Todo vuelve, hasta el telón de acero, igual que vuelve nuestro pasado más fantasmagórico, esa querencia tan española por emular la historia. Quien no añore la Unión Soviética, no tiene corazón, pero quien desee su vuelta, no tiene cabeza. Algo así se le atribuye a Vladimir Putin, en una sentencia que tiene tanto de fantasma como de mitología, dependiendo del grado de implicación que albergue cada uno con su pasado. Porque mito y fantasma son la cara A y la cara B de un mismo recuerdo.
Comentarios
Cambiad Unión Soviética por franquismo y nos echamos unas risas.
#1 Yo veo un canal de Youtube de un tipo que está recorriendo ex-repúblicas soviéticas buscando lugares de la época de los soviets, monumentos, recuerdos y tal. El tipo de vez en cuando le pregunta a la gente mayor por los alemanes, los rusos... Y los más viejos (y algunos viven muy de aquella manera) suelen echar de menos la URSS pero la URSS de después de Stalin, la de los '60 y tantos o '70 porque tenían una vida más sencilla y barata.
Y lo que pasa aquí es parecido. Imagino que nadie echa de menos las purgas en los pueblos o las cárceles. Echarán de menos los '60 y el turismo y menos complicaciones.
La URSS probablemente era muy mala para los soviéticos, pero excelente para el resto del mundo, especialmente para Europa. Con su desaparición, el capital ya no tenía por qué seguir mostrando un rostro algo amable y humano.
#4 los avances en materia laboral y social son bastante anteriores a el advenimiento de la unión soviética.
Lo que hicieron los bolcheviques fue una proeza, de tal envergadura que aún hoy en día sólo se pretende que se olvide.
El capitalismo nunca volverá a ser el mismo.