Va a ser un gran año para los amantes de las auroras. No podemos decir lo mismo de los satélites espaciales. El máximo solar (que coincide con la inversión de los polos) es la fase del ciclo en que la actividad alcanza su punto más alto. Eso se traduce en más manchas solares, más grandes y más intensas.
En 1996, se anunció un descubrimiento espectacular, consistente en que están correlacionados la intensidad de los rayos cósmicos galácticos que inciden sobre la atmósfera de la Tierra con las variaciones de la cubierta de nubes global. Aquí puede estar la clave, que esta conexión, pueda ser responsable de las correlaciones encontradas entre la actividad solar y el clima.
La cuestión estriba en cual puede ser el mecanismo responsable de la correlación entre los rayos cósmicos y las nubes. Se sugirió que los aerosoles jugaban un papel importante. Hacer crecer los núcleos de condensación podría ser una explicación. En 2006 se publicaron los primeros resultados y ponían en evidencia que cuando aumenta la ionización, aumenta el número de aerosoles pequeños (de tamaño, en torno a, 3 nanometros). La densidad de aerosoles, el contenido de agua de las nubes sobre los océanos, la fracción de agua líquida de las nubes y las nubes bajas detectadas mediante infrarrojo, todas ellas muestran un decrecimiento a los 5-8 días (lo que requiere la formación de las nubes) en paralelo a la disminución del flujo de rayos cósmicos solares.
Actualmente, nos encontramos en el ciclo solar 25, que comenzó a finales de 2019, cuando el Sol entró en el mínimo solar. Las primeras previsiones, teniendo en cuenta esa fecha y la duración típica del ciclo solar, apuntaban a que el máximo solar se produciría en 2025.
Sin embargo, el aumento de actividad, y mayor presencia de manchas solares, observado en el Sol a lo largo de 2023 provocó que se tuviese que analizar de nuevo la estimación. Todo apunta a que 2024 será el año del máximo solar.
#2 el evento Carrington sucedió en un momento de actividad solar no particularmente elevada. No hay que temerlo más cuando la actividad es mucha ni menos cuando es poca. Si toca, toca.
Comentarios
#3 poco o mucho
En 1996, se anunció un descubrimiento espectacular, consistente en que están correlacionados la intensidad de los rayos cósmicos galácticos que inciden sobre la atmósfera de la Tierra con las variaciones de la cubierta de nubes global. Aquí puede estar la clave, que esta conexión, pueda ser responsable de las correlaciones encontradas entre la actividad solar y el clima.
La cuestión estriba en cual puede ser el mecanismo responsable de la correlación entre los rayos cósmicos y las nubes. Se sugirió que los aerosoles jugaban un papel importante. Hacer crecer los núcleos de condensación podría ser una explicación. En 2006 se publicaron los primeros resultados y ponían en evidencia que cuando aumenta la ionización, aumenta el número de aerosoles pequeños (de tamaño, en torno a, 3 nanometros).
La densidad de aerosoles, el contenido de agua de las nubes sobre los océanos, la fracción de agua líquida de las nubes y las nubes bajas detectadas mediante infrarrojo, todas ellas muestran un decrecimiento a los 5-8 días (lo que requiere la formación de las nubes) en paralelo a la disminución del flujo de rayos cósmicos solares.
Resumiendo, a más rayos solares, menos rayos cósmicos y. por tanto, menos nubes y más calor.
https://www.um.es/acc/rayos-cosmicos-y-clima/
Lógicamente, ésto va a afectar al clima del planeta, pero, según dice xataca, va a afectar poco.
#1 poco pero nos dará otro empujoncito
#1 Según Fernando Simón habrá uno o dos fenómenos extraordinarios como mucho.
Actualmente, nos encontramos en el ciclo solar 25, que comenzó a finales de 2019, cuando el Sol entró en el mínimo solar. Las primeras previsiones, teniendo en cuenta esa fecha y la duración típica del ciclo solar, apuntaban a que el máximo solar se produciría en 2025.
Sin embargo, el aumento de actividad, y mayor presencia de manchas solares, observado en el Sol a lo largo de 2023 provocó que se tuviese que analizar de nuevo la estimación. Todo apunta a que 2024 será el año del máximo solar.
En los peores escenarios, de repetirse algo similar al evento Carrington, se sugiere que podríamos quedarnos sin electricidad.
https://www.eltiempo.es/noticias/estra-semana-cambia-el-tiempo-vuelve-la-lluvia-y-el-ambiente-mas-fresco
#2 el evento Carrington sucedió en un momento de actividad solar no particularmente elevada. No hay que temerlo más cuando la actividad es mucha ni menos cuando es poca. Si toca, toca.
Los polos magnéticos del Sol están a punto de invertirse. El problema: su actividad no va a parar de crecer hasta que pase
Pasa cada dos ciclos solares desde siempre y no es un problema. Voto sensacionalista.