¿A quién, en sus tiempos de chaval (o en estos momentos), no le ha pasado eso de “plantarse” en la puerta de la discoteca y que el “portero” de la misma le espete un: “lo siento, es para mayores de 21 años”, o “el precio de la entrada es de 30€”, ante tu mirada atónita, cuando en tu propia cara están entrando personas sin pagar, pagando menos, o simplemente menores de esos 21 años? Estos son solo algunos ejemplos y situaciones reales que pasan cada fin de semana en muchísimos locales de ocio o fiesta de España.
Comentarios
Bueno...Llevo trabajando casi ocho años en discotecas de características muy distintas (hetero, gay, para públicos más mayores, más jóvenes, más o menos exigentes...) y al final, a pesar de los requerimientos, siempre hay mucha flexibilidad en este aspecto. Eso si, no siempre el cliente lleva la razón, de hecho casi nunca la lleva porque desconoce tanto sus derechos como sus obligaciones. Pongo ejemplos que yo he visto:
1. Clientes que llegan ya borrachos a la discoteca y le vacilan al portero/taquillera, y luego pretenden un trato especial.
2. Clientes que creen que saben cómo funciona una puerta, y no tienen ni idea. (pasan por donde quieren, se saltan los tiempos, etc)
3. Clientes que intentan engañarte a pesar de tener tú muchas más herramientas que ellos para desmontar sus inventos (cámaras de seguridad, compañeros de confianza, amigos dentro de la fiesta...)
4. Clientes que se quejan de los descuentos de otros, cuando los otros se han preocupado por encontrar y aprovechar esos descuentos.
5. En las discotecas, como empresas que son, también se colabora con otros locales (restaurantes, tiendas de ropa, comercios cercanos) sobre todo en temas de publicidad y luego es bastante normal que devuelvan esos favores, normalmente con tratos mejorados.
Soy un firme partidario de la corrección pase lo que pase y nunca abogaré por la violencia salvo en defensa propia. Yo con mis propios ojos he visto como le tiraban piedras, cristales y botellas a un portero por denegar un acceso (en ese caso, porque el cliente iba demasiado borracho y la venía liando desde lejos). El portero por cierto, perdió la visión de un ojo y no encontraron al que le tiró la botella.
En mi experiencia como cliente tengo una máxima: cuanto más respeto muestres, más respeto recibes. Siempre nos podemos encontrar con empleados cazurros y gañanes tanto dentro como fuera de la discoteca, pero esto ocurre en cualquier negocio si no me equivoco.
Por cierto, fantástico artículo para recordar los derechos de los clientes. Cuanta más gente sepa esto, mejores serán los negocios si son capaces de cumplir con la ley.
Pues no se entra.
Es más, no se entra y se acuerda uno del tipo de sitio que era, para cuando les llegue la crisis y necesiten gente de todo tipo plantare y decir "no entro, es que no sé si hoy tenéis también fiesta privada".
Yo me lo se de pe a pa
Una vez se me planto el "gran" Vicente One More Time para intentar acojonarme porque paso una patrulla de la policía por delante cuando estaba en plena discusión con los puertas, no me olvidaré jamas del policía cuando estaba tomándonos los datos para la denuncia que me dio mi DNI sin apuntarlo y me dijo "Déjalo, que a este lo voy a denunciar yo" de lo macarra que se estaba poniendo el y sus gorilas.
Por cierto, los que más suelen reclamar estas cosas del derecho de admisión son los propios policías cuando salen de fiesta ... para zorros ellos.
Recordad que la Ley siempre os asiste, y que los agentes de la autoridad estarán ahí cuando os haga falta, pero pensad si de verdad merece la pena entrar al “garito”
Pues en mi pueblo son los policias son grandes amigos de los de seguridad y amos del garito, jamás, les he visto posicionarse de parte de la clientela ni cuando han sido agredidos por los de "seguridad".
A mi lo que más me ha jodido siempre es lo de que "con zapatillas de deporte no se puede entrar" si no he entendido mal del artículo a no ser que tengan un cartel con las normas aprobadas por el ayuntamiento que diga eso no tienen ningún derecho a negarte la entrada no?
Buen resumen, no está de más conocer la ley, que luego por otra parte se saltan a la torera.