Los destiladores estadounidenses se han enfrentado a impuestos de importación de represalia sobre sus productos después de que el anuncio del llamado "Día de la Liberación" de Trump en abril viera a Estados Unidos imponiendo aranceles a la mayoría de los países del mundo. Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y Canadá también han afectado las ventas de alcohol: la mayoría de las provincias canadienses boicotearon las bebidas espirituosas estadounidenses a principios de año.