#0 Muy interesante tu artículo, muchas gracias por escribirlo. Sin embargo, creo que la deriva de la sociedad hacia el sector financiero es consecuencia directa de la tecnología, que ha liberado grandes masas de capital y de profesionales de la actividad productiva.
Soy ingeniero especialista en el desarrollo de sistemas automáticos, fundamentalmente para industria extremadamente pesada. Este comentario no pretendo que sea un análisis tan extensivo como tu buen artículo, solo mis dos céntimos (que dirían los ingleses) como trabajador del sector que esta destruyendo los puestos de trabajo.
Tradicionalmente la tecnología ha tenido un enfoque complementario al ser humano, al librarle de tareas pesadas, desagradables o que se escapaban a la escala humana. Por ejemplo, el tractor que comentas sirve para facilitar el trabajo en el campo a un ser humano, pero sigue necesitando de una gran fuerza de trabajo en su fabricación, operación y mantenimiento.
Una prensa libera al ser humano de hacer grandes esfuerzos y abre nuevas posibilidades: pone en el mercado nuevos tipos de materiales cuya fabricación seria imposible con otros métodos y además estos nuevos materiales generan una necesidad de trabajo. Por ejemplo, una prensa sirve para hacer en fondo de un tanque y dicho fondo necesita ser soldado, cortado, medido, pintado, etc. generando una plétora de nuevos trabajos. Si bien destruye una serie de puestos de trabajo, como por ejemplo el de herrero al facilitar la formación y forjado de nuevas piezas, no tiene un planteamiento destructivo puesto que busca abrir nuevos tajos que generen por si mismos puestos de trabajo.
Pero eso era antes. Ahora la tecnología busca sustituir al ser humano, no complementarlo. Se busca el desarrollo de sistemas autónomos que no necesiten a un humano en su proceso. Se automatiza con el único objetivo de reducir plantilla, no de generar nueva actividad industrial.
¿Por qué hasta ahora no se había empleado ese enfoque? La principal respuesta es el tipo de sistemas de control. La tecnología empleada en la fabricación, hasta bien entrados los 90, se basaba en sistemas netamente mecánicos: las máquinas se controlaban por otras "máquinas" o mecanismos. Eran comunes los sistemas de control hidráulicos o neumáticos en lugar de los eléctricos e incluso los eléctricos confiaban en sistemas mecánicos como son los relés.
Imaginemos un carro. El enfoque tradicional es instalamos un motor que ataca a un diferencial y así podemos mover el carro. La consecuencia de este montaje es que tenemos un elemento mecánico que necesita engrase, tiene desgaste, etc. Es decir, necesitamos una fuerza de trabajo para mantener ese avance tecnológico: el diferencial. Sin embargo, el nuevo enfoque es equipo dos motores eléctricos e implemento por software el diferencial. Consecuencia directa: se elimina la necesidad de mantenimiento y se destruye un puesto de trabajo. Y a diferencia de un sistema mecánico, que necesita realizar mantenimiento a todos los diferenciales fabricados, un sistema software se programa una vez y sirve para toda la fabricación.
¿Qué nos ha permitido llegar hasta aquí? Por primera vez somos capaces de sustituir máquinas por materiales. Es posible sustituir los relés por silicio. Un relé tiene un tamaño mínimo, una válvula también, un engranaje, etc. Sin embargo, el silicio no tiene tamaño mínimo. Un solo átomo de silicio tiene las mismas propiedades que un montón de silicio. Producir un relé implica una serie de operaciones y una capacidad máxima de funcionamiento hasta que por desgaste se estropea
El silicio no hace falta producirlo, solo extraerlo, y siempre va a ser silicio por muchas conmutaciones que haga.
Hoy en día fabricar miles de transistores cuesta pocos euros e implica una serie muy pequeña de operaciones en comparación con la fabricación de un relé. Un relé requiere de complejos mecanizados, de ensamblaje de piezas muy pequeñas, etc. Implica forzosamente una cantidad de personal y de horas de trabajo muy elevadas en comparación con un transistor.
Y gracias a esta innovación, los transistores, es posible ejecutar complejos diseños de maquinaria y sistemas de control que pueden sustituir la fuerza de trabajo humana a un coste y tamaño asequibles. Y esa es la clave.
Hace 100 años el plantear tecnología que reemplazase al ser humano no era viable por la inversión necesaria y el tamaño que ocuparía. Es más, hace 100 años fabricar era una tarea extremadamente intensiva en capital. Requería la construcción de grandes fábricas y unas tremendas inversiones en personal y maquinaria. Además las redes de transporte eran tan malas que esa maquinaria debía de ser fabricada in situ y la fuerza de trabajo tenia que ser local. La consecuencia directa es un fuerte trasvase de dinero de las clases ricas a las clases de base.
Como consecuencia del tamaño de las instalaciones productivas, gran parte del capital estaba bloqueado en tareas productivas y no estaba libre para labores especulativas. Además, para dar servicio a miles de personas necesitabas miles de personas trabajando. La telefonía, el ferrocarril, la producción de acero, necesitaba de enormes masas de personal para poder operar. La consecuencia de esto es una sociedad basada en labores productivas, con un tejido empresarial formado por grandes empresas con miles de trabajadores en nómina que permitían que permitían el establecimiento de unos mecanismos de negociación colectiva y lucha sindical transversales y de gran calado. Los movimientos obreros fueron posibles gracias a que la sociedad en su conjunto era fundamentalmente obrera.
Y llego el transistor. De repente se podía sustituir máquinas por elementos químicos sin apenas coste. Esto habilita que un empresario con pequeñas inversiones tenga la misma capacidad productiva que una gran empresa. Mantener una fundición con el modelo tradicional requiere de un gran terreno, una gran plantilla... En definitiva requiere bloquear millones de euros en la fabricación de piezas. Sin embargo, hoy en día puedes comprar una máquina CNC fabricada fuera del país y controlada por millones de transistores por varios cientos de miles de euros haciendo competencia directa a otras técnicas de fabricación.
Resulta que ya no es necesario bloquear millones de euros, lo que te permite mantener tu capacidad productiva y especular al mismo tiempo. O, alternativamente, seguir ejecutando inversiones para seguir reduciendo tu plantilla y liberando todavía mas capital para especular.
Además ya no tienes que ejecutar esas inversiones en tu entorno local, las rutas y sistemas de transporte han mejorado de tal manera que es posible fabricar bienes de consumo a miles de km de distancia, bajando enormemente los costes de fabricación al contratar mano de obra con menos cualificación.
Porque además la tecnología tal y como se diseña hoy tiene como objetivo reducir la cualificación del personal que la maneja. Se busca hacer maquinas de siguiente, siguiente, siguiente como los instaladores de Windows para bajar la cualificación del personal y, por tanto, sus expectativas salariales. Sin un buen tornero se iba antes de una empresa, esa empresa sufría un gran perjuicio ya que había muy poco personal con las habilidades técnicas requeridas para manejar la maquinaria. Hoy si se va un tornero en seguida aparece otro porque la pericia en el manejo de la maquinaria esta en el ordenador que las controla y no en el operario.
La consecuencia de esto es quela reducción de costes de fabricación por parte de determinadas empresas fuerza al resto a reducirlos también para no quedarse fuera de mercado, lo que redunda en mayores inversiones en eliminar personal o reducir su cualificación lo que genera todavía mas capital libre para especular.
Al final, reemplazando personas por tecnología se genera un gran capital libre para especular, capital que además puede ser invertido en cualquier parte del mundo. La consecuencia de esto es la creación de una nueva industria financiera que se nutre de dicho capital y que toma el poder frente a la industria productiva. Además, los beneficios de las inversiones realizadas no tienen porque repercutirse en el lugar desde el que se ejecutan. Una empresa española puede invertir en China, lo que generara mas beneficios en China que en España, aumentando la brecha entre ricos y la clase de base.
Por último, se genera un entramado de pequeñas pymes anulando totalmente la posibilidad de negociación colectiva, lo que genera todavía mas indefensión a las clases obreras de base.
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Muy buen artículo y muy bien explicado.
Quisiera hacer un apunte m-as. La tecnología ayudó en el pasado porque liberó tiempo a las personas. Antes de la revolución industrial, una familia requería de un enorme esfuerzo y tiempo: para cocinar, limpiar, ir a recojer agua a la fuente, etc... Se ha estimado que era aproximadamente unas 8 a 12 horas al día; lo que requería una persona al tiempo completo.
Hoy es mucho más fácil. Si queremos agua solo tenemos que abrir el grifo, cocinar solo requiere apretar un botón; tenemos lavadoras, aspiradoras, supermercados, etc... Gracias a la tecnología, se han reducido a unas 2 horas. Ese tiempo se liberaba para dedicarlo a trabajos productivos, por ejemplo, cultivar azucar (un artículo de lujo en el pasado) o a investigar una vacuna contra la viruela.
Inspirados en la pirámid de Maslow, algunos economistas ha construido una pirámide semejante para una sociedad. Alimentación, seguridad, salud, comunicación, ocio. Se ha producido una saturación de la base de la pirámide de las necesidades y ya estamos saturando los últimos peldaños. La pregunta que se hacen agunos es si existe algo mas allá que requiera de mano de obra.