No se sorprenda si un sábado va al Club Bounce y ve que toda la gente emperifollada de arriba abajo, que se sacude en la pista de baile, es... mas bien gordita. Es que este club nocturno a un par de cuadras del océano Pacífico, con un ambiente agradable y música hip-hop atronadora, está orientado precisamente a los obesos. Ofrece un verdadero refugio donde alguien no se siente mal si está pasado de kilos.
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