"La probabilidad de que un niño sea obeso es del ochenta por ciento si sus padres ya lo son y se rebaja hasta el cuarenta si lo es uno de los progenitores; en cambio, sólo hay un ocho por ciento de probabilidades de que sea obeso un niño cuyos padres no tengan esta enfermedad", así lo afirmó el catedrático de Pediatría, el doctor Manuel Bueno, durante la presentación del VIII Congreso Nacional de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEED), que comenzará mañana en Zaragoza.
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