“En verano veo a las señoras pudientes, que por cierto me compran mucho, venir a mi puesto en Luanco a comprar y van acompañadas de las chicas del servicio a las que siguen obligando a llevar bata y cofia y mandil, les gusta presumir de que tienen muchacha. ¡Qué pena!”, y es como bien dice Rosi, aún falta mucho por evolucionar. Quizás Rosi también le des a los payos otras mil vueltas.
#3 En los últimos 10 años lo he visto unas cuantas veces en Coruña, Pontevedra y Sanxenxo.