Hace ya algún tiempo, rodando, rodando, fui a parar a una web cuya dirección no os diré por no contaminar vuestras almas, en la que uno puede contemplar contenido sexual explícito (creo que se dice así). Aclararé que mi curiosidad estaba motivada por, ejem, un interés meramente antropológico y científico.
|
etiquetas: queja