Es un asunto peliagudo este de la economía colaborativa; uno de los pocos en los que ambos bandos se reparten la razón. Por un lado están los profesionales tradicionales que reclaman, con justicia, que los nuevos modelos de negocio, por amateur que sean, tributen y se sometan a su regulación. Por el otro, el avance de la tecnología y el abanico de posibilidades que con ella se abren, un tsunami imparable que avanza por el mundo arrasando marcos legales. Lo denominan consumo colaborativo […]. Relacionada: http://menea.me/14656
#1:
Pues a mi me parece cojonudo, qué quieres que te diga. Son nuevas formas de negocio que enriquecen mucho la actividad cotidiana y si te acostumbras a compartir (yo he empezado por el coche, pero lo próximo es la casa y porqué no, una cena) puede ser bastante divertido.
De todas formas aunque esta APP se hiciera ultra popular y hasta en Villanueva de los Frailes en plena Castilla hubiese 100 casas donde ir a comer, la gente seguirá yendo a restaurantes y bares, saldrá a comer fuera de casa y querrá que le pongan y le recojan la mesa, que para eso se paga al precio que se paga. No a todo el mundo le gusta tener la casa llena de gente y tener que recoger y fregar y demás.
Y si lo que da "miedo" es que un cocinero sin licencia pueda servir comida y cobrar por ello con los riesgos sanitarios que ello supone más vale que no pongáis nunca "Pesadilla en la cocina": esos bares tienen licencia y son capaces de servir papas con lejía sin pestañear.
#13:
Si pagan IVA, impuestos y tienen las garantías sanitarias necesarias, adelante.
Si no, es competencia desleal para los que llevan su negocio de forma legal y tributan sus beneficios al estado, aparte de evasión de impuestos.
Es gracioso ver a la meneantada que tanto critica a los liberales defender el sueño liberal con tanto fervor gracias a Uber y similares
Pues a mi me parece cojonudo, qué quieres que te diga. Son nuevas formas de negocio que enriquecen mucho la actividad cotidiana y si te acostumbras a compartir (yo he empezado por el coche, pero lo próximo es la casa y porqué no, una cena) puede ser bastante divertido.
De todas formas aunque esta APP se hiciera ultra popular y hasta en Villanueva de los Frailes en plena Castilla hubiese 100 casas donde ir a comer, la gente seguirá yendo a restaurantes y bares, saldrá a comer fuera de casa y querrá que le pongan y le recojan la mesa, que para eso se paga al precio que se paga. No a todo el mundo le gusta tener la casa llena de gente y tener que recoger y fregar y demás.
Y si lo que da "miedo" es que un cocinero sin licencia pueda servir comida y cobrar por ello con los riesgos sanitarios que ello supone más vale que no pongáis nunca "Pesadilla en la cocina": esos bares tienen licencia y son capaces de servir papas con lejía sin pestañear.
la idea es buena para aquel que quiera comer barato todos los días cuando vaya a otra ciudad, y para aquel que ere dispuesto a meter en su casa todos los días a alguien mas para comer, pero como competencia de un restaurante a la carta no lo veo.
- La diferencia entre tu madre que hace un paella riquísima y un cocinero profesional es que este ademas de hacerte tu paella, esta haciendo comida para 20 o 30 mas, y tiene que hacerlo siguiendo unos tiempos y unos ritmos.
- en la cocina de un restaurante hay suficientes fuegos y hornos para hacer varias cosas a la vez, en la de una casa no, y esto reduce mucho las posibilidades de menu.
- Para ser chofer para UBER solo necesitas ser buen conducto, tener un coche r y pagar tu seguridad social, pero para servir comida en tu casa cobrando por ello ademas de ser buen cocinero, y pagar tu seguridad social, debes tener permiso de sanidad, pasase controles periódicos por un empresa especializada, habilitar tu casa según la normativa de restaurantes (aseaos de minusvalidos, etc), y seguramente contratar personal.
Tal y como está planteado ahora, no es competencia, es una forma de ocio culinaria distinta.
La finalidad es conocer gente, para el resto de ocasiones la gente seguirá yendo a restaurantes. Si los hosteleros se quejan, es por puro vicio.
No estoy para nada de acuerdo, y como prueba que estos servicios de comer en casa de otros no están funcionando tan bien como los de transportes o hoteles.
Cuando sales a cenar buscas una experiencia diferente y estás dispuesto a un sobreprecio porque es un bien no homogéneo, y esos son los drivers contrarios de compra al resto de servicios como AirBnb o BlaBlaCar (que son servicios homogéneos).
lo que pasa es que cada vez se tiene que viajar mas por trabajo y se tiene menos dinero para poder pagar los gastos, y esa es la realidad de esos inventos, que mucha gente tiene que usarlos porque no les queda otra
El problema es que la incompetencia de nuestros políticos ha llevado a la ciudadanía a confundir normas regulatorias con impuestos. Las normas reguladoras deben ser básicamente para defender a los consumidores de abusos o malos hábitos y a ellas se deben someter todos los que dan un servicio. El coste de controlar el cumplimiento de esa regulación es del ciudadano a través de la factura de su consumo, y no del que presta el servicio. El prestador de servicios que evade ese costo, esta fomentando la indefensión ciudadana. Calor esta que queda suelto el punto de la incompetencia de los políticos para controlar adecuadamente esas normas.
Si los restaurantes no tuvieran que pagar impuestos ni seguridad social, serían mucho más baratos. Yo no veo que tengan que competir con gente trabajando en negro.
Comentarios
Pues a mi me parece cojonudo, qué quieres que te diga. Son nuevas formas de negocio que enriquecen mucho la actividad cotidiana y si te acostumbras a compartir (yo he empezado por el coche, pero lo próximo es la casa y porqué no, una cena) puede ser bastante divertido.
De todas formas aunque esta APP se hiciera ultra popular y hasta en Villanueva de los Frailes en plena Castilla hubiese 100 casas donde ir a comer, la gente seguirá yendo a restaurantes y bares, saldrá a comer fuera de casa y querrá que le pongan y le recojan la mesa, que para eso se paga al precio que se paga. No a todo el mundo le gusta tener la casa llena de gente y tener que recoger y fregar y demás.
Y si lo que da "miedo" es que un cocinero sin licencia pueda servir comida y cobrar por ello con los riesgos sanitarios que ello supone más vale que no pongáis nunca "Pesadilla en la cocina": esos bares tienen licencia y son capaces de servir papas con lejía sin pestañear.
Si pagan IVA, impuestos y tienen las garantías sanitarias necesarias, adelante.
Si no, es competencia desleal para los que llevan su negocio de forma legal y tributan sus beneficios al estado, aparte de evasión de impuestos.
Es gracioso ver a la meneantada que tanto critica a los liberales defender el sueño liberal con tanto fervor gracias a Uber y similares
Este se hará de Podemos:
#2 ¿Y eso a qué santos viene?
#4 "Por un lado están los profesionales tradicionales" https://es-es.facebook.com/pages/casa-pepe-despe%C3%B1aperros/224202087633431 Sector restauración (el pavo ha fallecido)
#4 No sé, quizá porque se parece en anchura a Chicote
#2 ese poco va a poder ya.
http://www.elconfidencial.com/espana/2013-11-28/fallece-el-propietario-de-casa-pepe-el-restaurante-franquista-de-despenaperros_60307/
Cuanto liberal suelto por Menéame, quien me lo iba a decir a mi...
la idea es buena para aquel que quiera comer barato todos los días cuando vaya a otra ciudad, y para aquel que ere dispuesto a meter en su casa todos los días a alguien mas para comer, pero como competencia de un restaurante a la carta no lo veo.
- La diferencia entre tu madre que hace un paella riquísima y un cocinero profesional es que este ademas de hacerte tu paella, esta haciendo comida para 20 o 30 mas, y tiene que hacerlo siguiendo unos tiempos y unos ritmos.
- en la cocina de un restaurante hay suficientes fuegos y hornos para hacer varias cosas a la vez, en la de una casa no, y esto reduce mucho las posibilidades de menu.
- Para ser chofer para UBER solo necesitas ser buen conducto, tener un coche r y pagar tu seguridad social, pero para servir comida en tu casa cobrando por ello ademas de ser buen cocinero, y pagar tu seguridad social, debes tener permiso de sanidad, pasase controles periódicos por un empresa especializada, habilitar tu casa según la normativa de restaurantes (aseaos de minusvalidos, etc), y seguramente contratar personal.
Tal y como está planteado ahora, no es competencia, es una forma de ocio culinaria distinta.
La finalidad es conocer gente, para el resto de ocasiones la gente seguirá yendo a restaurantes. Si los hosteleros se quejan, es por puro vicio.
No estoy para nada de acuerdo, y como prueba que estos servicios de comer en casa de otros no están funcionando tan bien como los de transportes o hoteles.
Cuando sales a cenar buscas una experiencia diferente y estás dispuesto a un sobreprecio porque es un bien no homogéneo, y esos son los drivers contrarios de compra al resto de servicios como AirBnb o BlaBlaCar (que son servicios homogéneos).
El titular es sensacionalista, pero bueno. Lo que cuenta es interesante.
Si esto llega a funcionar en España me meto a monja.
lo que pasa es que cada vez se tiene que viajar mas por trabajo y se tiene menos dinero para poder pagar los gastos, y esa es la realidad de esos inventos, que mucha gente tiene que usarlos porque no les queda otra
Alternativa a Eatwith es http://www.takeachef.com/ el CEO es vasco
El artículo dice que sólo está disponible en Barcelona, pero en realidad parece que está funcionando en toda España.
http://www.eatwith.com/es/#!/list/spain
El problema es que la incompetencia de nuestros políticos ha llevado a la ciudadanía a confundir normas regulatorias con impuestos. Las normas reguladoras deben ser básicamente para defender a los consumidores de abusos o malos hábitos y a ellas se deben someter todos los que dan un servicio. El coste de controlar el cumplimiento de esa regulación es del ciudadano a través de la factura de su consumo, y no del que presta el servicio. El prestador de servicios que evade ese costo, esta fomentando la indefensión ciudadana. Calor esta que queda suelto el punto de la incompetencia de los políticos para controlar adecuadamente esas normas.
Si los restaurantes no tuvieran que pagar impuestos ni seguridad social, serían mucho más baratos. Yo no veo que tengan que competir con gente trabajando en negro.