En pleno siglo XIV, en mitad de la centuria, se inicia en Castilla uno de los reinados más singulares de la Historia de España. A Pedro I de Castilla, le salieron, o se buscó, enemigos por doquier. Desde la perspectiva que da el tiempo, podemos pensar que Pedro I de Castilla recibió una Corona castellana en forma de dardo envenenado. Su padre, Alfonso XI, falleció en el año 1350. En aquellos momentos, Pedro, hijo de María de Portugal, era el único hijo legitimo según los cánones de la Iglesia Católica. Pero ilegítimos había unos cuantos [...]
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Eso de que los reyes contratasen arquitectos árabes para construir sus palacios es algo que hicieron muchos reyes, pro ejemplo el palacio de la almudaina en Mallorca es claramente de estilo arable pero fue construido por Jaime II rey del Reino de Mallorca que era cristiano pero para la construcción del palacio trajo a arquitectos árabes.
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Por lo tanto, Pedro I se convirtió en rey a los veintiún años. Una edad muy temprana para tener en tus manos un reino tan grande como el de Castilla. Además, los enemigos se aprovecharon del hecho de que Pedro no era el más querido de los hijos de Alfonso. Los bastardos de su padre no iban a dejar pasar la oportunidad de que un hijo bastardo, como ellos, traspasara el reino de Castilla a un hermano legítimo.
Así que, en cuanto se conoció la noticia de la muerte de Alfonso XI, los bastardos de su reino se pusieron manos a la obra. Diversos bastardos se pusieron en contacto con Juan I de Aragón, el rey de Cataluña, para que le diera la mano a Leonor, hija de Alfonso. En principio, Juan de Aragón estaba de acuerdo con la unión. Pero en el camino, cambió de opinión y se casó con María de Padilla, hija de Juan de Padilla, aunque no era más que una niña. Tan solo tenía catorce años. A los pocos meses de contraer matrimonio, los padres de María fallecieron. María, como segunda esposa de Juan, se convirtió en reina de Aragón.
Menudo botifler