A lo largo de la historia, el incendio de manuscritos, libros, legajos y tratados sobre las más variadas disciplinas religiosas, técnicas o científicas, tenidas por heréticas o contra natura, ha sido moneda de cambio habitual. El cine y la literatura, en algunas de sus obras más renombradas, nos han contado estas trágicas destrucciones bibliográficas. Relacionadas:
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