Hace 4 años | Por dick_laurence
Publicado hace 4 años por dick_laurence

Comentarios

RobertoConde

Vamos al lío , voy a escribir cada cosa que vea debatible en un comentario separado:
"2 - Que hay implicita una noción “objetiva” del valor de cambio al afirmar: "[...] ese hombre dio al vendedor, ignorante como estaba, el justo precio, que era muchísimo mayor..[...]", pues sólo a partir de la objetividad en el valor de algo se puede decir que “existe un justo precio” (si para San Agustín el valor de cambio fuera subjetivo, ningún precio, ni bajo ni alto, sería injusto). "
Yo de ese texto no extraigo que San Agustín de Hipona crea que exista un valor de cambio objetivo, sino que existe un valor de cambio "justo". Puede que en otros textos lo exprese, pero de ahí no veo como sacas que considera que hay un valor objetivo.
De hecho yo podría interpretar lo contrario (que no lo hago, de ese texto no creo que se pueda extraer), que lo considera subjetivo:
Si los "expertos" o la mayoría, en contraposición al tendero ignorante del texto, le dan un valor subjetivo más alto, no es justo que lo cambien usando el valor subjetivo del tendero.
Es decir, el comprador del libro sabe que ese libro tiene un valor de cambio subjetivo para otras personas mucho mayor que el del tendero, con lo que es injusto aprovechar su ignorancia.

dick_laurence

#1 Gracias. Uno de lo problemas que me planteo al escribir estos artículos es como poder, en un formato que de por sí exige brevedad, presentar una extracción del pensamiento sobre el valor en algunos autores sin desvincularlo del resto de su obra y propuestas, pues en ocasiones lo que tratan sobre "el valor" debe ser entendido en el contexto total de su pensamiento, y probablemente en especial para San Agustín.

La obra de San Agustín se suele presentar como uno de los máximos exponentes del “intricismo cristiano”: para estos teólogos y místicos, la realidad no es más que “lo que Dios creó”, y la esencia de las cosas es Dios mismo (o al menos parte de este). Siempre que a una persona se le dé la preparación y voluntad intelectual y moral correcta, la “realidad de la esencia del mundo” aparecerá en sus ojos, lo único que tendría que hacer la mente es permanecer pasiva y receptiva para que “la revelación de la luz de Dios” aparezca (fíjate como el término “revelación” es clave en el cristianismo). Es la idea detrás de la “fe cristiana” y de la “Ciudad de Dios” de San Agustín, ideas que marcaran el medievo.

El pensamiento de San Agustín, sería algo así como “una nueva versión” del intricismo platónico, o en menor medida del aristótelico: los conceptos y valores deben ser construidos sobre el modelo de la percepción, ya que “la esencia” de las cosas es metafísica (para el cristiano es Dios), y está marcada inmutablemente como “lo que hace que una entidad sea ella misma”: esto es que cada entidad debe tener una esencia, la cual debe ser fija, así que no hay ninguna opción en cuanto a una clasificación humana, en cuanto a una subjetividad. Para San Agustín la esencia se encuentra en Dios y se da en la “Ciudad de Dios”, para Platón en “otro mundo” y para Aristóteles en los propios objetos, pero los tres filósofos comparten una misma idea. De esta manera los valores representan fenómenos de la existencia fuera de la consciencia, y por tanto no son producto de una subjetividad, entendiendo esta como la capacidad del individuo de crear conceptos y juicios como los de valor.

A partir de aquí resulta complicado pensar que para San Agustín la justicia pueda nacer de las interpretaciones de los individuos : el subjetivismo rechazaría todo este enfoque místico, ya que el subjetivista al fin y al cabo defiende la potestad de cada individuo para formar (al menos) ciertos conceptos, valores y juicios. Por ejemplo (y disculpen de antemano la sencillez de lo siguiente, pero creo que puede servir de introducción al pensamiento agustiniano): ante la pregunta "¿cuál sería el precio justo de este libro?" San Agustín contestaría: aquel que sea en la "Ciudad de Dios", ya que este será el resultante de una sociedad de personas dadas al "amor a Dios" y ordenadas a lo inmutable, a lo metafísico, por encima de lo terrenal....

RobertoConde

#3 ¡Gracias! La verdad es que me olía que tendría una visión de ese estilo aunque del texto anterior no se extrajera directamente. Más que nada era por debatir algo, y mira por donde me has dado una miniclase magistral clap. La de wikipedia que me he ahorrado.

RobertoConde

De Santo Tomás de Aquino dices:
"En línea con su maestro San Alberto, para Santo Tomás un intercambio justo será aquel que compense los costos de producción de la mercancía a intercambiar. De igual manera, Santo Tomás apoyaría una “teoría objetiva del valor de cambio”, ya que sólo a partir de la objetividad puede existir un valor de costo de producción que determine lo justo o injusto de un intercambio. "
Y yo insisto, porque soy muy pesado, que ni siquiera el coste de producción es objetivo. Pon a cualesquiera dos trabajadores de cualesquiera dos trabajos a hablar de su trabajo, y verás como cada uno cree y defiende a capa y espada que su trabajo es más penoso que el del otro.