Todo comenzó el 6 de septiembre, fecha del ataque de la aviación israelí a una supuesta base militar en el norte de Siria. Es la única certeza, porque los técnicos no acaban de identificar el origen del desaguisado. "Hay una jungla de poderosas transmisiones ahí fuera", comentaba días atrás un ingeniero israelí mientras rogaba por la "coexistencia electromagnética" en el espacio. Y es que la empresa afronta una coyuntura dramática que puede abocarla a la desaparición, por el hartazgo de parte de sus 926.000 abonados.
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