Aunque la entidad está estudiando su caso y aún no ha dado una respuesta, el joven se ha tomado la molestia de invitar a la directora de la sucursal a unas cañas “sin compromiso, para que me conozca mejor y vea que merece la pena el apoyo”, ha dicho.
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"Puedo asegurar que el ‘Ya invito yo’ era un local estupendo y que se petaba de gente, aunque luego las cuentas no cuadraran”, apunta el joven."
Es más barato y más productivo tomarse los refrescos uno mismo: