Mucha gente consideró que fue un acierto regalar todos esos minutos a Montero: “así se retrata”. Pero ¿y si es Montero la que retrató a los demás? Ella, ufana, sabiendo que estaba ahí como “ticket” impuesto a Broncano, libró la batalla cultural sin encontrar resistencia. El equipo, entre el estupor, la incomodidad y la incredulidad, no pudo o no supo reaccionar ante lo que terminó siendo una absoluta falta de respeto al público y a los presentadores. Y mientras, como si de un Hormiguero express se tratase, la showwoman continuó su ofensiva.