y veredictos iniciales eran mucho más críticos que lo que decidió publicar finalmente.
[...] este estudio provee un análisis general de las descripciones de humboldt sobre la estructura social de las colonias y su interpretación de sus similitudes y diferencias regionales.
[En general] aparte de su claro rechazo al colonialismo como institución política y económica, en sus diarios destacan por su análisis en profundidad de diferentes facetas del colonialismo, así como los problemas y posibles consecuencias que Humboldt prevé. Como él mismo indica, su afilada crítica no se refiere en exclusiva a las colonias españolas, sino también a las francesas, inglesas y danesas
[Hay una] evidente evolución de la percepción de Humboldt a lo largo de su viaje de cinco años. Al principio no entendía del todo bien la estructura y función de la sociedad colonial y sus diarios consisten mayormente en amplias descripciones de actividades científicas. Pero también hay una visión general de los indios, descripciones etnográficas, sobre su carácter y comportamiento, y las primeras impresiones de las misiones y las ciudades. Más adelante, Humboldt presenta un análisis mucho más complejo y profundo sobre la intrincada composición de las sociedades coloniales.
En Cuba existió una clara separación entre blancos y negros , sin presencia de indios, y la población era o libre y acomodada o exclavizada y viviendo bajo deplorable condiciones. En Venezuela, Colombia, y Ecuador la estructura social era mucho más compleja, más como sociedades de castas con más o menos componentes indios en los que factores como raza, grado de libertad y color de piel definían la situación de la gente. La esclavitud existía, pero no estaba tan enraizada como en Cuba. En cualquier caso, Humboldt aclara que los indios en las minas, quienes eran forzados en el sistema mita, vivían bajo condiciones de semi-esclavitud.
Otro tema de interés reflejado en sus diarios es la percepción negativa por la cual las ideas del Renacimiento se estaban poniendo en práctica en América. En varias ocasiones admite su decepción que miembros criollos de la élite que hablaban del la libertad del hombre, de enciclopedias, filósofos europeos y de discusiones teóricas -que a menudo expresaban opiniones revolucionarias, cuando en realidad ellos estaban interesados en manetener una sitauación que personalmente les favorecía.
A partir de aquí resalto algunas cosas de regiones.
Venezuela: Incluye muchas descripciones de las misiones y los misioneros. Comportamiento inmoral, misioneros con amantes e hijos, venta de alcohol, ganancia económica, nepotismo, trabajos forzados. Justicia arbitraria e ineficiente. Comportamientos que también menciona en otros regiones y que evito repetir.
Colombia: Muestra particular atención a la actividad científica y describe las dificultades de instituir una nueva filosofía basada en las ciencias naturales en la universidad en contra de las reglas impuestas por los religiosos.
Ecuador: Pone especial atención a los caciques a los que define como “chupasangres” de los indios que roban las sobras que dejan los corregidores y religiosos
México: Es el final de su viaje y deja de describir atrocidades, pero hace un análisis más complejo.
En su opinión la ciudad de México era incluso más bonita y elegante que muchas ciudades europeas y mucho más limpia que Lima o Bogotá, pero le llama la atención la miseria que ve en las calles y comenta su causa, la injusta distribución de la riqueza mexicana. Hay mucha mayor pobreza en Mexico que en Lima y Bogotá.
Humboldt muestra cierto alegría por la ausencia de esclavos en México, aunque comenta que la situación de los trabajadores, mayormente indios, no era muy diferente de la esclavitud. Él expresa su enfado acerca sus condiciones de trabajo de forma tajante y concluye que el gobierno debería actuar al respecto inmediatamente. […] describe la terrible situación de los mineros e indios forzados a trabajar duro cavando zanjas de drenaje.
Sobre México sí publico: (traducido con google de estracto en francés original): México es el país de la desigualdad. En ninguna parte quizás haya una más aterradora en la distribución de fortunas, civilización, cultura del suelo y población (...) Los indios mexicanos, considerándolos en masa, presentan la imagen de gran miseria. Relegados a las tierras menos fértiles, indolentes por carácter, y aún más debido a su situación política, los nativos viven solo día a día.
Esto explica porqué los planes de regresar a México años después nunca se volvieron realidad.
_____________________________
Los diarios de Humboldt desmienten categóricamente la bonita visión que nos quieren hacer creer en el video antes mencionado. Los autores del video (y lo que parece todo el canal de Youtube “verdad hispánica”) escogen unas cuantas frases para realzar la grandeza del imperio español y por supuesto recordar la “leyenda negra”. Hacen un flaco favor para entender la historia y por eso he creído pertinente hacer este artículo sin entrar en consideraciones comparativas con otros países que no ayudan en nada en la necesaria autocrítica que cada país debe hacer por sí mismo.
Valiéndome de mi posición privilegiada (o no tanto, según el día) en una mediana, tirando a pequeña, compañía de seguros, he sacado unos datos de cómo se comportó la siniestralidad de nuestras carreteras durante el estado de alarma. Se me vino a la cabeza viendo el anuncio de la Mutua Madrileña (unos sinverguenzas que esta vez lo han hecho bien) y qué mejor sitio que este para compartirlo.
Por el volumen de clientes, el intervalo de confianza debería ser del 99%, pero hay dos factores que no lo hacen completamente extrapolable a la realidad, el primero, que en mi compañía las frecuencias de siniestralidad son inferiores al mercado, y el segundo, que siempre hay alguna provincia o grupo de asegurados donde hay menos volumen de lo que correspondería a un análisis serio. Por eso, no lo toméis como datos 100% verídicos.
Empezamos con un pequeño resumen en el que se ve muy claro el impacto en abril, único mes completo de estado de alarma, y la recuperación en mayo, así como un mayor imapacto en el número de siniestros graves (con lesiones).

También en el volumen de asitencias en viaje la diferencia es muy alta, aunque no tanto, y es que a muchos se les olvidó dar una vuelta con el coche de vez en cuando y se les agotó la batería. Esto se notó mucho los primeros días de restablecimiento de la "normalidad".

Durante el de abril, que es donde mejor se ve el impacto, el coste medio de los siniestros varía poco con respecto a otros años, aquí influyen muchas cosas, como puede ser la disponibilidad de talleres, pero os pongo el dato para que veáis lo que cuesta de media un accidente. Aquí solo pongo datos de accidentes donde la culpa es de nuestro cliente para hacerlo más sencillo, aunque los otros también cuestan dinero.

Y ahora vamos al lio, ¿en qué zona o grupo de población se redujo más el uso del coche? pongo datos de abril y mayo para ver un mes con estado de alarma completo y como se va recuperando en mayo en función de las características de cada grupo. Todos los porcentajes son de mejora respecto al mismo mes de 2019.
Provincia: ordenado primero por CC.AA. para volveros locos buscando la vuestra:

En Madrid y Barcelona, zonas muy afectadas por el COVID, el impacto es mayor a la media tanto en abril como mayo.
Edad del conductor:

Mayor impacto en población jóven. Los menores de 21 son uno de los segmentos donde el dato es poco fiable por el volumen de negocio que tenemos.
Perfil socioeconómico:
Aquí pongo 3 de las variables relacionadas con los ingresos que más influyen a la hora de tener accidentes:

En primer lugar, el pago fraccionado está vinculado a hogares con menos renta media, y son estos los que menos han visto reducidas sus frecuencias, y por tanto, mayor uso del coche han seguido haciendo, aunque la diferencia es poca.
Lo mismo ocurre con los extranjeros, pero en este caso, la diferencia es muy alta en mayo, por lo que es de suponer que fueron los primeros en reincorporarse a sus puestos de trabajo, o que nunca dejaron de ir, pero al no haber tráfico en abril, no tuvieron accidentes.
En cuanto a la última variable, es una categorización en función de CP, uso de tarjetas de crédito y morosidad, por lo que es la más socioeconómica de las 3. A mayor letra, menos renta media, el grueso de población está entre la C y la F, y los resultados son bastante deficientes, porque influye bastante la provincia de residencia, pero lo mismo veis algo que a mí se me pasa.
Vehículo de empresa o particular:

Los autónomos fueron los primeros en reincorporarse a sus puestos de trabajo, lo que conlleva que en el mes de mayo su frecuencia se parezca mucho más a un año normal que la del resto de conductores.
Tipo de vehículo:

Esta tabla solo confirma el punto anterior.
Si les gustó el resumen, me pueden enviar su número de tarjeta de crédito por privado, prometo gastar poco.

Siguen los medios españoles sin darse cuenta que si una cantidad A es un tanto por ciento mayor que una cantidad B; la cantidad B no es el mismo tanto por ciento menor que A. En este caso tenemos este artículo de ABC sobre pensiones: 1.727 es un 22,7% más que 1.408 (1.727/1.408=1,227), pero 1.408 es un 18,5% menos que 1.727 (1.408/1.727=0,815).
En el mismo artículo se incluye un gráfico con la escala vertical errónea y que no corresponde con los valores que luego se representan.

Como veo que últimamente han salido bastantes noticias sobre ajedrez, se me ha ocurrido que los menenates aficionados podíamos jugar entre nosotros de vez en cuando.
Para ello, en el portal gratuito de Chess.com he creado un club de ajedrez al que os invito a uniros.
Una vez allí, o compartiendo el nombre de usuario en los comentarios, podemos añadirnos o buscarnos y jugar una partida cuando surja.
Por cierto: yo allí soy Javert97, como lo era aquí cuando empecé.
Espero que os guste la idea. Nos vemos.

No es ningún misterio que desde hace uno años hay una campaña en los medios en los que se destaca que en Cataluña todo va fatal, contraponiéndolo a lo bien que va en Madrid, fundamentalmente en cuestiones económicas. Como hoy ha salido la EPA del Cuarto Trimestre de 2022 podemos contrastar los datos de empleo de Cataluña y Madrid en esta con los que tenían en el Cuarto Trimestre de 2019. Teniendo en cuenta que Ayuso siempre ha alardeado de que fue por libre en la Pandemia porque así salvaba la actividad económica en Madrid.
Los datos son bastante rotundos:
Con exquisita afabilidad, como un pastor despidiendo a los fieles a la puerta de su templo, Sir Benjamin Malory estrecha uno a uno la mano de los miembros de la Scottish Society for Researching of Unexplained, una de las más reputadas del Edimburgo elegante por la calidad de sus miembros. A pesar de las protestas casi unánimes de los demás socios, acaba de presentar su dimisión como presidente y su baja como miembro, absolutamente resuelto a no ofrecer ninguna explicación sobre lo ocurrido.
Sólo una hora antes Sir Benjamin maldecía el infausto momento en que se le había ocurrido invitar a aquel condenado Dr. Shore, geólogo y psiquiatra, a la sociedad paracientífica que pocas semanas atrás le brindara el honor de la presidencia. A priori, la elección del invitado no parecía ninguna insensatez, ni tampoco había sido una decisión poco meditada: los muchos y celebrados experimentos del doctor en el campo de la detección de presencias paranormales parecieron un inmejorable aval para elegirlo como primer conferenciante dentro del ciclo programado. De hecho, todos los miembros de la Sociedad que vivían a menos de cien millas acudieron puntualmente para ocupar su sitio en el salón. A la hora de inicio de la conferencia sólo quedaba media docena de sillas vacías, tantas como cartas de disculpa dirigidas a Si Benjamin felicitándole por su criterio y aclarando que la inasistencia se debía a otras razones, y nunca a desinterés por el acto programado.
Cuando el doctor Shore se presentó en la sala fue recibido con una cerrada ovación que dio paso enseguida a un silencio casi ritual, somo si el eminente especialista en fenómenos paranormales se dispusiera a conjurar un espectro sobre la tarima en vez de a exponer sus conocimientos sobre los procedimientos técnicos.
Los primeros treinta minutos, destinados a explicar la metodología de sus experimentos, resultaron verdaderamente sustanciales, brillantes hasta el punto de obligar a los asistentes —poco inclinados normalmente a reconocerse legos en tales materias— a tomar notas sobre la marcha del torrente de novedades que desde el estrado se exponía.
Concluida la detallada descripción de los procedimientos, el doctor Shore pasó acto seguido a enumerar los hallazgos a que estos habían dado lugar, deteniéndose muy especialmente en las magníficas fotografías de hectoplasmas que se habían ido acumulando en su laboratorio. Tres de ellas fueron pasaron ansiosamente de mano en mano por el salón, entre murmullos admirativos que rompieron por vez primera el silencio casi sacro mantenido hasta ese momento.
Si la conferencia hubiera concluido en ese punto, Sir Benjamin Malory hubiera podido seguir dedicando su tiempo a la gratificante desocupación de presidir la Sociedad, y con todos los parabienes además, pero el Dr. Shore pasó a continuación a describir, aún más minuciosamente si cabe, las técnicas con que los mediums profesionales falsificaban tales pruebas. No menos de una docena de ellos estaban presentes, pero ninguno quiso ser el primero en darse por aludido mientras desfilaba ante el público una veintena de fraudes, trucos de magia, prestidigitación, manipulación de placas fotográficas y cuantas añagazas pasaron alguna vez por mente humana: los fuegos fatuos fueron acumulaciones de fósforo, la maldición de Tutankhamon envenenamiento por esporas de un hongo venenoso y hasta la resurrección de Jesucristo se convirtió en pocos instantes en un simple acto de profanación de sepulcros. El irrefrenable doctor había conseguido en sólo quince minutos poner en su contra a los mediums, los investigadores de la magia egipcia y hasta a los cristianos en general, pero el malestar se tornó ya en estupor cuando, tras recoger las fotografías que con tanto agrado acababa de contemplar su auditorio, pasó a describir los métodos que él mismo había empleado para conseguir aquellas falsificaciones. Y lo dijo así, textualmente.
El altercado que contemplaron los adustos salones de la Royal Society diez años antes con motivo de la poco diplomática teoría de William Walham fue una tibia protesta comparado con el que allí se formó. Acaso los caballeros de la Royal conservaran cierta compostura en aquellos momentos por débito a su linaje y posición, también porque vivían casi todos de otra cosa (rentas, principalmente), pero el abigarrado catálogo de quiromantes, mediums, egiptólogos, hipnotistas, astrólogos, espiritistas, hechiceros, adivinos, telépatas, exorcistas y levitantes, se tomó mucho peor que fuera tan directa e impúdicamente vituperado su medio de subsistencia. No se pararon tales personajes en apelativos cultos: fue mencionada allí la madre del doctor, la compleja identificación de su padre, sus gustos sexuales, el consentido adulterio de su esposa y su extraordinario parecido con no pocas especies animales de poco recomendable aspecto y cualidades.
El Presidente, Mr. Malory, más por sentirse en su deber que por desacuerdo con lo escuchado de labios de sus administrados, trató de poner orden, pero sólo lo consiguió cuando los insultos comenzaron a ser repetitivos. Al fin, tras arduos esfuerzos, logró imponer su voz sobre el griterío, y la severidad judicial de sus palabras decretó al fin una pizca de sensatez en aquel injurioso maremágnum.
—Abandonar la conducta que dos mil años de civilización nos han enseñado como la más apropiada entre personas razonables no va ayudar en absoluto a demostrar lo veraz de nuestras posturas. Guarden, por tanto, silencio, y escuchemos lo que el doctor tenga que decirnos.
—Gracias— empezó el doctor, que se había mantenido absolutamente indiferente al escándalo de la platea—. Quería decir hace un momento que mis investigaciones no han hallado más que fraudes porque no es posible otra cosa en el campo que nos ocupa. No sabemos qué hacer con los muertos y como nuestra conciencia no nos permite abandonar a los seres queridos en el cementerio y dejar que allí se pudran tranquilamente, inventamos mil historias distintas con que resucitarlos a medias. Pero esto, que podría parecer una muestra de hipocresía, es en realidad una demostración de la íntima bondad del ser humano, porque los resucitamos con poderes extraordinarios, con conocimiento e inteligencia superlativas. De este modo llegamos a la extraña conclusión de que la muerte aporta al hombre más de lo que le quita, pues hasta el fantasma del más imbécil puede responder a las difíciles inquisiciones de un espiritista avezado. Pero señoras y señores, es mi deber científico intentar ser un poco más riguroso; no quiero atacar la fe de nadie, pero me gustaría ayudarles a sostener esa misma fe con un mínimo de seriedad, con un razonamiento que tiene que ser aceptado cualquiera que sean las creencias de quienes me escuchan: los muertos pueden ir al cielo o al infierno, según los creyentes, o a ninguna parte, según los ateos, pero de ninguna manera es admisible pensar que se quedan por aquí, flotando en el vacío, a la espera de juicio, como si la celestial administración de justicia padeciera los mismos retrasos y dilaciones que la nuestra. Reconozco, cierto es, que a lo largo de la historia son tantos los casos en que se informa de su presencia que sólo ese motivo es suficiente para dar crédito a su existencia, pero si por un momento se deciden a razonar, convendrán conmigo en que tan perenne es su presencia en la historia como las causas que a mi parecer originan la alucinación que les da vida: el miedo a la muerte y el bochornoso deseo de justificar lo injustificable.
Nuevos murmullos, atajados sin piedad por la presidencia. El doctor Shore prosiguió su disertación:
—Cuando se es una persona importante, un rey digamos, resulta doloroso reconocer que el día en que nos abrace la tierra se acabará nuestra influencia, nuestro poder y nuestro dominio sobre las decisiones ajenas. Los que en tal coyuntura no se conforman con escribir testamentos, que es la forma en que habitualmente tratan los muertos de seguir imponiéndose a los vivos, suelen ser los más propensos a ver las almas de quienes les antecedieron, o a creer a quienes dicen haberlas visto; y si el rey lo cree, lo mejor que pueden hacer los súbditos es hacer o fingir otro tanto. Nace así un mito que de puro conocido llega a ser indiscutible: la literatura no hace más que darme la razón, y ustedes que lo niegan, mejor harían en leer a Shakespeare en vez de esos burdos folletones que tan ajados descansan ahora en la biblioteca de esta sociedad.
Regreso de los gritos, sofocados sin necesidad de intervención alguna al margen de quienes querían seguir escuchando, así fuera por curiosidad, el resto del razonamiento.
—Si, por contra, una persona no ha sido rey, siquiera en su casa, ni ha hecho nada en la vida, ni encuentra posibilidad alguna de hacerlo, parece lógico que el deseo de prolongar la existencia, y no en mundo superior alguno, sino al lado de parientes, conocidos y enemigos, le impulse a creer que es posible vagar por las casas, los campanarios o los cruces de caminos. De ese modo no es extraño que esas gentes, que de pura abundancia son legión, suelan creer lo que otras más imaginativas les cuenten acerca de lo visto u oído en tal o cual abandonado paraje. Porque convendrán conmigo en que los fantasmas jamás son vistos por muchedumbres.
Dos docenas de discursos brotaron entre el público, tratando de contradecir al orador, pero Sir Benjamin quería acabar con aquello cuanto antes y con un gesto ordenó silencio. Con menos parsimonia de la habitual, secó el sudor que coronaba su frente e indicó al doctor que podía continuar.
—Pero hay otras muchas causas que producen las apariciones que hoy nos interesan. Una de los más interesantes partos de un fantasma es el del que sabe algo que no debe saber o quiere decir algo que no debe decir, y se libera de las crueles ataduras del sigilo o la prudencia atribuyendo sus palabras al oráculo de un muerto. ¡Bravo por su osadía!, pero si bien está creerlo en público para evitar otras investigaciones, siempre enfadosas, no tiene nombre todavía la superlativa estupidez que constituye seguir creyéndolo en privado. Sería algo parecido a seguir defendiendo la existencia de Papá Noel o los Reyes Magos después de que los niños se hayan acostado.
Los gritos que siguieron a esta aseveración tardaron en ser silenciados algo más que los anteriores.
—Por último, porque observo que poco tiempo más podré dirigirme a ustedes, está el aburrimiento. La gente se aburre, se aburre terriblemente, y en tales sofocos de fastidio está dispuesta a buscar lo que sea, cualquier superchería capaz convencerles de que la vida que llevan es algo distinto de la porquería que en realidad es. Los fantasmas cumplen la doble misión de prometerles una prolongación más allá de la fosa y entretenerles mientras viven, ¿qué más se puede pedir?
Y para que no digan que no dejo una puerta abierta a la posibilidad, porque posible lo es todo, quiero terminar diciendo que si alguien tuviera una existencia posterior a la muerte sería alguien con una gran obra inconclusa, y los hombres con grandes obras son gente de talento o de coraje, gente muy ocupada que ni se dejaría convocar por mediums ni fotografiar por espantajos como ustedes, de lo que resulta que el famoso Más Allá del que esta Sociedad se ocupa está habitado por las almas de los tontos muertos que se dedican a dejarse interrogar y retratar por los tontos vivos. Muchas gracias.
Como nadie recordaba otros distintos, los insultos del principio se repitieron de nuevo, aunque diez veces magnificados en volumen.
Viendo que allí no tenía nada más que hacer ni que decir, el doctor Shore se puso tranquilamente su abrigo, dio la mano a su anfitrión, se calzó los guantes y saludó al público con una profunda reverencia.
Y atravesando la pared, se fue.
Nuestro luchador infatigable por la libertad de meneo, adalid del 99% de los hoprimidos sexuales, también conocido con el sugerente nombre de usuario @hortografiakreatiba que según dicen las lenguas viperinas nunca tuvo nada que ver con el extinto @sacreew ha vuelto a ser sensurado de forma dramática por la mafia de Menéame. Nada pudimos hacer para evitarlo pero lo recordaremos con todo el cariño y la admiración que se merece este explorador incansable de las esencias humanas que nos enseñó la importancia indiscutible de saber con detalle lo que es un dirty charlie, el amor por los animales incluso muertos (la cinta aislante hace maravillas) y por encima de todo el sentido del humor negro. ¡Descanse en paz!
Conocí a Chloé en una de esas presentaciones de libros de autoayuda disfrazada de filosofía oriental que tanto proliferan en los centros cívicos de los barrios en vías de gentrificación. Ella estaba allí, con una edición de bolsillo de Mishima mal disimulada bajo un manual de mindfulness. Había en ella una tensión, una vibración de descontento intelectual que me pareció, en aquel momento, el único signo de vida auténtica en un radio de doscientos metros. Tenía 32 años, ocho menos que yo, y trabajaba a tiempo parcial en una galería de arte conceptual que, por supuesto, perdía dinero. Vivía en un estudio minúsculo, comía pasta con pesto la mitad de la semana y hablaba del capitalismo tardío con el fervor de quien todavía cree que se puede hacer algo al respecto.
Mi situación era, como siempre, más prosaica. Era consultor de optimización de procesos para una multinacional farmacéutica. Mi trabajo consistía, en esencia, en traducir la ineficiencia humana a gráficos de Powerpoint para que otros hombres grises como yo pudieran tomar decisiones que afectaran a miles de personas sin tener que mirarlas a los ojos. El sueldo era excelente. Mi apartamento, con vistas a un parque anodino pero bien cuidado, era un testimonio silencioso de mi éxito funcional.
Decidí, con la frialdad de un científico que inicia un experimento, que iba a salvar a Chloé. Salvarla, claro está, de las trivialidades que ella confundía con la lucha. El alquiler, las facturas, la necesidad de sonreír a clientes idiotas para vender un lienzo pintado de un solo color. Quería ver qué ocurría cuando se eliminaban todas las variables de la necesidad. Mi hipótesis, formulada en las largas noches de insomnio regadas con vino blanco barato, era que el ser humano, y en particular la mujer contemporánea, no está diseñado para la utopía, sino para la queja. La queja es el motor de su existencia; eliminada la causa, el motor no se detiene, simplemente empieza a girar en vacío, consumiéndose a sí mismo.
Al principio, fue predeciblemente idílico. Dejó su trabajo en la galería con lágrimas de gratitud. Se mudó a mi apartamento, llenando el minimalismo estéril con sus libros y sus plantas. Los primeros meses fueron una explosión de proyectos. Iba a escribir una novela, a montar un taller de cerámica en la habitación de invitados, a aprender por fin a tocar el violonchelo. Yo financiaba cada capricho con la diligencia de un mecenas renacentista. El caballete, las arcillas de importación, el violonchelo que costó el equivalente a tres meses de su antiguo sueldo.
La primera fase de la descomposición fue la procrastinación. La novela se quedó en un esquema de tres páginas. Las arcillas se secaron en sus paquetes. El violonchelo acumulaba polvo en una esquina, su funda negra como un pequeño sarcófago. Sus días, liberados de la obligación, perdieron su estructura. Se levantaba a las once, veía series en Netflix y desarrollaba un interés casi académico por los catálogos de moda online. La lucha contra el capitalismo tardío había sido sustituida por una participación entusiasta en su liturgia más sagrada: el consumo.
Luego vino la segunda fase: la transmutación del deseo en necesidad. Lo que antes eran lujos esporádicos se convirtieron en requisitos básicos para su bienestar. Ya no era un "gracias por este bolso de marca", sino un "¿por qué no me has comprado el modelo nuevo que salió la semana pasada?". Sus conversaciones dejaron de girar en torno a la alienación del individuo para centrarse en la incompetencia del servicio de reparto de Amazon o en la textura decepcionante de un aguacate orgánico.
La observé con el desapego de un documentalista. Su cuerpo, antes tonificado por las caminatas al trabajo y la escasez, se había ablandado. Pasaba horas en el sofá, envuelta en una manta de cachemira, deslizando el pulgar por la pantalla de su teléfono. Era una odalisca del siglo XXI, una geisha de la fibra óptica, cuyo único talento era la formulación de deseos cada vez más específicos y absurdos. Necesitaba un tipo concreto de agua mineral de una isla del Pacífico, unas sales de baño con un mineral que solo se extraía en el Himalaya, un cojín ergonómico que había visto en el perfil de una influencer danesa.
Yo me convertí en un mero proveedor, una extensión de su tarjeta de crédito. Mi presencia solo era requerida para validar sus quejas o para introducir el código de seguridad en una transacción online. El sexo, antes un refugio de cierta intimidad, se convirtió en otra transacción, un peaje que yo pagaba a cambio de una noche sin reproches por la temperatura del vino.
Una tarde, al volver del trabajo, la encontré llorando desconsoladamente. Me preparé para la letanía habitual: la amiga que tenía una casa más grande, el viaje a las Maldivas que aún no habíamos hecho. Pero la causa era otra. "El repartidor ha dejado el paquete en la conserjería", sollozó. "He tenido que bajar yo misma a por él".
En ese preciso instante, comprendí la naturaleza de mi éxito. No la había salvado; había sido el catalizador de su forma más pura. Había eliminado todos los obstáculos externos, toda la fricción con la realidad, permitiendo que su insatisfacción intrínseca, el malestar existencial de la mujer occidental liberada de todo propósito, floreciera en todo su esplendor grotesco. Era mi obra maestra. Una escultura perfecta de aburrimiento, derecho adquirido y exigencia.
No dije nada. Subí a la cocina, abrí una botella de vino –la correcta, por supuesto– y le serví una copa. Ella la aceptó, secándose las lágrimas con el dorso de la mano. Mañana se quejaría de otra cosa. Y yo estaría allí para escucharlo, para financiarlo, atrapado en el paraíso estéril que yo mismo había construido. Éramos una simbiosis perfecta, dos formas de la nada que se sostenían mutuamente para no colapsar. La entropía había encontrado su equilibrio doméstico. Y yo, su abnegado gestor de procesos.
Hace escasos días, el periodista Joaquín Abad ha publicado el libro "Los novios de Felipe VI" (véase un resumen en www.elnacional.cat/enblau/es/casa-real/casa-real-alquilaba-finca-en-ma ), donde afirma la homosexualidad del actual Jefe de Estado y aporta informaciones sobre una decena de relaciones que habría mantenido con hombres, y que fueron "breves pero intensas". Entre ellas una en Marrakech, para la cual Casa Real le habría alquilado una finca que le sirvió como picadero.
Lo primero que me ha dejado perplejo es que no hayan secuestrado el libro como hicieron con el famoso número de El Jueves donde Felipe copulaba con Letizia en aquella viralizada caricatura. Esto me lleva a tomármelo en serio, pues cualquier mentira (y yo diría que incluso información verídica) que afecte de modo muy negativo a la reputación de Felipe, es cuestión prioritaria para policía y jueces, que fulminarán a su autor para proteger la monarquía. Que no haya habido denuncia desde Casa Real o actuación de oficio de fiscalía, máxime cuando la base social pepera que apoya incondicionalmente a Felipe suele mirar bastante mal a los gays, me hace pensar que el periodista dice la verdad. Pero sea como fuere ¿Tiene derecho a airear que Felipe VI sea hipotéticamente gay?
Si estuviésemos en EEUU, la respuesta sería indudablemente afirmativa. Allí está absolutamente aceptado que el votante elige a su representante no sólo por su programa, sino por sus valores morales, incluidos los relativos a la moral privada. Me importa que mi congresista sea fiel a su esposa o no lleve a cabo conductas condenadas por La Biblia porque la gente que es infiel a su cónyuge no me parece de fiar, o porque creo que sólo los fervientes católicos son lo bastante rectos como para representarme sin caer en la iniquidad. Y precisamente por ello, tales informaciones tienen relevancia pública, pues son decisivas para la decisión electoral de decenas de millones de norteamericanos.
¿Y en España? Hay un caso en el que, indudablemente, la vida privada del representante público posee relevancia informativa. Y es cuando tiene incidencia en cuestiones claramente ubicadas en el interés general, como puede ser la gestión del dinero público. Si a Felipe VI le pasase lo mismo que a su padre con Bárbara Rey, esto es, que el Estado tuviese que pagar una millonada a un tío para que no largase que se acostó con él, el asunto tendría un incuestionable interés público. También si, como dice la noticia, se dedicase dinero público a proporcionarle picaderos. Si nos toca el bolsillo, nos importa.
¿Y si son relaciones homosexuales que no tienen impacto en el erario público? Aquí el tema es mucho más discutible. El Tribunal Constitucional lleva décadas sosteniendo que los derechos fundamentales a la intimidad y a la libertad de información tienden a chocar por su propia naturaleza. Y la forma de resolver esos choques consiste en asumir la prevalencia de la intimidad sobre la libertad de información cuando el ciudadano es un particular y no un personaje público (esto es, un sujeto con relevancia informativa por su cargo público o por ser generalmente conocido debido a su profesión o ubicación en el mundo del famoseo). Cuando es un personaje público, la intimidad puede ceder si se da un segundo requisito: que la información tenga relevancia pública ¿Y cuándo tiene relevancia pública? Cuando es relevante para la formación de una opinión pública libre, al afectar a asuntos de interés general que los ciudadanos deben conocer para tomar sus decisiones políticas.
Y aquí volvemos a EEUU. Digamos que hay 10 millones de españoles que consideran relevante para apoyar la monarquía el hecho de que su titular haya montado un matrimonio de pega para liarse con sus maromos mientras su esposa hace lo propio con los suyos, disfrutando ambos de una posición privilegiada que posiblemente no habrían tenido si Felipe hubiese salido del armario. El rey debe ser ejemplar, y los matrimonios concertados para heredar y luego follisquear por separado no son ejemplares ¿Convierte eso la supuesta homosexualidad de Felipe VI en un asunto de relevancia pública? ¿Prevalece su derecho a la intimidad frente al derecho de tales ciudadanos a obtener informaciones que, desde su perspectiva, son decisivas para apoyar o rechazar la monarquía? Una cuestión muy peliaguda. Yo opino que prevalece el interés informativo, pero también es verdad que soy un ferviente republicano y estoy deseando quitarme a los borbones de encima, y tal vez ese condicionante sea decisivo para formar mi criterio ¿Qué pensáis vosotros?
Tengo una opinión muy especial y relevante, pero por avatares del destino a nadie le ha importado un comino en el hilo en el que la expuse. De hecho la he escrito en varios hilos y varias veces al año, porque es un tema recurrente. Hay veces que hasta la copio y pego, tan bien traída es. Y si bien es cierto que decenas de personas expresan ideas calcadas, la clarividencia con la que me parece que la expongo yo la hace merecedora de más visibilidad. Es por eso por lo que juzgo necesario y beneficioso para la comunidad escribir un artículo con esa opinión, sin mayor desarrollo o ampliación, sin referencias, sin adelantarme a los argumentos que sé que hay en contra, y sin revisar la ortografía. Así de reveladora es mi opinión.
De nada.
Previamente: Movida en el bar y más movidas
Ayer se pasó el encargao por el bar. Hemos estado con él un buen rato.
Andábamos ya tarde discutiendo de nuestras cosas y cuando apareció. Se hizo el silencio.
Explicó que como dijo en la nota, aunque parezca sencillo, el barco es difícil de gobernar, ya que hay más socios aparte del que insulta y el que anduvo por el puticlú. De hecho el primero está en el cobertizo de pladur, se le oye con unos pocos cuchicheando.
Hace tiempo que intentaron meter como unas tragaperras con inteligencia artificial, o algo, que sabían jugar al poker, pero ocupaban sitio, hacían ruido y algunos nos quejamos. Hasta el encargao nos dio la razón y las apagamos.
Bueno, pues nos ha comentado que está triste porque teníamos razón. Alguno de los dueños, no está muy claro quién, quiere llenar esto de tragaperras de poker. Parece ser el de los rumores, que intentó algo parecido pero le salió muy mal y fue el hazmerreir. Al encargao parece que no le gusta éso, que vino porque sabe de bodegas y de bares. Además metieron las primeras maquinas sin consultarle pero donde manda capitán...
El dueño de cuando en cuando sacaba la cabeza del cobertizo y decía: "estoy al 200%", "te quiero tío"... Pero luego se metía y seguía con sus: "hienaaaa, monoooos, no os oigooooo"
Algunos decían: "si aquí venimos al mus", "hay que hacer una sociedad", "mi primo tiene un bar", el que habla mucho: "hagamos uno, yo de jefe, que soy abogao".
En fin. Nos hemos quedado tristes pero lo hemos apoyado. En el fondo es como si fuera nuestro bar y nos da pena que se convierta en una sala llena de máquinas sin alma, sólo por el vil metal.
Ver también: El encargao
A menudo, cuando contemplo la guerra de Ucrania, echo un ojo a lo sucedido en las Guerras Mundiales, y creo que vale la pena compartir esa reflexión, a sabiendas de que puede haber otras interpretaciones y otras vísceras palpitantes sobre el asunto.
La cuestión tiene dos facetas, y por eso es bueno cambiar el sujeto pasivo. Quizás así seamos capaces de llegar al concepto, en vez de a la personalización.
Tanto Alemania como Japón se rindieron y demostraron que no pasa nada cuando te rindes. Al principio parece una catástrofe, pero tu gente vive y la vida sigue, y resulta que diez años después, en 1955, tanto Japón como Alemania son socieddes prósperas, que no han perdido gran cosa con la rendición. ¿Hubiese sido mejor que luchasen hasta el último hombre? Yo creo que no: creo que hay que saber dónde luchar y dónde se puede vencer, y ambas naciones identificaron el momento de dejar la lucha para otro momento. Y vivieron. Y prosperaron. Porque la vida y la Historia dan muchas vueltas, pero las tumbas no se revierten nunca en resucitados.
Esa es mi opinión, a veces, para el caso de Ucrania. Quzás fuese mejor para elolos buscar una mala paz y esperar que el tiempo acabase con Putin y su régimen para, en un momento mejor busccar un destino mejor. Como los alemanes y los japoneses.
Luego están, en ootro lado, los seguidores de Goebbels o de Hanke, esa gente que tanto prolifera por aquí sin saber quienes son sus patrones. Esa gente que decía que cada día de resistencia era un punto más de escarmiento en el pellejo del enemigo. Esa gente que mantuvo Breslau hasta después de la caída de Berlín sólo para matar soldados soviéticos, porque sí, para que escarmentasen, para que temiesen a Alemania incluso después de muerta, porque es el miedo el que sostiene la paz.
Puede que Goebbels y Hanke tuviesen razón y lo que mantuvo el respeto a Alemania fueron los millones de muertos que se necesitaron para vencerla. Vete a saber. Pero yo no lo veo así. No puedo verlo así con la sangre de los demás.
Yo me siento más cerca de tipos como Adenauer, que consideran la rendición un éxito y escriben aquello, en Colonia: "¿Quieres ver nuestras ruinas? ¡Pues date prisa!"
No pasa nada por parar la guerra, aún con una mala paz. Salvo en el cementerio, siempre hay un día mejor más adelante.
El mayor problema, a día de hoy, al que nos enfrentamos con esta guerra es que cada vez es más difícil ver una salida viable. Y las guerras, todas las que hemos conocido, acaban de algún modo, y de su final depende que los años posteriores sean estables, conflictivos, o un simple prólogo para el siguiente conflicto.
Por lo tanto, creo que hay que empezar por lo obvio. La guerra, a mi entender, puede acabar de tres maneras: con una victoria de Rusia, con una victoria de Ucrania, o con algún tipo de negociación intermedia.
La victoria militar de Rusia supondría un tremendo varapalo a toda la estructura política occidental, al tiempo que un incentivo perverso de primera magnitud para siguientes agresiones. Una victoria rusa daría alas a los movimientos totalitarios y agresivos de todo el mundo. Las armas recuperarían su voz (nunca perdida del todo) en el concierto internacional y entraríamos en una fase muy peligrosa de la Historia. Además, como hay que contemplar sus implicaciones desde otros puntos de vista, una victoria rusa no implicaría, antes al contrario, una desaparición de las sanciones económicas, con lo que los países europeos verían sus economías fuertemente dañadas. Si Rusia vence, ¿qué le queda a Occidente para salvar la cara más que acrecentar las sanciones?
Por todo lo dicho y otros motivos que no vale la pena exponer si no quiere uno eternizarse, una victoria rusa sería totalmente catastrófica.
La victoria militar de Ucrania, por potencial y recursos, necesitaría de una implicación militar de varios órdenes de magnitud mayor por parte de los países de la OTAN. Sí, lo tengo claro: para que Ucrania gane tenemos que mandar allí tropas, y por decenas o centenares de miles. Para que Ucrania gane necesitamos, mañana mismo, poner nuestras economías en modo economía de guerra, fabricar masivamente armas y arriesgarnos a que la guerra se convierta en una conflicto enorme. Si la victoria se alcanzase,lo que es dudoso, pero posible, el premio sería realmente colosal: desmembrar Rusia y saquear a placer sus recursos. Me pregunto, por decir algo, qué opinaría China de esta eventualidad y hasta qué punto es materialmente posible sin acabar todos incinerados. Pero es una posibilidad. La opción de una victoria militar parcial ucraniana, recuperando todo su territorio, pero sin entrar en Rusia (estilo I Guerra Mundial), no ofrece grandes garantías de paz, y seguramente tampoco conduciría a un levantamiento de las sanciones a Rusia.
Por ello, la victoria militar de Ucrania me parece difícil, improbable, arriesgada y costosa, muy costosa, en términos económicos y de vidas.
Nos queda, por tanto, la negociación intermedia. Y por lo que parece, nos estamos alejando como verdaderos anormales de la única opción más o menos viable. Cuando digo intermedia, me refiero a que todo el mundo tiene que sacar algo de la negociación hasta el punto de que todo el mundo quede más o menos satisfecho. Lo malo de esta opción es que, para mejorar las opciones en la mesa de negociación, todo el mundo quiere antes mejorar las posiciones en el campo de batalla. Lo que nosotros necesitamos, me parece, es que muera menos gente, se levanten las sanciones, y se garantice la paz. El encaje de estos tres objetivos no parece sencillo, sobre todo porque no interesan a todos los actores. Algunos analistas opinan que las sanciones serán eternas, como las de Cuba, pase lo que pase, y que EEUU no renunciará jamás a ellas. Jamás. Otros dicen que la paz no será posible sin la derrota clara y aplastante de uno de los bandos, y otros, ya lo sabemos, se pasan los muertos por el forro mientras los pongan los demás.
Sin embargo, no hay más opciones viables, o así lo veo yo. Una derrota de Ucrania es demasiado cara. Una derrota de Rusia es demasiado cara. Lo único que podemos permitirnos es algún tipo de negociación, pero para eso hace falta voluntad e imaginación, y la gente no parece estar muy sobrada de ninguna de las dos cosas.
Lo que sobra es forofismo. Hay que llegar a algún acuerdo. ¿Pero cual?
menéame