
Siempre que se habla del precio de la vivienda aparece la frase “es solo oferta y demanda”. El problema es que esa explicación no encaja bien con este mercado. La oferta de vivienda es muy rígida: no se pueden construir pisos nuevos de un día para otro, y muchas viviendas ya existentes se retiran del alquiler para destinarse a usos más rentables como el turismo. Eso hace que el ajuste recaiga casi siempre en el precio y no en la cantidad.
La demanda, además, no funciona como en otros bienes. Nadie puede decidir “no consumir vivienda” si los precios suben demasiado. Es un bien básico y de primera necesidad, lo que hace que la gente acepte pagar precios que en otro mercado serían inasumibles. Esa inelasticidad permite que los propietarios trasladen subidas sin que la demanda caiga de forma significativa.
Por último, hay un factor especulativo muy fuerte. Los propietarios suben precios no solo porque lo marque la oferta actual, sino porque esperan que “el mercado aguante”. Esas expectativas, sumadas a la falta de parque público y a una regulación débil, generan un círculo donde los precios crecen más por decisiones individuales y por expectativas de beneficio que por una supuesta ley natural de la economía.
Aquí conviene diferenciar entre responsabilidad y culpabilidad. El gobierno es responsable porque define las reglas del juego: sin un parque público de alquiler, con incentivos fiscales mal diseñados y con una regulación débil frente a la especulación, deja que el mercado funcione casi sin contrapesos. Si no se corrigen esos fallos estructurales, los precios seguirán creciendo sin que exista un freno real.
Pero la culpa recae en los caseros cuando deciden subir los precios. Nadie les obliga a pedir 300 euros más de un año para otro, ni a inflar artificialmente el alquiler porque “la zona está de moda”. Esa es una elección individual, y cada casero tiene en su mano decidir si exprime al inquilino o si mantiene un precio justo.
Reducirlo todo a “oferta y demanda” es borrar esa decisión consciente y cargar toda la explicación en una abstracción económica que enmascara la responsabilidad personal.
En mi ciudad con la ultima victoria pepera proliferaron las banderas elefantiásicas en la rotonda , plazuela o avenida de entrada de cada barrio. El Ayuntamiento ha abanderado cada acceso principal, supongo que porque antes de este necesaria inversión los vecinos no sabiamos si viviamos en Bélgica o Kajazastán.
Gracias a Dios, ahora ya lo tenemos claro. La bien conocida eficiencia en el gasto de la gente de bien. O quizá es que son muy aficionados al Risk y en sus despachos tiene un mapa de la ciudad donde van pinchado con alfileritos cada bandera que nos endilgan. Luego dan dos pasos para atrás y contemplan su obra. Ni una bandera republicana… Victoria ! "cautivo y desarmado..." etc.
El caso es que hay vecinos a quien les parece una inversión muy lógica, de hecho alguno se me ofendió cuando le dije que faltaba un arco con «Todo por la patria» pintado y un par de guripas con lanza.
También es verdad que este furor textil estalla durante el coitus interuptus catalán de 2017. En Madrid proliferaron las rojigualdas al poco del estallido equivalente en Cataluña. Y se extendió la la floración de forma bastante espontanea, hay que decirlo. Y es que entre mis paisanos hay mucho que odia lo catalán casi tanto como odia lo francés y desprecia lo magrebí. No nos hicieron un gran favor los indepes a los iconoclastas de las banderitas, no. Los alérgicos a las banderas nunca hemos ganado ninguna guerra pero al menos respetamos el ojo del vecino.
Poco a poco han ido desapareciendo de los balcones, pero como ocurre con los traumas, que no se pueden borrar del todo sin dejar memoria, la banderitis ha liberado una pequeña huella que surgido en un lugar diferente: en el interior de los coches. Ahora muchos de ellos ( me atreveria decir que no menos de un sexto de lo que circula por territorio almeidista) luce una pequeña cinta rojigualda atada al espejo retrovisor. Algo nos quieren decir a los demás con esto. Antes la gente colgaba dados, zuecos, furbys y los mas tradicionales medallitas de la virgen.
Yo a lo más que me he atrevido a colgar ahí , despues del frasquito de olor a pino canadiense, fué un esqueleto que bailoteaba con cada bache. Creo que no nos anima el mismo espiritu, a mí y a los de las banderitas.
Pero pienso que los raritos son ellos.
remadmalditos.wordpress.com/2025/08/31/y-dale-con-las-banderas/
Hace poco, el mes pasado… No, en junio, tuve que escribir una escena complicada por muchas razones que ahora no vienen al caso.
Intentaba explicarle a uno de los productores que la escena debía ser contada, narrada desde la óptica del personaje (llamémosle Hache), un señor que adoraba el capitalismo en su pequeña zapatería de ciudad de tamaño medio. Pero que odiaba a muerte que otro empresario hubiera montado otra zapatería dos portales más allá del suyo, mostrando en la historia que el personaje no era capitalista de verdad, donde la competencia liberal es el alma (o una de las almas) del sistema. Acudí con citas sobre capitalismo clásico, citas sobre la competencia y el libre mercado y un largo etcétera para convencerlo de que la escena estaba bien y que conectaría con el público, haciéndoles caer en la cuenta de que ese zapatero (usé la broma) era un capitalista de alpargatas. El productor me miró con esa cara que ponen cuando te van a leer la biblia (la de la b mayúscula, la de los productores, no la de nuestro trabajo, que es con b minúscula) y comenzó a recitar “Productutis 6:21-22”.
“¿Sabes lo que mueve el mundo? La envidia. El capitalismo no es más que una forma de envidia. Yo no soporto, no puedo soportar que el productor Zeta tenga casoplón en Ibiza, y él no soporta que yo sea más guapo que él. Él busca su consuelo, ya sabemos cómo, y yo busco el mío intentando comprar en Canarias una casa más grande que la suya y con un yate mayor que el suyo. Por eso esa escena no le va a funcionar a la serie, un (taco malsonante) zapatero capitalista, venga, hay que rehacer todo eso. Que Hache tenga de amante a la mujer de la otra tienda de zapatería.”
Nunca dejan de sorprenderme y mira que llevo años, muchos, lidiando con ellos.
Extracto del libro "La invención del pueblo judío" de Shlomo Sand, página 15.
El Ministerio del Interior pronto descubrió que se había cometido un grave error: Bernardo, ahora conocido como Dov, no era judío. Aunque no se anuló su matrimonio, Dov fue convocado a una reunión formal para clarificar su verdadera identidad. En la oficina gubernamental a la que se le envió se sentaba un funcionario que llevaba un bonete negro en su cabeza. En aquel tiempo, el partido religioso-sionista Mizrahi, que ocupaba el Ministerio del Interior, era cauto y vacilante. Todavía no insistía en los territorios «nacionales» o en la política de exclusión identitaria.
La conversación entre los dos hombres transcurrió más o menos como sigue:
—Usted no es judío -dijo el funcionario.
—Nunca dije que lo fuera -replicó Dov.
—Tendremos que cambiar su inscripción -dijo con indiferencia el funcionario.
—No hay ningún problema -acordó Dov-, adelante.
—¿Cuál es su nacionalidad?
—¿Israelí? -sugirió Dov.
—No existe semejante cosa -afirmó el funcionario.
—¿Por qué?
—Porque no existe una identidad nacional israelí - dijo el funcionario del Ministerio con un suspiro-, ¿Dónde nació usted?
—En Barcelona.
—Entonces pondremos «nacionalidad: española».
—Pero yo no soy español. Soy catalán y me niego a ser clasificado como español. Contra eso es contra lo que luchamos mi padre y yo en los años treinta.
El funcionario se rascó la cabeza. No sabía mucho de historia, pero respetaba a la gente.
—Entonces pondremos «nacionalidad: catalán».
— ¡Muy bien! -dijo Dov.
Así Israel se convirtió en el primer país del mundo en reconocer oficialmente la nacionalidad catalana.
—Ahora dígame: ¿cuál es su religión?
—Soy laico y ateo.
—No puedo escribir «ateo». El Estado de Israel no reconoce esa categoría. ¿Cuál era la religión de su madre?
—La última vez que la vi todavía era católica.
—Entonces escribiré «religión: cristiana» -dijo el funcionario con alivio.
Pero Dov, normalmente una persona tranquila, estaba empezando a impacientarse.
—No llevaré una tarjeta de identidad que diga que soy cristiano. No sólo se opone a mis principios, también ofende la memoria de mi padre que era un anarquista que quemó iglesias durante la Guerra Civil.
El funcionario volvió a rascarse la cabeza, valoró las opciones y encontró una solución. Dov abandonó la oficina del Ministerio con una tarjeta de identidad azul que declaraba que tanto su nacionalidad como su religión eran la catalana.
La mutación de Madrid en la ciudad que será mañana se ha acelerado. Hace tiempo que no paseaba por algunos antiguos barrios y me ha sorprendido el grado de deterioro de algunos de ellos. Mientras que hay viejas zonas como Delicias o Embajadores que se están gentrificando, antes habitadas por las clases populares, otras como Conde de Casal se están desplomando. Incluso barrios antes muy cotizados, poblados de tiendas de ropa cara, de profesionales liberales y buenas rentas como Arguelles están en un proceso de lenta pero innegable decadencia.
La milla de Oro de la Ciudad, la Castellana, el barrio de Salamanca, Alonso Martínez, atraen a millonarios internacionales, a turistas de todo el mundo que con sus gustos y demandas borran las señas de identidad antiguas, los viejos bares y comercios, elevan hasta niveles noreuropeos los precios de viviendas y hostelería, y a la vez, a unos cientos de metros más al sur o al este la ciudad se deshilacha entre basura, obras inmensas de utilidad dudosa e inmigrantes y jóvenes provincianos que comparten habitaciones en los bloques con los últimas familias madrileñas: ancianos arrasados por el imparable calor, pasean entre andamios bajo el zumbido de los cientos de aparatos de aires acondicionados. En las aceras entre contenedores rebosantes de vidrios y enseres sin recoger navegan inmigrantes con el móvil en mano, intentando llegar a ese restaurante o ese trabajo de esta ciudad europea desconocida. Los tuk-tuk, entre bicicletas de aurorreparto y negros vehículos de Uber pasean turistas y refuerzan cierto aire de ciudad asiática, pobre.
El rostro bello de la ciudad está sin embargo cerca, en el Prado, los museos, enormes almacenes de lo mejor de la creación humana. Después de la desazón de los barrios, sin embargo, el Thyssen, el Prado, ocultan su función de disfraz, de ropaje alegre que nos hace tolerable esa parte de la realidad que prefiero olvidar, y rápido. La cultura en pleno despliegue de su función medicinal, endulzadora: Me entrego al instante de la contemplación, me pierdo en ella. Cuadros formidables, por ejemplo los de Anna Weyant ahora mismo en el Thyssen vuelven a hacer sentirme bien en mi piel. Pero otra vez fuera, en la calle recuerdo la sensación previa al momento de entrar en el museo: el arte , la arquitectura, del núcleo de Madrid ejerce de coartada, de máscara de las miserias de la ciudad. La fealdad demanda sus afeites.
Y al abrir la web de noticias aún me queda una sensación más poderosa, ansiosa: leo sobre la ocupación de Washington DC por la Guardia Nacional bajo las ordenes de Trump.
Me asombro, me parece increíble, irreal, la falta de reacción del mundo y de su país ante lo que despide un tufo inequívoco a ensayo, y a prueba: ¿ensayo de golpe de estado?¿prueba de hasta cuanto puede forzar la máquina? las noticias de EEUU me producen ante todo estupefacción por la ausencia de respuesta por parte de nadie con poder en lo que, dicen, es la democracia más antigua, más consolidada. Pero esta impunidad, esta falta de resistencia de la fachada institucional americana ¿no es sino un síntoma de que el armazón estaba podrido, de que ese andamiaje solo exigía un fuerte empujón por alguien decidido ( entre los defectos de Trump no está la falta de decisión) para que la puerta cediera, comida por las carcomas?
Y como europeo ¿no hay la misma cobardía sorprendente en la respuesta que ha dado la Unión Europea ante el chantaje del matón? Un aviso que hay que tener siempre presente: si los de a pié hemos de salvarnos no podemos contar con las élites, por muy ilustradas que se reclamen, por mucho que griten que son las depositarias últimas de los valores democráticos. Pero si al primer envite se han rendido, allí y aquí. Lo que desvela que, a las duras, sus intereses y los nuestros, no son los mismos. Si se cae el edificio ellos tienen donde esconderse. En esto no se diferencia Ursula von der Leyen de Elon Musk.
Y cuando subo por el paseo del Prado bajo los castaños de Indias me pregunto si no ocurre esto mismo en mi propia ciudad, en mi mundo. Es este el peor verano desde que hay registros, el fuego arrasa el país de norte a sur. esto se sabía, era previsible. Estamos entrando ya con los dos pies, sin retorno, en las consecuencias del calentamiento global, en la degradación de una globalización sin límite ni norma. Y seguimos visitando museos, playas, comiendo y bebiendo lo mejor que podemos. Olvidando lo que podemos. O no mirando lo que no queremos ver ¿pero y si toda esta estructura estuviera carcomida, de una fragilidad oculta pero radical? ¿y si el triunfo y el éxito de la ultraderecha se debe a que ellos son los únicos que han intuido esta fragilidad y están dispuestos a ayudar a que el edificio se derrumbe?
¿Y qué habrá después del derrumbe? ¿Qué pasará en mi ciudad (que ya cada vez es menos mi ciudad) cuando los veranos sean cada vez más invivibles? Quienes puedan huirán para siempre, o temporalmente ¿pero qué ocurrirá con los miles de habitantes pobres o viejos que no puedan pagar por la huida?¿Habrá dónde huir? La estructura cruje, aunque no queramos oirlo, y no sabemos que ocurrirá el día después . Qué se construirá y conque materiales , quién será el arquitecto. Ahora aún preferimos no saber demasiado en ello, no es de buen augurio.
La ultraderecha ha olido el futuro, mal que nos pese , y se apresta a poner su bandera sobre los escombros que vienen.
remadmalditos.wordpress.com/2025/08/13/madrid-huele-a-escombros/
Lo cuento como mera curiosidad, porque traigo dos anécdotas de este fin de semana en el quinto pino. La primer va sobre la filiación, y me pareció tan atávica, pero tan auténtica, que va a las raíces de nuestro cerebro reptiliano.
Debatían dos paisanas, muy de buenas, si la hija adoptiva es hija o no. Y las dos coincidían en que los hijos adoptados son hijos como los demás, sin ninguna duda, y con cierta inquina hacia quien pudiese pensar lo contrario. Nadie pensaba allí lo contrario, pero eso ya sabemos que eso es lo de menos. El enemigo que no existe, se inventa, se le pone a parir igualmente y ya está.
Pero la gracia viene luego. Y si un hijo, uno de sangre, adopta un niño, ¿ese es tu nieto?
Pues resulta que para muchos no.
Lo hijos adoptivos son tuyos, porque los eliges tú y los educas tú. Los nietos adoptivos no son nietos, porque no llevan ni tu sangre ni tu educación. No llevan nada.
Chupaos esa.
Toma ya.
Porque no se trata de superstición ni de costumbre, sino de un razonamiento con el que podemos estar de acuerdo o no, pero un razonamiento al fin y al cabo. No lo había escuchado nunca. De hecho, ni lo había pensado.
Hasta en la quinta puñeta puede saltar un debate nuevo.
El MAS, partido de izquierda "radical" históricamente liderado por Evo Morales, se ha hundido absolutamente en los comicios presidenciales y parlamentarios celebrados ayer en Bolivia. Sólo tendrá un diputado, y su candidato a presidente recibió poco más del 3% de los votos. La segunda vuelta de las presidenciales se la disputarán dos candidatos que se ubican, respectivamente en la derecha sin complejos y el centro derecha. Acaban así dos décadas de gobierno casi ininterrumpido del MAS (con la excepción del golpe de Estado dirigido por la derechista Jeanine Añez, que la mantuvo 1 año en el poder, entre 2019 y 2020).
¿Cómo hemos llegado a esto? El ansia de poder de Evo Morales es un factor, pero no el único. El artículo 168 de la Constitución del país dispone que "El periodo de mandato de la Presidenta o del Presidente y de la Vicepresidenta o del Vicepresidente del Estado es de cinco años, y pueden ser reelectas o reelectos por una sola vez de manera continua". Simple y claro: una sola reelección. Pero Evo no estaba conforme, y en 2019 se empecinó en volver a presentarse pese a haber cumplido ya 2 mandatos, dando a la derecha la excusa perfecta para el golpe de Estado que colocó a Añez como presidenta interina. Cuando ésta se vio forzada a convocar elecciones tras 1 año de usurpación del poder, Evo tuvo la altura de miras suficiente para apoyar a Luis Arce como candidato del MAS, que volvió a arrasar y recuperó el gobierno para la izquierda.
Arce ha sido un mal presidente. La incompetencia y falta de compromiso social de su gobierno ha disparado el malestar de los bolivianos, generando una crisis económica descomunal a la que, no pocas veces, ha respondido reprimiendo brutalmente a los manifestantes que reclamaban justicia. Y, terminada la legislatura, el MAS ha elegido a un candidato distinto para la presidencia, dada la inmensa impopularidad de Arce. Pero Evo no estaba de acuerdo: el candidato tenía que ser él por narices, aunque la Constitución se lo prohíbe tajantemente. Y se ha echado al monte, literalmente. Se ha refugiado en un territorio indígena (también porque se negó a acudir al Juzgado que le citó por la posible agresión sexual a una menor, lo cual llevó a que se dictase una orden de detención contra él) y ha llamado al voto nulo. No ha creado otro partido y promovido el voto a él, apoyando a un candidato que sí pudiese concurrir. No ha intentado regenerar el MAS, asumiendo que había personas distintas de él idóneas para liderar la candidatura presidencial. Ha optado por el "o yo, o el caos". Y así, entre unos y otros, han hundido el MAS y a la izquierda boliviana.
En 2021 escribí este artículo llamado "Luces y sombras del nuevo constitucionalismo latinoamericano desde una perspectiva neoconstitucionalista" revistas.ucm.es/index.php/RPUB/article/view/73271/4564456559248 En él desarrollaba una idea que ya expuse en 2011, cuando leí mi tesis doctoral fseneca.es/cms/sites/default/files/Tesis (José Mateos Martínez).pdf El nuevo constitucionalismo latinoamericano, representado en las constituciones surgidas tras el triunfo de los partidos de izquierda alternativa en la región (Hugo Chávez primero, Evo y Correa después) estaba viciado desde sus inicios por un pecado original que lo acabaría matando: sus líderes no querían un pueblo libre, crítico, racional e ilustrado, sino construir hiperliderazgos cimentados en la propaganda y el clientelismo, donde el caudillo es Dios y el pueblo le obedece y glorifica esperando que le dé conceda el maná cada día.
Y es que estas nuevas constituciones tenían, en abstracto, todo lo que un izquierdista como yo podía desear: consagración de los derechos sociales como derechos fundamentales, justiciabilidad de los mismos ante los tribunales, herramientas de democracia participativa como la revocación de mandato...pero fallaban dos cosas decisivas. Una era el enorme poder que concedían al caudillo-presidente de la república. La otra era que no garantizaban la separación de poderes, y permitían al poder político colocar en los más altos tribunales a sus comisarios (cosa que, siendo honestos, también pasaba con las constituciones precedentes). Y, como todos sabemos, tan importante como el texto de la ley es la voluntad de su intérprete, que cuenta con mil artimañas para dictar sentencias afirmando que un precepto legal dice "negro" pese a ser evidente que dice "blanco".
Cuando en 2011 discutía esto con otros investigadores de mi ideología, me decían "pero eso es magnífico, hasta ahora los políticos también han controlado a los tribunales supremo y constitucional, pero a partir de hoy los controlará el pueblo". Y yo les replicaba "el pueblo no...Chávez, que no es el pueblo sino un tío muy ambicioso con un ansia insaciable de controlar todos los resortes del Estado para imponer sus preferencias, que muchas veces serán distintas de las del pueblo". Y les adelantaba que medidas de democracia participativa como la revocación de mandato del presidente o la convocatoria de referéndums a instancia popular, quedarían en nada si los tribunales encargados de fiscalizar que cumplían los requisitos para ser tramitadas decidían bloquearlas porque al presidente de la república no le interesaba que se realizaran. Porque un derecho no es absolutamente nada si no hay herramientas jurídicas para reivindicarlo ante unos tribunales independientes.
También les decía que la democracia participativa sirve de muy poco sin democracia deliberativa (sobre eso escribí un texto aquí, a partir de la página 416 www.uv.es/gibuv/BIOETICA2010.pdf ). De poco sirve establecer vías de participación directa si el pueblo carece de formación y espíritu crítico. La democracia participativa es magnífica por cuanto permite controlar de un modo efectivo al poder político durante la legislatura, evitando que éstas sean dictaduras concatenadas donde sólo podemos ver y callar hasta que concluyan, incluso si las decisiones del poder son la antítesis de lo que ofrecieron en su programa electoral. Pero para que funcione hacen falta mentes críticas, formadas e informadas. Y eso no se consigue con un "Aló presidente" repleto de propaganda barata del padrecito Chávez. Eso se logra con un sistema educativo fuerte, bien financiado e inspirado en valores republicanos, que enseñe al estudiante a cuestionárselo todo, pensar por sí mismo, buscar opiniones e información diversas, debatir, deliberar y, finalmente, decidir. En definitiva, un sistema educativo inspirado en los valores republicanos, que también deben proyectarse en el ámbito mediático, promoviendo una pluralidad de medios de comunicación ideológicamente diversos y, ante todo, comprometidos con la información veraz y la difusión de las diversas perspectivas y opiniones sobre la realidad política y social (singularmente en el caso de los medios públicos).
Todos sabemos que el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe de forma absoluta. Los líderes carismáticos suelen tener un punto ególatra y narcisista que les vuelve proclives a ello. Pero, incluso el hombre más humilde, acabaría sucumbiendo a su ego si una masa le convierte en su profeta y le adula continuamente, sometiéndose acríticamente a sus designios. Le pasó a Chávez y le pasó a Evo. El poder es una losa demasiado pesada para recaer sobre los hombros de uno o unos pocos sin envilecerles. El poder debe ser sostenido por una sociedad civil republicana, firmemente comprometida con todos los Derechos Humanos empezando por los sociales, crítica, consciente de que defendiendo los derechos del prójimo estoy defendiendo los míos propios, exigente con el poder, reivindicativa, orgullosa de su condición de ciudadana y guardiana de la res pública frente a la voracidad de los poderes económicos privados, que actualmente son la mayor amenaza para la democracia y cuya domesticación resulta imperativa, y también frente a cualquier aspirante a caudillo, incluso si se autocalifica como progresista.
Todo ello en el marco de un Estado con instituciones transparentes, basado en la democracia deliberativa y participativa, y con unos tribunales independientes (sobre las vías para lograr esto último escribí dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/7826487.pdf ). Y la izquierda española tiene muchísimo que aprender a este respecto. De hecho, es el único camino para evitar su derrota ante el tándem PPVox.
Todo este rollo que os he soltado se resume en esta magnifica escena cinematográfica, que todos deberíamos recordar al menos una vez al día.
Ya os he hablado varias veces de que conozco una señora de setenta y pico años que lleva una casa rural en la montaña leonesa, y que además de alojarme alguna vez en su casa le hago algún trabajillo de publicidad y cosas por el estilo, como papeleos administrativos de mierda, con lo que al final me he convertido en una especie de chico para todo, incluido apilar leña y comerme sus manzanas.
La cosa es que este mes de agosto, la señora tuvo un grupo de turistas no sé si madrileños o valencianos, que llegaban un viernes y se marchabn un jueves. Ocho personas.
La casa de la señora tiene tres baños, y suele dejar dos rollos de papel higiénico por baño. Pues bueno, el grupo este, que llegó el viernes a las cinco de la tarde, ya estaba quejándose el sábado las tres de que se les había acabado el papel higiénico, y que querían otros seis rollos.
La señora se los llevó y les dijo que eran lo últimos y que si necesitaban más, tendrían que ir a buscarlos ellos mismos a l gasolinra de dos pueblos más abajo. Y a los inquilinos les pareció mal, porque lo entendían como una muestra de tacañería. No sabemos qué más hicieron, pero llegaron a poner un comentario en internet diciendo que la dueña les escatimaba el papel higiénico. La mujer, o sea yo, que le hago esas cosas, respondió solamente: 8 personas, 5 días, 12 rollos de pael higiénico".
La cuestión, y por eso lo escribo, es que no es ni la primera, ni la cuarta vez que pasa. Ya ha sucedido más veces, y con idéntico resultado.
A ver, aquí que hay gente de mil pelajes... ¿Qué cojones hace la gente con el papel higiénico para gastar 6 rollos entre 8 personas en menos de un día? ¿Qué sucede que a nosotros, aquí, no se nos haya ocurrido? Porque está claro que algo hay que en mi alma asilvestrada, o en la de la señora, no llega a vislumbrar siquiera.
A raíz de este artículo publicado en Revista Mercurio www.meneame.net/story/inhumanos-coral-tabernaria-pop-espanol uno de los integrantes del grupo ha pedido que añadamos esta información:
Sergio Aguado (cantante de Los Inhumanos)
31 agosto, 2025 at 2:22 pm · Responder · Editar
Después de leer su artículo, permítame que corrija alguna información errónea que, por mis años en el grupo, considero que debería corregir.
En primer lugar, Los Inhumanos no llevamos ninguna toga romana ni tunecina como vestuario. Dicho atuendo, que surgió varios años después de la creación del grupo pero que es parte de nuestra identidad, es una túnica de monje, con su túnica, estola, cuerda y zapatillas, a la que cada uno le añade su toque personal.
Nuestro primer éxito porque ello nos permitió fichar por una multinacional, fue «Verano Inhumano»,
EP de 4 canciones del que se realizaron varias ediciones y que contenía 4 temas. Hablamos de 1983.
Dice que la crítica no nos tomó en serio, eso es cierto. Pero el público sí que lo hizo. Porque vender 275.000 copias de un solo LP, doble disco de platino, en la época en que los vinilos y las cintas costaban dinero, sí que es tomarnos en serio. Actualmente llevamos más de 2.000 conciertos y miles de personas en cada uno. Después de 45 años de carrera, hacer una gira con 60 conciertos seguramente significará que para el público de nuestra época y para el que viene a cada concierto actualmente (entre 10 y 80 años), algo significamos en sus vidas.
Llama «cutrez cotidiana» a componer una canción que, por vez primera, explicaba en tono de humor cómo se puede hacer el amor en un coche pequeño, una genialidad que se convirtió en número uno de las listas de todo el país. ¿También es cutre «mi agüita amarilla» o «y tú de quién eres»? El humor nunca es cutre, aunque se vista de canción sencilla y popular. La comedia es tan digna como el drama y para que esta llegue al público ha de ser sencilla, fácil y popular.
No tenemos por otro lado ninguna canción llamada «Somos inhumanos». Ni tampoco el grupo se dividió en dos ni hay «inhumanos de Manises». En el año 2001 el creador del grupo y compositor de la mayoría de canciones, Alfonso Aguado, se montó su propio proyecto llamado «La banda del capitán canalla» y se quedaron al frente de Los Inhumanos sus hermanos, que habían comenzado con él en 1983. Alfonso regresó a Los Inhumanos en 2018 y sigue cantando en el grupo que creó hace 45 años. En un grupo por el que han pasado entre músicos y coristas más de 400 personas, cualquier otro abandono o despido no es más que eso, una persona que es sustituida por otra, como ocurre en los grupos de cuatro, cinco o seis componentes, pero con menos ruido.
Nos llama un «coro de universitarios borrachos». Esas personas, como las define, estudiaron sus carreras, acabaron sus estudios y hoy son médicos, abogados, funcionarios, músicos o comerciales, entre otros oficios. Una cosa es el papel que uno represente cuando sube a un escenario, como hace un actor en una película, y otra confundir al personaje con el músico. Hay mucha más profesionalidad que fiesta en este grupo y por ello se ha mantenido todo este tiempo. No vivimos actualmente en una clínica de desintoxicación, sino disfrutando de nuestra familia, nuestro trabajo y nuestra pasión, que es la música.
Y no sigo porque el resto es igual de faltón como impropio: secta, ridículo, hortera, vulgar… Es fácil escribir un artículo para poner a caldo la carrera de una banda por la que han pasado músicos de la talla de Carlos Goñi (Revólver), José Luis Macías (Comité Cisne), José Manuel Moles (Vídeo) o tantos otros. Lo cierto es que hemos adaptado a la música lo que el público quiere cuando sale de fiesta, pasárselo bien y olvidarse de sus problemas, a través de canciones y melodías que llegaran fácilmente a todos. Golpes Bajos fue una banda estupenda, pero no sales de fiesta a divertirte coreando «Malos tiempos para la lírica». Todo tiene su momento y el nuestro, el que nos demanda el público que nos ha seguido y nos sigue, es el que empieza cuando sales un viernes o un sábado queriendo desconectar de tus problemas.
El respeto que nos hemos ganado en nuestra carrera es el que artículos como este, llenos de tópicos y gracejos ofensivos, no pueden destrozar. Pese a que lo intenten. A ver si con el siguiente tiene más suerte. Los calificativos que nos merece nos los guardamos para nosotros, aunque no lo parezca tenemos más educación que su redactor.
A lo que hemos respondido con:
Ángel Fernández
31 agosto, 2025 at 7:04 pm · Responder · Editar
Hola Sergio, muchas gracias por tu replica. Efectivamente, hay dos inexactitudes en el artículo que pasamos a corregir: no hay ninguna canción llamada Somos inhumanos y las túnicas eran de monjes (aunque también romanas).
Lo de los inhumanos de Manises va por la movida con Santi Sánchez. Como parece que es un tema delicado cambiamos el tono jocoso por uno factual, aunque en esencia no había errores en lo publicado.
En cuanto al tono del artículo, Hipólito Ledesma escribe así. Puedes comprobarlo en la mayoría de sus artículos.
Música: www.jotdown.es/2024/03/matame-camion-la-nueva-etapa-monas-de-los-festi
Cine: www.jotdown.es/2025/06/boyle-y-garland-se-descojonan-de-sus-espectador www.jotdown.es/2025/05/la-amenaza-capilar-o-como-the-acolyte-convierte
Ciencia: www.jotdown.es/2025/01/entrelazamiento-cuantico-la-nueva-mistica-de-la
Psicología: www.jotdown.es/2025/03/la-meditaciones-de-marco-aurelio-la-nueva-bibli
Sociedad: www.jotdown.es/2025/02/bluesky-la-red-social-que-hace-que-linkedin-par
Todos ellos, como podrás leer, no son del gusto de muchos lectores aunque de muchos otros sí. El humor es lo que tiene. A nosotros nos han hecho, entre otras cosas, una canción titulada «Chico Jot Down» y no solo no nos molestó si no que nos encantó aunque nos pusieran a caldo.
www.youtube.com/watch?v=FN9Mm9rRYHE
Como te he comentado por email, si quieres podemos publicaros una réplica o si os apetece os podemos entrevistar en Jot Down.
Voy a intentar, si puedo, que mis diarreas mentales sean más comprensibles.
Por puntos.
1. Introducción
Antes de las RRSS y demás morralla (con todo el respeto), habia foros, blogs, paginas... no se si era mejor, pero para mí tenia su cosilla.
Y tampoco había tanta gente conectada. Era otra historia.
Incluso había sitios donde las personas compartían y se ayudaban (¡os lo juro por Snoopy, mis braguitas de Mafalda y que se me rompa el dedo meñique!)
No se me olvida que, para mi, veo ahora -con la distancia y perspectiva que dan los años- como el principio del fin fue cuando en meneame.net decía, tirando de alguna manera de la Ley de Cunningham algo así como "Comenta, en Internet siempre alguien se equivoca".
Barrapunto tenía su punto. Y lo perdió. Pero con cierto orgullo, en mi humilde opinión.
2. La búsqueda ¿imposible?
Tal vez sea culpa mía, o una falta de capacidad por la edad: trabajar 8 o más horas al día con el ordenador, mirando cosas en internet sobre mi trabajo, me cansa, me destroza, y ya no consigo encontrar casi nada realmente interesante más allá de mi trabajo.
A veces tengo suerte, pero el 90% es navegar por navegar, leer por leer... matar el tiempo.
En general, navegar por Internet, se ha convertido en un mata ratos que no aporta nada (con muy pocas excepciones: parece una lotería).
NOTA: si alguien puede sugerir sitios con cualquier cosa interesante, la que sea, aunque no encuentre conversaciones pero si artículos desarrollados, escritos con cabeza, ¡mil gracias!
Foro coches, burbuja, meneame... ufff! Sin comentarios.
Conozco cuatro blogs de recetas que valen la pena (no copian a otros) y poco más.
3. Al grano
Una cosa es que yo escriba aquí alguna tontería que me pase por la cabeza. Mal o bien, se me puede ignorar o incluso negativizar. No pasa nada.
Pero ver durante 24 horas una mierda como esta (que he escrito yo) en la primera página de la cola de pendientes, me parece deprimente, vergonzoso y preocupante.
¿En serio ha tenido, no sólo 1200 clicks, si no que además 30 personas la han votado?
En mi penúltima diarrea mental os daba las gracias. En esta empiezo a tener grandes dudas.
4. Fin, conclusión y agradecimientos.
Me parece penoso que tantas personas hayan perdido el tiempo leyendo lo que he escrito. ¡Y sin negativos! ¿Pero es que no tenéis un mínimo de criterio por Dios?
Y, en general, lo que encuentro en meneame.net (sobre todo en los comentarios), solo es un poquito mejor. Pero la diferencia tampoco es tanta...
Así que pregunto: ¿que hacemos aquí?
Insultos, ayudas o críticas en los comentarios.
P.D: @Feindesland, @pasapollo y @Livingstone85 (y alguno que me dejo): gracias.
Hay algo que no me gusta del programa de RTVE "Dog House", y es que plantean el tener perro como algo que todo el mundo puede hacer, como si hubiera un perro para cada persona.
Tener perro es una gran responsabilidad, y así deberían plantearlo en todo momento, no es un capricho, ni una terapia mental... es un animal con sentimientos y que va a requerir atención y un espacio.
Está bien que promuevan la adopción, pero no todas las personas pueden adoptar, hay muchos motivos para no tener perro:
Si necesitas amigos, apúntate a una asociación. Si necesitas una excusa para salir más a la calle, bájate el Pokemon Go. Si te gusta achuchar algo blandito, busca una pareja (que también es mucha responsabilidad) o cómprate un perro de peluche. Si quieres seguir una moda, busca otra moda que seguir.
Y recuerda que un perro vive pocos años, pero los suficientes como para que tu vida cambie, no es solo estar seguro ahora, sino también dentro de varios años.
Yo no tengo perro, y no lo voy a tener por estas razones: si estoy meneando no voy a dejar de hacerlo por sacarle a paseo, tengo cosas que no me gustaría ver destrozadas, no quiero gastar dinero, no me gusta que me babeen y soy bastante despistado dejando las cosas por casa.
No hay un perro para cada persona, y no todas las personas pueden o deben tener perro, deberían decirlo a lo largo del programa varias veces. Con esto no me opongo a que la gente tenga perro, sino que recuerdo que tenerlo es mucha responsabilidad.
Qué bonita campaña la del Gobierno de España sobre la acuicultura, esos anuncios que nos dicen que, sin ella, sin la cría de peces en granjas, los españoles no tendríamos suficiente pescado para todos, y lo muestras en simpáticos anuncios en los que se ve a una familia de tres miembros que sortea una cola de merluza entre ellos (¡qué afortunada, la madre!), o un grupo de amigos en un restaurante oriental en el que se echan a suertes un tataki de atún.
Qué simpático, ¿no? Ya………
El caso es que, si llegara el caso, el reparto no iba a ser así. El reparto sería: en la familia rica de tres miembros, los tres tendrían pescado, mientras que tres familias más pobres no tendrían ninguno.
Y esos entrañables amigos en el restaurante tendrían que pedir pollo con salsa agridulce, porque el pescado, de escasear, estaría en restaurantes que no se podrían permitir. De nuevo, los pudientes tendrían todo el que quisieran, mientras los menos pudientes comen pollo, o arroz frito tres delicias.
Pero qué bonita la campaña, ¿eh?… :P
Unos vecinos de donde vivo tenían una palmera al lado del camino en su finca rustica en la que viven. El árbol se secó a consecuencia de una enfermedad producida por un pequeño escarabajo que se la comió por dentro hasta matarla.
Quisieron quitar la palmera para plantar otra en su lugar, cortaron todo lo que pudieron hasta dejar el tocón, pero no pudieron con el ni con las raices que eran muy duras, ante esto pensaron en quemarlo para que fuese mas fácil eliminarlo del todo. Lo rociaron con un poco de gasolina y le prendieron fuego. Quiso la mala fortuna que en aquel momento pasaran por el caminos unos agentes rurales que detuvieron el todo terreno y se dirigieron a mis vecinos:
-tienen permiso para hacer fuego
-si y se lo mostraron
-este permiso es para quemar ramas de poda, no para lo que están haciendo y si no lo apaga inmediatamente serán multados.
Estos agentes que tan ultramegaarchi permisivos son con los cazadores, aquí aplicaron la ley con un puntillismo exagerado ya que esto sucedía en el mes de abril después de un largo periodo de lluvias cuando todo estaba verde y esta zona del bajo Ebro parecía un país nórdico, sin contar que las zonas boscosas estaban muy lejos, no había ningún riesgo de provocar un incendio forestal.
Pasó el tiempo y llegó el verano y los grandes incendios en media España y resulta que a estos políticos que todo lo quieren controlar con sus funcionarios se les quemaron casi medio millón de hectáreas, todo por su culpa, por su negligencia, su inoperancia, su desidia y su inutilidad. Y esto no tendrá consecuencias, primero porque son (o tienen) abogados que les permiten salir impunes de todos los desastres que provocan y segundo porque son mentirosas (sinverguenzas) profesionales que saben como manipular a la gente para cargar las culpas sobre otros y para embarrar el debate y que muchos no entiendan nada.
Es decir al individuo se le puede castigar por una nimiedad mientras al político se le tolera cualquier error por muy grande que este sea.
menéame